Juan Ortega con "Travieso". Fotograma, Plaza Toros TV
Anochecía. Cogió Juan su montera, se fue a donde José Luis Galloso en el cincuentenario de su alternativa, se la ofreció, y le dijo con reverencia: “Maestro por haber engrandecido esta tierra con su entrega y su verdad”, luego citó a “Travieso” y estatuario le bordó tres derechas, dos trincherazos y uno de pecho que hicieron crujir la vieja plaza. ¡Eso es un brindis!
Ortega honra el arte
Juan Ortega que forja una joya y corta las dos orejas del sexto, un valeroso Luque que recibe tres, y El Juli con dos ovacionadas lidias, enlucen los malos garcigrandes.
Jorge Arturo Díaz Reyes
Crónica Toro / Cali, VIII 6 2021
Me repito y me sostengo ¡Qué bello torea Juan Ortega! !Verdad pa´ Dios! ¡Qué distinto! ¡Cuan sentido! ¡Cómo conmueve! Su majeza, su minimalismo cinético, su terrígeno duende. Cómo se yergue, se planta y se queda. Cómo deja fluir lentamente, cual agua mansa su templado y sereno toreo. Cuánto duran sus muletazos. Qué fortuna para nuestra descreída época que aun haya sacerdotes que oficien con el alma, y artistas verdaderos que todavía lleguen a ella.
Anochecía. Cogió Juan su montera, se fue a donde José Luis Galloso en el cincuentenario de su alternativa, se la ofreció, y le dijo con reverencia: “Maestro por haber engrandecido esta tierra con su entrega y su verdad”, luego citó a “Travieso” y estatuario le bordó tres derechas, dos trincherazos y uno de pecho que hicieron crujir la vieja plaza. ¡Eso es un brindis!
Otra serie no menos donosa por el mismo lado, y se arrancó la banda tras el griterío. Despacio, paciente, justo, acompasó las mezquinas embestidas, tejiéndolas como un orfebre que crea con metales viles. De tan baja la muleta el toro la pisó y desarmó. La plaza extasiada lo ignoró, la música no se detuvo ni el toreo tampoco. Naturales y naturales a un ritmo más que lento. Y el temple, y el sitio, y el garbo. Tronío. A volapié frentero, la estocada de la tarde tiró al mansurrón sin puntilla y las dos orejas cayeron irrefutables en ofrenda a la reivindicación del arte de torear, como lo llamaba Pepehillo. Al tercero le había escanciado los deslucidos viajes y de nos ser por la espada baja hubiese quizá recibido algo más que la ovación en el tercio.
Daniel Luque sí o sí. Con lo que venga; noble y de poco fondo como el segundo. Bruto e incierto como el quinto. Siempre aguantado, veraz, estoico. Siempre triunfando, tozudo buscando el cartel que sus arrogancias juveniles le negaron a su reconocido talento. Por encima de su lote, desorejó uno y casi el otro. A distancia, o metido en la cuna, corriendo la mano o poniendo el cuero, mandando o asustando. Pudiente y creativo. Certero con el acero y sin dejar su rictus malgeniado y esa montera calada hasta las cejas que le da un aire de perdonavidas. La plaza se le entregó toda, y a no ser por la magia final de Ortega, se lleva la tarde solo para él.
El peso específico del Juli. Sí la densidad de su toreo. Esa enjundia, ese hacer sentir que su hábitat natural, en el que ha vivido la mitad de su infancia, su adolescencia y toda su adultez, es el terreno del toro. Donde se siente a sus anchas, intuyendo las reacciones de los animales, entendiendo su leguaje, tratando con ellos como el niño de la jungla. La media muleta por la arena, el temple justo, el gesto vehemente. Su faena del primero fue completa, llevando el toro embebido por las dos manos, sin un dislate. Pinchó arriba y estoqueó atrás. Recio, sometió también al bravucón cuarto hasta que derrotado se le rajó. Metió el estoque bajo y se fue ovacionado pero sin tocar pelo.
Justo Hernández, el ganadero se juzgó duro a sí mismo. “La corrida fue mala, pasé mucho miedo algunos toros no pude ni verlos. Gracias a los toreros que se han impuesto a lo imposible”. Creo que no era para tanto. Cierto, la disparidad y algunas caras no eran de lujo, pero la mansedumbre, la rudeza, el genio… también son condiciones naturales del bos taurus ibéricus, y su imprevisibilidad es precisamente la que hace de la fiesta lo que ha sido, lo que es y permite a los toreos mostrar su valía y engrandecer la tauromaquia. Como hoy. Vamos Justo, más justicia contigo mismo y con el toreo que para eso es.
FICHA DEL FESTEJO
Puerto de Santamaría. Viernes 6 de agosto 2021. 1ª de feria. Lleno en lo permitido. Seis toros de Garcigrande, dispares de presencia y de diverso juego.
El Juli, saludo y saludo.
Daniel Luque, dos orejas y oreja.
Juan Ortega, oreja y silencio tras tres avisos.
Incidencias: Saludaron; Sergio Blasco y Fernando Sánchez tras parear al 2º. Mauel Rodríguez “Mambrú tras parear al 6º y ovacionado Juan Contreras al parear al 7º.
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