"..Llegará el momento de volver a colocar las estatuas de Cristóbal Colón y Juan Rodríguez Suarez donde corresponde. Solo la ceguera de los fanáticos puede ignorar las portentosas consecuencias de aquellos sucesos que nos colocó en el camino de la civilización occidental..."
EL 12 DE OCTUBRE Y SUS CONSECUENCIAS
Fortunato González Cruz** / Mérida-Venezuela, 12/10/2014
El impacto de los acontecimientos desencadenados a partir del 12 de octubre de 1492 fue planetario y total como ninguno otro en la historia e influyó en forma determinante en los procesos sociales, económicos y políticos de todo el mundo; modificó conceptos filosóficos, científicos y artísticos; cambio formas de ver, pensar, hacer y estar en el mundo. Fue el comienzo de lo que ahora llamamos globalización pues se comprendió que el planeta es una esfera compartida por la humanidad. Dos mundos que no se conocían comenzaron a interactuar y a partir de allí a forjar una nueva realidad planetaria.
El conocimiento despejó el horizonte y entendimos que su único límite es la inteligencia humana. Europa encontró en América una riqueza cultural y material que no supo comprender y reconstruyó en la tierra nueva sus modelos de dominación, pero América abrió la esperanza y los sueños como magistralmente lo interpretó Tomás Moro en su “Utopía”. Largo y doloroso fue el proceso de entendimiento que aún hoy no madura.
La economía se transformó y modificó modos y maneras. El maíz y las solanáceas como la papa, el tomate y los ajíes o pimientos contribuyeron a aliviar las hambrunas europeas y cambiar gustos y sazones. El cacao se metió hasta en los salones más distinguidos. Los bovinos, porcinos, ovinos y las gallinas; el trigo, la vid, el arroz, los plátanos, la caña de azúcar y las especies enriquecieron la cocina americana y produjeron cambios profundos en las costumbres. Fue en los fogones donde se coció la integración planetaria. Con estos y otros productos se transformó la agricultura y se amplió la industria y el comercio. El oro americano financió ambiciones, guerras y el progreso europeo; y los océanos Atlántico y Pacífico, como el mar Caribe, serán los nuevos caminos del comercio mundial.
La conquista de América fue despiadada y arrasó pueblos y culturas e impuso sus lenguas, el cristianismo y el mestizaje. El castellano y la religión católica unificaron a los pueblos del continente, como lo entendieron Simón Bolívar y Andrés Bello uno en la política y el otro en la cultura. La lengua de Castilla hasta entonces entre encinas y olivos se desarrolló, se enriqueció y se hizo universal.
Llegará el momento de volver a colocar las estatuas de Cristóbal Colón y Juan Rodríguez Suarez donde corresponde. Solo la ceguera de los fanáticos puede ignorar las portentosas consecuencias de aquellos sucesos que nos colocó en el camino de la civilización occidental.
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**Fortunato González, es Catedratico de la U.L.A. de Mérida-Venezuela / Miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales / Fundador y Director de la Cátedra de Tauromaquia "G. Briceño Ferrigni" de la U.L.A.
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