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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 15 de octubre de 2017

Cataluña. Los golpistas rinden homenaje a un genocida: Lluís Companys



Puigdemont -que ha hecho una ofrenda floral ante la tumba tras ser recibido por algunas personas al grito de President- ha defendido responder con valores cívicos y democráticos las críticas "en estas horas difíciles y a la vez esperanzadas que vive Cataluña". CLICK


Tal día como hoy, el 15 de octubre de 1940, moría fusilado en el castillo de Montjuic, en Barcelona, Lluís Companys i Jover, el principal dirigente del separatismo catalán durante la Segunda República.

Lluís Companys -ante el micrófono- dando un discurso el 11 de septiembre de 1937

El fusilamiento de Companys, uno de los fundadores de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), le convirtió en uno de los mayores mitos de la causa separatista. Y para convertirlo en su mártir, el nacionalismo catalán no tuvo reparos en ocultar sus crímenes.

Y muestra clara de esa descarada labor de ocultación y blanqueamiento es la biografía que publica en su web la presidencia de la Generalidad: el texto omite los muertos provocados por el golpe de Estado separatista encabezado por Companys -de hecho, dicha web ni siquiera lo cita como un golpe e incluso lo justifica alegando “la involución conservadora del régimen republicano y las amenazas contra la autonomía catalana”-, y también oculta los miles de asesinatos cometidos bajo su mando en la Guerra Civil.

Esta misma falsificación de la historia es la que le imponen a los niños en las escuelas públicas catalanas. Como la Generalidad no lo cuenta, os lo contaré yo

Después de la victoria del centro-derecha en las primeras elecciones con voto femenino celebradas en la historia de España, en noviembre de 1933, Companys encabezó un golpe de Estado separatista contra la Segunda República el 6 octubre 1934.

Los separatistas iniciaron los combates disparando contra los soldados, provocando un muerto y varios heridos

El líder de ERC exigió al Ejército que se pusiese bajo su mando, algo a lo que el capitán general de Cataluña, el general Domingo Batet, se negó, manteniéndose fiel al gobierno de la República y declarando el Estado de Guerra.

Esa misma noche, partidarios del golpe separatista salieron armados a las calles -entre ellos grupos paramilitares de partidos de izquierda equipados con fusiles- y levantaron barricadas.

Cuando un grupo de militares fieles a la República acudieron a la Rambla de Santa Mónica a leer el bando declarando el Estado de Guerra, los separatistas iniciaron los combates disparando contra los soldados, provocando un muerto y varios heridos.

Mozos de Escuadra detenidos por su participación en el golpe de Estado del 6 de octubre de 193

El golpe, apoyado por los Mozos de Escuadra dejó 107 muertos 

Además de recibir el apoyo de los citados grupos paramilitares y de algunos miembros de la Guardia de Asalto, los separatistas emplearon en el golpe como fuerza armada a los Mozos de Escuadra. Los combates terminaron al día siguiente cuando los separatistas se rindieron al Ejército. El general Batet empleó la fuerza imprescindible para controlar la situación con el mínimo derramamiento de sangre posible.

Companys fue encerrado en el penal del 
Puerto de Santa María (Cádiz)

En las 10 horas que duró, el golpe de Companys dejó 107 muertos. Él y su gobierno fueron sometidos a juicio por el Tribunal de Garantías Constitucionales y condenados a 30 años de prisión por rebelión militar. Companys fue encerrado en el penal del Puerto de Santa María (Cádiz).

A pesar de su condena, sólo estuvo en prisión 16 meses. Nada más llegar al poder el Frente Popular en febrero de 1936 mediante unas elecciones amañadas, el nuevo gobierno de extrema izquierda decretó una amnistía urgente a todos los encarcelados por los golpes de Estado de Cataluña y Asturias de 1934, a pesar de ser responsable de sangrientas rebeliones armadas contra la República que se saldaron con numerosos muertos.

Lluís Companys -en el centro de la foto- y otros miembros del gobierno catalán tras su detención una vez fracasado el sangriento golpe de Estado que perpetraron el 6 de octubre de 1934 contra la Segunda República


En vez de encarcelar a los alzados como habían hecho con él, Companys hizo fusilar a 199 militares 

Las ‘purgas’ de Companys

Unos meses después de haber sido puesto en libertad, Companys pasó de ser un golpista a hacer frente al alzamiento militar del 18 de julio de 1936, con el que dio comienzo la Guerra Civil Española. En vez de encarcelar a los alzados como habían hecho con él, Companys hizo fusilar a 199 militares que participaron en el golpe en Barcelona.

Fue solo el comienzo de más de tres años en los que Cataluña se convirtió en el escenario de una feroz represión contra derechistas, católicos y contra todo aquel que le estorbaba.

De hecho, entre los ejecutados incluso hubo 90 miembros de su propio partido, ERC, una situación pasmosamente parecida a lo ocurrido en la Alemania nazi en la “noche de los cuchillos largos” y en la URSS durante las purgas de Stalin.

El alcalde de Lérida, el catalanista Juan Rovira y Roure, fue fusilado por haber organizado una cabalgata de Reyes

Ejecutó a más gente en 3 años que la Inquisición 

Las cifras son escalofriantes: bajo las órdenes expresas o con el consentimiento de Companys fueron asesinadas más de 8.000 personas por sus ideas políticas o creencias religiosas, muchas de ellas sin juicio previo.

El terror de Companys, un político abiertamente cristianófobo, se cebó especialmente con los católicos: fueron asesinados 4 obispos, 1.536 sacerdotes (el 30% del clero catalán) y miles de seglares por el mero hecho por ser católicos. Cualquier excusa valía para justificar esos crímenes: un religioso discapacitado fue ejecutado por el mero hecho de saber latín. El alcalde de Lérida, el catalanista Juan Rovira y Roure, fue fusilado por haber organizado una cabalgata de Reyes.

Para que nos hagamos una idea de la magnitud de estos crímenes, simplemente señalaré que en la Cataluña gobernada por Companys y en poco más de tres años fueron asesinadas más personas que por la Inquisición española en 140 años en todo el Imperio español(entre 1540 y 1700 los ejecutados por ese tribunal fueron unos 3.000 en todos los territorios de la Corona española, según los datos de los que se dispone hoy en día).

Cuadro representando la ejecución de los mártires hospitalarios de Calafell, en Tarragona, el 30 de julio de 1936.

Convirtió a Cataluña en un dictadura de extrema izquierda 

Además se las ejecuciones, Companys prohibió el culto católico (preguntado por una revista francesa por su posible restauración, se jactó de que “todas las iglesias han sido destruidas”), y envió a muchos presos políticos a campos de concentración, en los que a menudo los más débiles o los que no podían trabajar eran asesinados sin más.

Por otra parte, bajo el régimen de terror de Companys fueron destruidos más de 7.000 edificios religiosos en Cataluña, provocando la destrucción, el robo y el expolio de una gran parte del patrimonio histórico y artístico de Cataluña. En la práctica, Companys actuó como un tirano totalitario, con absoluto desprecio por los derechos humanos, convirtiendo de hecho a Cataluña en una dictadura de extrema izquierda

El tirano, elevado a los altares 
del separatismo catalán 

A pesar de su sangriento golpe de Estado contra la Segunda República, a pesar del terror que desató durante la Guerra Civil, el hecho de haber muerto fusilado -el mismo método de represión que él usó contra sus rivales- hace que hoy muchos le absuelvan de sus crímenes, dedicándole homenajes institucionales y blanqueando su figura en los libros de texto escolares.

Que el nacionalismo haya canonizado a este salvaje es una muestra más de hasta qué punto esa ideología falsifica la historia

También se le dedican a él las calles que se le niegan a la amplia mayoría de las víctimas de su golpe de 1934 y de su ola de terror durante la Guerra Civil, víctimas que hoy son condenadas al ostracismo y al olvido.

Como ya dije aquí hace dos años, que el nacionalismo haya canonizado a este salvaje es una muestra más de hasta qué punto esa ideología falsifica la historia y eleva a sus altares a cualquier antidemócrata con tal de que haya profesado un profundo odio a España.

LLUÍS COMPANYS: 
UN GENOCIDA COMO REFERENTE MORAL Y POLÍTICO DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN.

Todos los españoles y muy especialmente los españoles catalanes, tenemos derecho a conocer la auténtica historia. No podemos permitir que se nos sigan ocultando ni tergiversando los hechos históricos.

Pretendo con esta publicación arrojar un poco de luz sobre el perfil humano y político del abyecto personaje que 77 años después de su desaparición, sigue siendo el referente moral e ideológico del independentismo catalán.
Y es que cuando hablamos de los salvajes talibanes de Oriente solemos olvidar que en España, no hace tanto tiempo, se perpetró una persecución religiosa como no se había conocido desde los tiempos de la Roma pagana o la invasión islamita del año 711.

Uno de esos asesinos en serie, no menos esforzado en sus labores criminales que el carnicero de Lyon o "El Califa", fue el nacionalista catalán Luis Companys, una deyección de la Segunda República a la que que no hace tanto tiempo le han puesto monumento, calle y hasta el nombre del estadio olímpico de Barcelona para mayor vergüenza de todos los ciudadanos de bien.

Según diversos estudios considerados de máxima solvencia, el aludido detritus nacionalista catalán creó 200 Comités de Milicias con el siguiente resultado:

Persecución neroniana contra la Iglesia: 
2.441 asesinatos de religiosos (1.538 curas, 824 religiosos, 76 monjas), incluyendo 3 obispos catalanes. En agosto de 1936 las patrullas de Companys mataban 70 curas al día. Muchos eclesiásticos de las provincias fronterizas pudieron huir de la Cataluña de Companys. Por eso en Lérida fue exterminado el 65% del clero, en Tortosa el 62%, en Vic el 27%, en Barcelona el 22%, en Gerona el 20%, en Urgel el 20% y el Solsona el 13%. En fin, un 35% del clero de toda España fue asesinado en Cataluña. Por eso Companys le confesaba a Juan Simeón Vidarte hablando de los frailes: “De esos ejemplares aquí no quedan”.

Destrucción artística y cultural. Como escribió Juan Bassegoda Nonell, director de la Cátedra Gaudí: 
“Nunca en la dilatada historia de Cataluña se había producido un conjunto de daños contra el patrimonio artístico tan sistemáticamente organizado”. Salvo el rescate in extremis de Montserrat, la catedral de Barcelona y poco más, la Generalitat legitimó los expolios y destrucciones: joyas escultóricas, retablos barrocos, incunables, las pinturas de Sert en la catedral de Vich… Incluso el canónigo catalanista Martí Bonet habla de “el martirio de los templos”. En Barcelona ardieron 500 iglesias, incluida la Sagrada Familia: todas menos 10. Se profanó la tumba de Gaudí, se quemaron 464 retablos de valor incalculable, se silenciaron las campanas.

Asesinatos por militancia política: 
Companys acabó con 1.199 carlistas, 281 lligaires, 117 de Acción Popular Catalana, 110 del Sindicato Libre, 108 falangistas, 213 de la CEDA, 70 de Renovación Española, 36 de la Unión Patriótica.

Asesinatos de periodistas: 
54 víctimas. Coses de la llibertat de premsa sota la Generalitat nacionalista.Asesinatos de nobles: 31 víctimas.

Asesinados del Círculo Ecuestre: 52 víctimas.

Asesinatos de poetas y literatos
al menos 17 víctimas. El terror acabó apagando el genio cultural catalán de toda una generación. La lista de intelectuales emigrados superaría con creces a la de los que se quedaron….

Para finalizar, hoy podemos afirmar sin temor a equívocos que los treinta y cuatro meses últimos del gobierno de Lluís Companys (de julio de 1936 a febrero de 1939) fueron una auténtica deshonra para Cataluña.Fueron sin lugar a dudar los años más siniestros de la gloriosa historia de esa queridísima tierra española llamada Cataluña.

En 1939, Lluís Companys vencido en la guerra civil, se exilió, pero fue detenido en Francia, juzgado y fusilado en Barcelona el 15 de octubre de 1940. La historia nos indica que en julio de 1936 Companys había hecho fusilar 199 militares de los que se sublevaron en Barcelona, en el alzamiento de Franco y Mola.

Estos son los hechos...que cada cual saque sus conclusiones.

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