Asimismo, ha reconocido “la Feria Taurina en honor a la Virgen del Carmen, como de interés público, tradicional y turístico, y parte integrante del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Provincia de Celendín, unida a sus más arraigadas tradiciones conforme a las disposiciones contenidas en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO” comprometiéndose según el texto aprobado a la defensa y promoción de las corridas de toros que forman parte del PCI.
Esta declaración se produce en medio de la actual coyuntura política del Perú, cuando todavía no se había cerrado el escrutinio que definirá su próximo Presidente, convirtiéndose en un auténtico canto de libertad cultural del pueblo peruano, de respeto a sus tradiciones y costumbres.
En Celendín se celebran sus fiestas taurinas en la plaza de toros llamada Sevilla-Celendín, que se construye con madera año tras año, con el expreso propósito de celebrar sus festejos y corridas de toros. Algo similar a lo que ocurre en México en la Plaza de la Petatera en la Villa de Álvarez, y en Montemayor de Pililla, Fermoselle y Ciudad Rodrigo en España entre otras muchas plazas del planeta de los toros.
Los miembros y directivos de la Asociación Cultural Taurina del Perú continúan con su trabajo de conseguir que la Tauromaquia Peruana, que hoy cuenta con la más importante figura del Toreo, el Matador Andrés Roca Rey, alcance el reconocimiento que le corresponde, como una de las manifestaciones culturales más arraigadas en el corazón del pueblo peruano.
La Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT), traslada a la afición peruana su efusiva enhorabuena por tan importante declaración, que protege este elemento del Patrimonio Cultural Universal, ratificando el compromiso de continuar conjuntamente el trabajo con la Asociación hermana peruana para aumentar el número de municipios y provincias de ese país que realicen declaraciones de este tipo.
--Relacionado: Celendín, expresión real de la cultura popular peruana (con un video aéreo de su plaza)
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