Fue una delicia el desarrollo del programa, que arrancaba con las típicas "toreras" o canciones de fiesta en "los días de toros" en los pueblos de Salamanca.
Canciones tradicionales charras primas hermanas de las que cantan los gitanos con aire propio, como el fandango por bulería e incluso por soleá, y los pasacalles por tientos y tangos. Algunas piezas son romances, y otras, coplas, que narran historias alusivas a personajes y hechos de épocas remotas, cuyas fuentes de inspiración hay que situar en el siglo XIX e incluso XVIII. Igualmente temas instrumentales como fandangos y alegrías, tan características de los gitanos, desde luego casi todo enfocado por la tradición taurina que se conserva en la provincia de Salamanca. Un prodigio de música costumbrista, piezas tradicionales de arrebatados zapateaos, no obstante, suavizados por el temple y el compás del grupo en conjunto, absolutamente sincronizados el tocador o tocaor y la bailadora o bailaora, con la cantadora o cantaora, como se dice según las terminaciones lingüísticas aplicadas en uno u otro gremio.
Y ahí las letras que hablan de personajes históricos de la tauromaquia tradicional salmantina, como Juan Sánchez de Carreros ("don Juanito el de Carreros"), lígrimo charro, tan puro en sus costumbres que vestía siempre y sólo de charro; Ramón Cobaleda, origen de "los Cobaledas"; el Cojo de Continos, de quien proceden los Pérez-Tabernero; y Llen, como los actuales con este nombre. Todos los antecesores de ganaderos de renombre. Y asimismo personajes tan populares como los maletillas y diestros tradicionales como "El Cachucha" y "El tuerto de Peñaranda", el torero de la mortal cogida que predijo su mujer como adelanto de una maldición.
Pasacalles con denominaciones tan sugerentes como "la Torera" y "la Vaca Ventanera" y hasta el popularísimo "Burro que acarreaba la vinagre".
En la interpretación, el tocaor Nano Serrano, los hermanos Dalila y Aaron Salazar al cante, la bailaora flamenca Alicia Almeida, la pareja de charros al baile formada por Maira Pérez e Iván García, y el tamboril y la gaita de José Ramón Cid, éste director del grupo. Asimismo levantaron clamores los jovencísimos toreros alumnos de la Escuela Municipal Taurina de Almería, Francisco, Javi y Kelvi, en un sugerente, artístico y cautivador toreo de salón encajado en varias piezas musicales.
Una fantástica velada que el Foro Cultural y Taurino de Vera planteó como un guiño a sus gitanos, "los gitanos de Vera", para ensalzar de ellos sus rasgos culturales y valores morales de fidelidad y solidaridad, generosidad, amor y hospitalidad, y por supuesto libertad.
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