Y ¿quién decide lo que es políticamente correcto? Pues grupos de presión que mueven hábilmente a las masas con poca formación, especialmente, jóvenes bastante ignorantes, fácilmente manejables y emocionables. En ello tienen un papel fundamental los medios de comunicación, en muchas ocasiones comprados de una u otra forma, porque dichos medios que tanto critican a los políticos (naturalmente a los de ideología contraria), son tan corruptos como estos, o más.
Políticamente correcto
Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
Podríamos hablar mucho del origen y evolución del término, "lo políticamente correcto" o "corrección política", que se viene usando desde hace muchos años, si bien desde finales de la década 1980, se suele aplicar más para referirse a evitar palabras que puedan ofender a colectivos especialmente desfavorecidos, o en temas de sexo y de raza. Después se ha dado en usar con un sentido peyorativo, especialmente en los medios de comunicación.
Pero la realidad es que siempre, entre los seres humanos, ha habido tendencia, por parte de algunos a actuar de forma "políticamente correcta", es decir para agradar a un determinado grupo, o para no molestar a otro, según las circunstancias y las conveniencias de cada cual.
En la España actual alcanza su máximo auge lo de ser "políticamente correcto", en casi todos los aspectos de la vida, especialmente entre los políticos. Con ello se quiere significar la actuación de personas o colectivos que siempre van a favor del viento para no molestar a alguien, con razón o sin ella, o a un colectivo determinado, si bien la realidad es que cuando se es "políticamente correcto" casi siempre se está siendo hipócrita, pues generalmente o, al menos, en muchas ocasiones, se dice o defiende algo distinto a lo que se piensa.
Y ¿quién decide lo que es políticamente correcto? Pues grupos de presión que mueven hábilmente a las masas con poca formación, especialmente, jóvenes bastante ignorantes, fácilmente manejables y emocionables. En ello tienen un papel fundamental los medios de comunicación, en muchas ocasiones comprados de una u otra forma, porque dichos medios que tanto critican a los políticos (naturalmente a los de ideología contraria), son tan corruptos como estos, o más. Naturalmente estos grupos de presión, o lobbies Animalistas, Feministas, Gays y lesbianas, los de la Ideología de género, etc., siempre tienen unos objetivos, generalmente de tipo político y /o económico, que al final les reportan beneficios, por lo general muy sustanciosos. Deciden algo y empiezan a difundirlo machaconamente en la sociedad hasta que llega un momento en que opinar lo contrario significa excluirse, ridiculizarse aparentemente.
En nuestra España, y desde hace bastantes años, podríamos decir que prácticamente desde la transición política, aunque de forma muy acentuada en los últimos 10-15 años, se considera políticamente incorrecto expresar ciertos pensamientos u opiniones, por lo que aquellos que los tienen se ven obligados a no manifestarlos, o a decir lo que en ese momento se considera "políticamente correcto", aun pensando lo contrario.
Tenemos muchos ejemplos de ello, si bien solo citaremos algunos de los más significativos.
De forma, general, en España resulta políticamente incorrecto decir públicamente:
-Que se es creyente. ¡Y no digamos, que se es del Opus Dei! He pasado toda mi vida en la Universidad, y fíjense hasta donde llega lo "políticamente correcto" que, en los últimos 15-20 años he podido comprobar cómo algunos, a la hora de tomar posesión de un cargo, en lugar de emplear la formula "Juro .....guardar y hacer guardar...", decían, "Prometo....." cuando yo sabia y sé que son creyentes, pero no querían manifestarlo públicamente, y menos en Andalucía.
-Que se es de derechas.
-Que para tener derechos hay que tener previamente unos deberes.
-Que muchos de los inmigrantes son delincuentes. El porcentaje de hechos delictivos es muchísimo más alto, proporcionalmente, entre inmigrantes que entre españoles. Esto es una realidad, y con ello no se quiere decir que todos los inmigrantes sean delincuentes, pero los hecho son los que son. Los números cantan.
-Que no se es feminista.
-Que lo de la Ideología de género es una falacia.
-Que decir miembros y miembras, niños y niñas, portavoza, compañeros y compañeras, es una estupidez, además de ser incorrecto.
-Que no se está a favor del aborto.
-Llamarle al aborto provocado, aborto provocado. Lo "políticamente correcto" es llamarle "IVE" (Interrupción voluntaria del embarazo, es decir, un aborto provocado voluntariamente. Mediante el lenguaje se puede influir mucho en las mentes, y cuanto menos claras sean más se influye).
-Llevar la bandera de España en la pulsera del reloj o en alguna parte de las ropas.
-Que la mili debería ser obligatoria.
-Que te gustan los toros.
-Que eres un patriota.
-Que el caudillo Francisco Franco hizo cosas muy buenas para España.
-El partido político VOX existe desde diciembre de 2013, y nadie hablaba de él, pero ahora que ha obtenido 12 diputados en Andalucía, prácticamente el resto de partidos, aunque el PP menos, se han lanzado a su yugular demonizándole, insultándole, calumniándole, llamándole fascista, y todo lo que se puedan imaginar. Por tanto, decir ahora que eres de Vox, que has votado a VOX, o que te gusta el programa político de VOX te puede hasta costar la vida (ya conocen las amenazas de muerte a Morante de la Puebla) si das con un descerebrado, incapaz de pensar, que obedece ciegamente a la llamada del líder.
-Que en realidad el Che Guevara fue cobarde criminal. Eso es lo que fue, aunque digan lo contrario hasta el final delos tiempos.
-Que la homosexualidad no es el tercer sexo, porque no hay tercer sexo; hay masculino, femenino e intersexos. Incluso ya, en algunos ambientes, decir que eres heterosexual no está bien visto.
-Decir que un negro es negro. Lo "políticamente correcto" es decir que es de "color", lo cual es una idiotez monumental, porque de color, podría ser verde, rojo, amarillo, azul, etc. Siendo sinceros, pensamos que quien evita decir que un negro es negro y dice "de color", es porque en su interior minusvalora a esa persona por el color de su piel.
Además de ello cada región española tiene, a su vez, una serie de aspectos que allí resultan políticamente incorrectos. Por ejemplo decir en Cataluña que se es del club de fútbol Español o que no se es separatista. Decir esto último en Vascongadas igualmente es políticamente incorrecto.
En Andalucía, hasta hace unas semanas, y probablemente continuará por mucho tiempo, era políticamente incorrecto decir públicamente que no eres del PSOE y que La Junta de Andalucía era un nido de corrupción. Decir eso te podía costar el puesto de trabajo, o por lo menos cierta persecución, si eras un funcionario.
En definitiva, que manifestar públicamente algunos de los pensamientos que hemos expuesto puede significar, con toda seguridad, el señalamiento, la exclusión, el aislamiento, incluso la persecución, por parte de los que piensan lo contrario o, mejor dicho, creen que piensan lo contrario, porque generalmente tienen poca capacidad de pensar, se limitan a seguir las indicaciones de quienes les dirigen, sin ellos darse cuenta. Lo que si hacen es mucho ruido, ya que no son capaces de pensar, y como sabemos, "el bien no hace ruido y el ruido no hace bien" (San Vicente de Paul).
Sin duda los que por sistema actúan siguiendo las pautas de lo "políticamente correcto", suelen ubicarse en dos posibles grupos:
a)Personas mediocres, típicos "trepas" en la vida, que para conseguir lo que quieren siempre se adaptan a lo que más les conviene, sin tener en cuenta principio ético alguno; b)Hay otro grupo que realmente padecen una patología, el llamado Síndrome de Solomon Asch (1907-1996), un psicólogo norteamericano, de origen polaco, que lo describió en 1950. Demostró que la presión social puede inducir al error, a cambiar de opinión, sin quererlo, pero voluntariamente, para no desentonar del resto. Consiste en cambiar la opinión sobre cualquier tema, y expresar algo que no se piensa, para coincidir con lo que dice la mayoría.
Este síndrome, en nuestra sociedad, es muchísimo más frecuente de lo que puede pensarse en principio. Si he de ser sincero, conozco a pocos que no lo padezcan en mayor o menor medida.
Su tratamiento consiste en hablar lo necesario, solo cuando sea necesario y con quien sea necesario, pero decir lo que se piensa, sin ofender a nadie, y si alguien se molesta, allá él, es su problema, pero no acobardarse y dejarse llevar por los demás. Claro que para ello es necesario tener la inteligencia, valentía y personalidad suficientes, y todo ello escasea por separado, y muchísimo más junto.
En cualquier caso, hacer siempre lo "políticamente correcto" es vivir pensando en el que dirán, y el que vive así no vive su vida sino la que le imponen los demás.
Obviamente, exponer cuanto acabamos de exponer es "políticamente incorrecto". Somos conscientes de ello, lo firmamos y asumimos sus consecuencias, pero no nos plegamos a la estupidez, la falsedad y la hipocresía.
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