"...Los toros han suspendido el examen y si acaso alguno ha rozado por los pelos el aprobado. Me consta que ahí hay un pequeño problema subsanable con las medidas que ya ha tomado Ricardo Gallardo. De la escrupulosidad, afición y alma ganadera de Gallardo cabe esperarlo todo y pronto. O sino al tiempo..."
Espadas en alto
Por Paco Mora
En el duelo entre Perera y Fandiño, las espadas siguen en alto. Es cierto que el de La Puebla de Prior puntuó, y afinando se podría decir que ha ganado por la mínima, pero no sería cierto porque también el vasco después de una faena vibrante, por la renuencia del morlaco a pasar a mejor vida se quedó sin trofeo. Estaba claro que el éxito del mano a mano lo decidirían los toros de Ricardo Gallardo. Los dos toreros son dos perros de presa y si los bureles hubieran ayudado un poco, dadas las ganas que ambos han puesto en el empeño, la tarde habría acabado en triunfo. Pero como dijo el clásico coletudo: “Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”.
Esta tarde en Vista Alegre han salido a la arena cinco toros de Fuente Ymbro y uno de Alcurrucén, ambos hierros de los más encastados en la actualidad, y sin embargo han fallado los toros. Los toreros han estado a la altura del acontecimiento, en lo que cabía esperar de ellos. Lo demás habrá que ponerlo en la cuenta de los imponderables. Perera con el más potable de los de Gallardo ha estado hecho un león, pasándose los pitones por la faja con las manos muy bajas y pisando terrenos de sumo compromiso, y como la espada ha viajado certera se lleva una oreja en el esportón. Con los otros ha sido imposible; su primero tenía menos vida que un almanaque el 31 de diciembre, y a su segundo nadie podía acusarlo de colaboracionista. Fandiño, ha vuelto a ser Iván “El Terrible”, a juzgar por las cercanías y el empeño que ha puesto toda la tarde, y lo cierto es que en su primero a punto estuvo de tocar pelo, como hemos dicho más arriba. Pero continúa con el bastión muy alto y ahí esta la feria que ha echado en Bilbao. Él y Perera se van para volver cuando quieran.
Los toros han suspendido el examen y si acaso alguno ha rozado por los pelos el aprobado. Me consta que ahí hay un pequeño problema subsanable con las medidas que ya ha tomado Ricardo Gallardo. De la escrupulosidad, afición y alma ganadera de Gallardo cabe esperarlo todo y pronto. O sino al tiempo.
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