"...Destacó la presencia del concejal Marco Ponce: hombre de mente amplia que tiene gran espacio en el arte escénico del país; que respeta el criterio de los demás y que por otro lado defiende a ultranza la fiesta brava y el patrimonio cultural en general..."
Basílica, escenario de taurinos del país
Manolo Espinosa “El Ciclón”
Fue uno de esos días maravillosos de un voluptuoso sol, cuando la franciscana ciudad de Quito, asentada entre montes silenciosos como fieles guardianes de un monasterio que custodian su grandeza religiosa; con páginas llenas de gestas y hazañas orgullo de la nacionalidad; riquezas culturales, conventos y matices turísticos, en donde precisamente se fundó la cultura mestiza --legado genético de la madre patria- el mismo que se traduce en un flujo de diversas manifestaciones espirituales e intelectuales , de esas que no tienen límites, ni necesitan de direcciones ni manipulaciones de neófitos, incompetentes e irreverentes, porque son cimiente de los quiteños que nacieron libres y seguirán libres, como los arroyos que descienden de sus cumbres, produciendo música propia y que continúan su caminar por una senda cierta que trazó el destino. Precisamente esta ciudad, se vio remecida con la nutrida presencia de taurinos y galleros dignos representantes de sus tradiciones que hacían escuchar su estridente voz frente a las mediocres decisiones de politiqueros.
Allí en el centro del “Relicario de Arte en América”, en “La Carita de Dios”, Quito, se levanta majestuosa La Basílica del Voto Nacional, obra de arte que su construcción con miles de hábiles manos, fuese tallada a imagen y semejanza del orgullo quiteño cual atalaya que vigila el tiempo; ese día 25 de abril señalado, se convirtió en el marco radiante de una gran protesta cultural llena de alegría, en contra del irrespeto, inconstitucionalidad e ilegalidad de una consulta que viene lesionando a la capital de los ecuatorianos, con la mutilación de una liturgia, la taurina, reconocida por siglos de existencia en nuestra patria a partir de la colonia y que bien se podrían revisar varias versiones y textos de letrados y eminentes historiadores.
Se hicieron presentes los taurinos quiteños y de varias provincias del país: entre matadores, cuadrillas, aficionados y periodistas. Claro que no estuvieron todos, por obvias razones, pero si los principales; así también el grupo de galleros que hacen fuerza para proteger lo suyo, pero es importante destacar la presencia de ciertas autoridades del cabildo quiteño, como es el caso del concejal Marco Ponce: hombre de mente amplia que tiene gran espacio en el arte escénico del país; que respeta el criterio de los demás y que por otro lado defiende a ultranza la fiesta brava y el patrimonio cultural en general.
Fue quien hizo notar de manera particular el descontento por la forma como se ha tratado a Quito, privándole de su feria taurina “Jesús del Gran Poder”, que según él considera, no es un simple espectáculo, sino un aporte a la cultura taurina y universal; “el impulso a la maquinaria económica de esta ciudad, que se vio engrandecida a través de los miles de negocios que surgieron con la presencia de esta feria llamada también la mejor feria de América, como así terminó siendo y con ello la ciudad se vio beneficiada en todo sentido”. Dejando sentado además, su compromiso “de luchar hasta el final con tal que de que se recupere este valioso patrimonio cultural inmaterial de los quiteños y que en general, es identidad de los pueblos taurinos del Ecuador que están en el derecho de defender sus tradiciones como es la fiesta brava y las diversas manifestaciones culturales”, señaló.
Felicitaciones a Max Espinosa, al grupo organizador; de igual forma a los auspiciantes por el evento que con todo éxito se llevó a cabo en la capital de los ecuatorianos que convocó masivamente a los taurinos y galleros, a exponer sus legítimas razones en defensa de sus tradiciones.
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