la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 18 de septiembre de 2013

DAVID ADALID / Por Antolín Castro


Un torero de plata que ha subido otro escalón
-Fotografía de Juan Pelegrín-

"...Querido David, no se si he sabido transmitir mi agradecimiento por tu hombría, por tu querer saber y estar, pero he sentido la necesidad de hacerlo. Sabíamos quien eras como banderillero, ahora ya sabemos mucho más, cómo eres de comprometido con ese reto diario de dar lo mejor de ti mismo..."

DAVID ADALID

Antolín Castro
Hoy no puedo sustraerme a escribirte a ti directamente, de forma personal. Lo sucedido ayer en Nimes me obliga a ello. Mi visión como aficionado me impide guardarme las sensaciones vividas con tu actuación en ese coso milenario.

Intentaré cumplir con la doble tarea de dirigirme a ti y a los habituales lectores. Al menos lo intentaré. 

Cada día, y desde hace un tiempo, es grato verte coger los palos a la hora de hacer tu suerte, esa que practicas con tanta profesionalidad y brillantez. Lo es porque tus actuaciones se han convertido en uno de esos momentos esperados en las tardes en las que haces el paseíllo. Con los palos, no se si es posible calificarte como el mejor, pero si como uno de los que lo vive con tal intensidad que eres capaz de traspasar al tendido tanta entrega y pasión.

Así es cada tarde, pero ayer, en un magnífico escenario, fue especial. El ir en la cuadrilla de Javier Castaño se ha convertido en un reto diario, en una fantástica oportunidad para que los hombres de plata puedan mostrar todas las capacidades que tienen. Tu y tus compañeros cada día nos decís cómo sentís la Fiesta, vuestra profesión.

Ayer, subiste un escalón más, te acercaste a la categoría de maestro. El gesto de salir de nuevo tras ser herido de forma tan brutal es propio de los matadores, de aquellos a los que la raza les impide irse para dentro antes de decirle a su antagonista que sólo les ha ganado la pelea en una ocasión. A esos se les viene llamando héroes. Desde ayer has entrado tú también en esa dimensión de héroe.

David Adalid deja de ser un gran banderillero, un gran torero, para convertirse en un héroe admirado por muchos. Los aficionados no vamos a olvidar tu gesto de gallardía, de valentía, de huevos… por qué no decirlo. 

Es curioso que disfrutemos con el gesto al tiempo que sufrimos con tu empecinamiento en mostrarle a ese miura que tu eras más fuerte que él. Pero a él le quedaban las fuerzas intactas y tú ya no las tenías. Esa fue la clave para que te ganara la pelea en el terreno físico. Tú ya se la habías ganado en el terreno del compromiso contigo mismo y con tu pasión por lo que tan bien haces.

Adalid, ya herido, logra deshacerse de todos para volver a banderillear

Tu fiereza para deshacerte de las asistencias, de los compañeros, de tu jefe de filas, fue tanta como la del miura a la hora de prenderte. En él era su obligación, pero tú traspasaste la tuya para decirnos a todos qué tipo de torero eres. Lo sabíamos, pero querías mostrárselo a todos, la televisión lo puso en miles de pantallas para que todos sigamos creyendo en la Fiesta, en su misterio, en sus valores, pero fundamentalmente en ti.

Querido David, no se si he sabido transmitir mi agradecimiento por tu hombría, por tu querer saber y estar, pero he sentido la necesidad de hacerlo. Sabíamos quien eras como banderillero, ahora ya sabemos mucho más, cómo eres de comprometido con ese reto diario de dar lo mejor de ti mismo. Tu corazón y tu sangre ocuparon el sitio de tu cabeza y raciocinio, pero en ese punto de locura está, precisamente, el ser torero. Ahí se distinguen unos de otros y tú has dado el paso, has subido ese escalón.

Queda esperar que te recuperes pronto, la Fiesta necesita de toreros como tú. Que te veamos pronto superar este trance que mas que hacerte daño te ha hecho el favor de mostrarnos cómo son los que sois especiales. 

Te deseo todo lo mejor David y en ese deseo va el respeto por quien en una tarde de domingo, en Nimes, dio una lección de torería a cuantos amamos la Fiesta. Un abrazo y a volver pronto.
***

1 comentario:

  1. Ahora que se ve que hay toreros que quieren devolver al segundo tercio su autenticidad y dignidad, sería muy de agradecer que se estudiara la manera de devolver a la suerte de varas el brillo que dicen tuvo en ciertas épocas.
    ¿Sería posible la confección de petos igual o más resistentes a las cornadas que los actuales, por ejemplo, utilizando como base Kevlar 29 además del inevitable acolchado para minimizar el traumatismo producido por el pitón?, ¿sería posible, si tal modificación en la defensa se llevara a cabo, picar con un tipo de caballo más ligero, pudiéndose ver de nuevo torear a caballo?
    Todo ello llevaría aparejado una modificación del Reglamento, pero la regeneración de la suerte de varas sería el complemento perfecto para lograr esa lidia eficaz y bella a la vez que todo buen aficionado desea y la Fiesta reclama.

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