José Antonio Morante de la Puebla
(Foto: Prensa FIT)
“Si quieres que te respeten, primero debes respetar”. Eso afirma el dicho. En el toreo pasa lo mismo. Por poner un ejemplo, cuando el torero tiene una actitud como la de Morante en Málaga, se le falta al respeto al aficionado.
El respeto al torero se acaba cuando éste te lo pierde a ti, aficionado
David Zamora
Pureza y emoción, Viernes 19 de agosto de 2016
“Si quieres que te respeten, primero debes respetar”. “Respeta, si quieres que te respeten”. Aunque cada uno lo dice de una manera, el significado es el mismo. Y sí, si quieres que los demás te tengan respeto, hay que respetar a los demás. En el toreo pasa lo mismo.
Si exiges a un torero, no son pocos los que se te echan encima con el conocido “un respeto a los que se visten de torero”. Desde luego, un respeto a ellos y a todos los profesionales, así como a todas las personas. Pero enfundarse un traje de torero no lo es todo.Siempre se parte del respeto al torero, pero ese respeto se acaba cuando el torero te lo pierde a ti, aficionado. Cuando el torero tiene una actitud como la de Morante en Málaga, se le falta al respeto al aficionado.
Lo anterior es un sólo hecho reciente, pero haberlos los hay a puñados a lo largo de la temporada. Por ejemplo, cuando se lidia una corrida afeitada. En ese caso también se te está faltando al respeto. Pagas tu entrada para ver un espectáculo íntegro y no se te da por lo que has pagado. Lo dice el Reglamento.
Hay más ejemplos. Podemos poner una decena, pero no es necesario. El mensaje se capta: respetemos al torero cuando éste nos respete a nosotros. Es así de sencillo.
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