Una de cal y otra de arena. Noticias esperanzadoras con carteles en muchas localidades, pero falta lo mejor, aquellos que se refieran a las plazas de primera. Cuando de esas plazas se habla se cierran las esperanzas y hasta las ilusiones.
Y no es que queramos ser más papistas que el Papa, sabemos que las condiciones de la pandemia están sin resolver, o muy lejos de ello, todavía. Un obstáculo imposible de salvar hasta lleguen tiempos mejores. Los habrá, pero todavía queda camino por recorrer.
El único caso, y está a la vuelta de la esquina, es que Madrid abrirá sus puertas, quizá de forma testimonial, en unos días, pero dónde queda Valencia, descartada ya su feria de julio por Simón Casas, dónde queda Bilbao sin programación alguna, dónde Pamplona, dónde Sevilla hasta septiembre… En resumen, todo lentamente, quizá con toda la lógica del mundo, que no está el horno para bollos.
Si en plazas de segunda se puede programar con aforos del 50%, por qué no en las plazas de primera. Tanta diferencia hay en la exigencia de honorarios por parte de los toreros, como para hacerlo inviable. Si es así, cómo se puede programar lo de Madrid. ¿Quizá porque los anunciados no son los del caché estratosférico?
Pues quizá sea así, pero yo me apuntaría a ver toros en Madrid sin necesidad de que vengan los de los honorarios por las nubes. Es más, lo que me presumo es que lo que de verdad les duele a esas figuras es que salga el toro en toda su integridad y no otro más apañadito para hacerle monerías.
Manuel Escribano, Fortes, Sergio Serrano y, fundamentalmente, Antonio Ferrera y Emilio de Justo, que ocupan un lugar más alto de cotización, han aceptado estar en Las Ventas con un cuarto de aforo. Eso dice mucho de ellos, ya que significa que sus pretensiones económicas se ven mermadas drásticamente, pero aceptan pisar la arena venteña con todo lo que ello conlleva.
Lo cierto es que con toreros así Madrid podría seguir dando toros todo el verano. Estoy seguro, que los aficionados cabales de esta plaza pueden pasar perfectamente sin determinados toreros a los que llaman figuras. Puedo añadir unos cuantos más a los citados que también vendrían: Diego Urdiales, Juan Ortega, Curro Díaz, Paco Ureña, Rafaelillo, David de Miranda, Fernando Robleño, Morenito de Aranda, Rubén Pinar, Octavio Chacón, Javier Cortés, José Garrido, Juan del Álamo...
Con esos nombres, y muchos más, estoy seguro se pueden montar muchos carteles, con ganaderías y encastes diferentes a los que los de los honorarios también exigirían, para tener continuidad en la plaza donde mejor se puede relanzar la Fiesta tras la puñetera pandemia. Eso nos acercaría mucho más a la normalidad que se desea.
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