Soraya Sáenz de Santamaría
Soraya y compañía
rescatan a PRISA y Roures de un cierre seguro
El PP se esfuerza en salvar a sus enemigos mediáticos.
El sorayismo cree que la izquierda le perdonará la vida si la agasaja convenientemente.
“el nacimiento de la Fiesta coincide con el nacimiento de la nacionalidad española y con la lengua de Castilla……… asi pues, las corridas de toros…….. son una cosa tan nuestra, tan obligada por la naturaleza y la historia como el habla que hablamos.”. R. Pérez de Ayala
El querido esposo de Soraya, jurista del Estado en excedencia y empleado por la Telefónica a lo mejor sabe algo de esto, porque el 'rescate' de Juan Luis Cebrián y de toda su ruina lo han hecho a pachas entre Botín, Fainé y Alierta (don Cesáreo).
ResponderEliminarA estos peperos mentecatos les está bien empleado lo que les pase. Se ve que con el 11M no tuvieron suficiente, que les va la marcha.
Rafael Ito
Lo que pasa es que hay otros "mentecatos y peperos también" que le gustaría que no existiese El País, La Sexta o la SER para que no se pudiera contar el escándalo de los niños robados o cuando a un cura tiene la debilidad de hacer mariconerías.
ResponderEliminarEstos mentecatos y que son peperos también, le gustaría que todos fueran como el sumiso y pelotas de Francisco Marhuenda director de La Razón, que es tan vasallo y esclavo del Partido Popular, que a tirado por tierra su carrera de periodista.
Y otros por estar en emisoras como la COPE y su sucedáneo televisivo 13 TV, que tienen que seguir la línea editorial marcada por lo que dicen sus jefes los obispos, pierden la libertad de informar cosas que son tabú para la iglesia, como el caso referido anteriormente sobre los niños robados por una monja o las mariconerías que se oculta bajo la sotana.
Pue sigamos quitando todo lo que le molesta a una gran parte dela derecha española y vamos a quedarnos con el ejemplar periodismo de algunos, como el caso reciente del periodista "estrella" Antonio Jiménez, que le da más crédito de veracidad a lo que dice un corrupto y sinvergüenza como Luis Bárcensas, a lo que dicen compañeros periodistas de El Mundo y El País.
Felipe Úbeda