"...El llevó a una plaza de toros por primera vez a quien estaba destinado a ser santo y seña del toreo durante un cuarto de siglo..."
El abuelo Leandro
Por Paco Mora
Ha muerto el abuelo Leandro. El abuelo por antonomasia del toreo. El que ha sido durante toda su vida profesional testigo y guía de Enrique Ponce. Todos los triunfos del fenómeno de Chiva iban dedicados “in mente” a aquel hombre menudo de estatura y de enorme corazón. Conocerlo era quererlo, y verle en un burladero de callejón era por sí solo un poema enamorado al arte de la tauromaquia quintaesenciado en su nieto.
El llevó a una plaza de toros por primera vez a quien estaba destinado a ser santo y seña del toreo durante un cuarto de siglo. Y lo que te rondará morena, porque ese Enrique hoy destrozado de dolor, cuya parte más noble de su torerísimo corazón recibirá sepultura con el del abuelo, tiene cuerda para mucho tiempo a juzgar por la dimensión que está dando este mes de agosto, que hace ya muchos años que lleva su nombre. Sé que el gran torero está pasando por los momentos más tristes de su vida, pero yo, que tantas veces hablé con él, estoy seguro de que la sombra buena del “abuelo Leandro” le seguirá protegiendo mientras se vista de luces y aún más allá. Su sonrisa de hombre bueno y aficionado cabal le hará compañía eternamente. Descanse en paz, y el pésame más sincero a toda la familia a la que con el abuelo se les va lo más entrañable de sus vidas.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario