MÉXICO: MAGISTRAL FERMÍN RIVERA / Por Jardinero de San Mateo

Fermín Rivera / Foto de Tadeo Alsina en Aplausos

La unión de todas las fuerzas taurinas es absolutamente exigible en este momento, como también combatir los factores internos dentro de la tauromaquia que la están disminuyendo: ciertos empresarios rapaces, ganaderos tramposos, toreros viciados, crónica vendida y el villamelonismo rampante. Agrégese ahora un autoridad incompetente que obsequia orejas a destajo.

MAGISTRAL FERMIN RIVERA. LOS “SANTOS REYES” OTORGAN OREJA AL “CAPEA”, UN DESASTRE CHRISTIAN ORTEGA CON TOROS BIEN PRESENTADOS Y ALGUNOS BRAVOS DE SAN MATEO

12ª corrida de la Temporada Grande en la plaza “México”. Tarde fría y con lluvia ligera. Entrada minima cerca de 3,000 personas todos incluidos..

Christian Ortega. Obispo y oro. Silencio / Pitos muyruidosos y merecidos.

Pedro Gutiérrez “El Capea”. Grana y oro. Una oreja protestada / División de opiniones.

Fermín Rivera. Azul rey y oro. Dos orejas / Aplausos. Salida en hombros por la Puerta Grande por una magistral faena.

6 toros de SAN MATEO. Bien presentados que dieron un juego desigual. El 1° reservón que cambio de lidia. El 2° tenía cualidades pero se quedó corto. El 3° blandeaba, debilucho pero con mucha calidad, de buenas maneras. El 4° descompuesto, rebrincaba y se frenaba. El 5° se quedaba corto y era áspero en su embestida y el 6° un mulo que se quedaba. Todos cumplieron con el caballo, recargando y peleando. Pesos: 500, 508, 587, 538, 533 y 528 kilos.

Jardinero de San Mateo

Los infaltables anti-taurinos –me refiero a aquellos que son ajenos a la tauromaquia- volvieron a la carga y nos repitieron los argumentos con los que dicen que más de 170 asociaciones civiles presentaron una iniciativa a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para prohibir las corridas de toros en la capital. La propuesta fue congelada nuevamente en el 2012. Oigamos sus argumentos cuyo sustento es francamente discutible. 

Primero: Las corridas de toros han dejado de ser una tradición. Día a día se pierden aficionados y la economía de la tauromaquia se sostiene más en el erario que en su propia demanda. En efecto, salvo en muy contadas plazas y fechas, la disminución de público es importante, pero la razón es que las empresas han empobrecido sus carteles y los ganaderos han trocado la bravura con la gordura mansa. 

Segundo: En las encuestas recientes, el 70% de los capitalinos estaría a favor de abolir los espectáculos taurinos. Mentiras, ¿de dónde sacan estas estadísticas? Lo que sí es correcto es que hay una enorme indiferencia pública con relación a los toros y si esas personas votaran, lo más probable es que la quisieran eliminar pero ni aún con un referéndum sería la forma apropiada. 

Tercero: Quien crece en una cultura donde la crueldad contra los animales no es vista como crueldad, se forma en un ambiente de potencial violencia. Otra falacia ¿o acaso acrecienta la violencia el box que tiene una difusión muy amplia en fechas recientes? 

Cuatro: Se perderían cientos o miles de empleos, dicen los que defienden las corridas, pero un centro comercial produciría todos esos empleos en unos cuantos meses. Mentira, los estudios serios que se han realizado en España y en México, revelan que la fiesta brava da sustento a muchos miles de personas entre ganaderos, campesinos, empresarios, vendedores, etc. 

Quinto: Los toros de lidia requieren de vastas extensiones de pastizaje. Son zonas agrícolas ociosas. Mentira. El ganado bravo requiere de amplias extensiones que se combinan también con otras actividades agrícolas y las ganaderías en nuestros Estados de Aguascalientes, Tlaxcala, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, principalmente, no son las zonas óptimas para la agricultura y si fuentes de trabajo. Aduce finalmente esta refutación equívoca que, dados los cambios en las proporciones políticas en la Asamblea Legislativa podría ser más fácil que en el 2013 se pase la iniciativa. No lo creo, pero hay que estar bien preparados. La unión de todas las fuerzas taurinas es absolutamente exigible en este momento, como también combatir los factores internos dentro de la tauromaquia que la están disminuyendo: ciertos empresarios rapaces, ganaderos tramposos, toreros viciados, crónica vendida y el villamelonismo rampante. Agrégese ahora un autoridad incompetente que obsequia orejas a destajo.

Ahora, vayamos a la corrida de esta tarde. Las reses llevaron los nombres y el orden de las que aparecieron en la inauguración de la plaza “México” que provenían de la misma ganadería.

Correspondió a Christian Ortega (que nombre tan taurino¡) recibir al 1°, “Jardinero”, negro, astifino, bien armado, vuelto y delantero al que le dio unos trapazos. La res recargaba y peleaba. Se dice que dió chicuelinas. Intentó banderillear evidenciando su falta de sitio, dejando un par casi en la cola, al violín. La res salió suelta y en tablas intentó estructurar algo, pero era mucho su miedo y su ineficacia técnica. Pronto la res cambió de lidia y desarrolló sentido, por lo que el “matador” decidió entrar a matar, el toro se le vino encima y colocó “al encuentro” una horrorosa estocada trasera y caída. Con su 2°, “Gallito”, negro, delantero, también bien presentado que peleó en el caballo, evidenció que Ortega no tenía nada que hacer en la “México”. Su voluntad por banderillear fue un fiasco. Decidido?, inició un concierto de trapazos a gran distancia y precaución. El toro se frenaba y la gente se metió con él, dando un espectáculo infumable con pases sin ligazón y con el pico de la muleta. Mató de media estocada después de recibir un aviso y con un descabello impropio de un matador. Pitos muy fuertes consumando el desastre.

Pedro Gutiérrez “El Capea”, tuvo en “Fresnillo”, cárdeno, obscuro y bien armado, de bonita estampa, las posibilidades de mostrar sus avances, hecho ya en las plazas mexicanas y su señor padre distante en el tendido. Dio chicuelinas bien rematadas que merecieron aplausos. Brindó a su suegro Don Fermín pero empezó a soplar el aire mientras él se doblaba con buenas maneras. Por ambos lados dejó correr la mano y sobresalieron varios derechazos seguidos de un martinete y otro de pecho ovacionados. Con esos progresos esperábamos todavía algo más de él, pero el viento lo sacudió y sólo con la muleta a media altura logró emocionar a la clientela. Lamentablemente el toro se fue quedando y él sólo mostró destellos del bien torear mas mató de una estocada entera, trasera pero fulminante y los Santos Reyes- léase el torpe que está en el biombo-, le obsequió una oreja pese a la contrariedad mayoritaria del escasísimo público. Con “Peregrino”, un cárdeno obscuro, alto y con percha que tenía pases por el derecho ofreció una lidia sin ligazón que aunada a la aspereza de la res resultó en fracaso. Pinchó y lo mejor para él fue el silencio.

Finalmente Fermín Rivera vino a confirmar plenamente lo que ya intuíamos desde su última actuación. Es un torero en toda la extensión de la palabra. Con “Gavioto”, un cárdeno, bragado, zurdo que no fue excepcional con el caballo ofreció chicuelinas. Atacó el sobrino de Curro por el lado derecho, calentando a la clientela. Con muy buenas maneras instrumentó una faena con mando, temple, colocación y ligazón, extrayendo una a una las nobles embestidas de la res para ofrecernos una faena de mucha calidad. Para muestra, un cambio por la cara que hizo crujir a la plaza con el grito “torero”. Se solazó con manoletinas y mató en todo lo alto a un toro que había roto, luego cayó fulminado. Las dos orejas las ganó a ley asegurando su muy merecida repetición. Con su segundo “Limonero”, negro, bizco, bragado, incierto en su embestida, poca tela había para el joven maestro que intentó pases por los dos lados, pero al quedársele prefirió matar pero pinchó desviándose el estoque por una banderilla y luego dejó dos tercios de espada tendida, matando al primer descabello.

La empresa anunció dos carteles. Para el 13, el notable rejoneador Leonardo Hernández al que hay que verlo, y mano a mano “El Cejas” y “Corrientito” Adame, sacando del arcón reses de Lebrija y Fernando de la Mora. 

El día 20, ahora sí, vuelve un magnífico cartel con Julián López, que ha instrumentado la mejor faena de la temporada y Diego Silveti que quiere probar que ya está entre los grandes. También con el hierro de De la Mora.