"...La corrida de ayer tuvo mucha importancia. La mayoría de los toros dieron muy buen juego en el primer tercio, arrancándose de lejos desde gran distancia y recargando en el caballo..."
GRAN CORRIDA DE MIURA
Domingo Delgado de la Cámara
Quiero felicitar efusivamente a la ganadería de Miura en sus bodas de diamante con la Feria de Abril de Sevilla. Lidiar ininterrumpidamente durante setenta y cinco años es una marca muy difícil de lograr. Las otras ganaderías nacen, suben, bajan, desaparecen. Miura lleva más de ciento cincuenta años en la cima. Esta ganadería es una auténtica institución de la Fiesta. Miura simboliza la bravura más indómita. Y vista la corrida de ayer, a los miuras les queda cuerda para rato.
La corrida de ayer tuvo mucha importancia. La mayoría de los toros dieron muy buen juego en el primer tercio, arrancándose de lejos desde gran distancia y recargando en el caballo. Por su pelea en el jaco, han destacado el cuarto y sobre todo el segundo, que ha empujado el peto como mucha codicia. Este segundo, además, ha embestido a la muleta con agresividad. Ha sido un toro completo que siempre ha ido hacia arriba. El cuarto, también bravo, ha embestido bien en el último tercio. Y el quinto, que ha sido el que menos ha empujado en el peto, sin embargo, en la muleta ha tenido una enorme calidad. Por extraño que pueda resultar en un Miura, humillaba y se desplazaba. Ha sido un toro de dos orejas. Los otros tres han vendido cara su vida, sacando el peligro y las dificultades clásicos de esta divisa. Este peligro y estas dificultades ponen a prueba el valor y el oficio del matador, llenando el ruedo de emoción.
En resumen una corrida muy interesante con tres grandes toros (segundo, cuarto y quinto); y tres toros duros, correosos y exigentes (primero, tercero y sexto). Un dato muy a destacar: la corrida ha tenido mucha fuerza, ningún toro ha doblado una pata. Y me congratulo por ello, no hay nada más triste que un miura inválido y últimamente flojeaban bastante. Y otro dato, de tres años a esta parte, casi todos los miuras son cárdenos. Pelos tan clásicos como el colorao ojo de perdiz o el negro mulato, ahora casi no salen. Supongo que los hermanos Miura han dado con un par de sementales muy buenos de pelo cárdeno y los están exprimiendo.
Eduardo Dávila Miura quiso sumarse a la efeméride reapareciendo por un día. En primer lugar se encontró un primo suyo de los que piden los papeles. Intentó torearle ligado y por abajo, y casi se lo lleva por delante. Intentaba un toreo demasiado bueno con un toro más apto para dar el medio muletazo ganándole la cara constantemente. Por todo ello, a punto estuvo de llevarse un revolcón de feas consecuencias. El cuarto sí tuvo opciones importantes en el último tercio. Embestía pronto y con viaje. Dávila hizo un esfuerzo ímprobo para lograr una gran faena, pero es obvio que ahora está fuera de la profesión y no tiene el rodaje necesario para cuajar un toro como ése. Al menos los muletazos tuvieron buen aire y los pases de pecho fueron buenos. Mató bien y cortó una cariñosa oreja que le supo a gloria. Cariñosa oreja, repito.
Manuel Escribano tuvo un lote de Puerta del Príncipe. Si este lote lo pillan Ruiz Miguel, Dámaso González o los Campuzano en sus años mozos, hubieran dado un recital de buen toreo y el triunfo hubiera sido apoteósico. Con tan espléndidos oponentes, Escribano ha mostrado todas sus limitaciones. Es un torero bullidor, y hasta ahí puedo leer. Le falta lo demás, entre otras cosas poderío para encauzar la fiereza de su primero y calidad para cuajar a su segundo. Su primero, muy fiero y repetidor, le desbordó por el empeño del torero en estar con la muleta retrasada al hilo del pitón, como si estuviera delante de una de las babosas que salen tantas tardes. Primero Escribano fue desbordado por el pitón izquierdo y luego por el derecho.
El quinto embestía humillado y con gran calidad por los dos pitones. Era un toro de dos orejas. Con la mano izquierda desplazó mucho al toro y le dio muchos trallazos. No hubo un solo natural de calidad. Con la derecha se templó algo más, pero no siempre. Todo ello con una envoltura demasiado tosca. Estocada espectacular y orejita casera. Si fuera de Alcorcón, no se la hubieran dado.
Iván Fandiño pechó con un lote muy duro, por fuerte y espabilado. A pesar de que le dieron tres puyazos, el tercero llegó a la muleta muy entero. Gazapeaba y su embestida era muy corta. El toro tenía mucho sentido. Fandiño le robó muchos pases a base de ponerle y quitarle la muleta habilmente, buscando el pitón contrario. La estocada fue buena, pero se eternizó con el verduguillo. El sexto se arrancó con alegría al picador, pero en la muleta fue un diablo, se vencía siempre, sabiendo donde estaban las piernas del torero. Fandiño se lo quitó de encima, no se podía hacer otra cosa. Con un lote muy duro y adverso, hoy he visto a Fandiño ya con otra disposición. Parece que va recuperando la ilusión. Y eso es bueno.
Desde el punto de vista ganadero, hemos vivido una feria de abril muy buena. Con una miurada variada y brava, unos victorinos derrochando casta, unos cuvillos regalando clase y calidad. También la corrida de Fuente Ymbro dio muy buen juego. A este póker de ases hay que añadir un toro de El Pilar y otro de Juan Pedro Domecq, de gran bravura. Sin embargo, los toreros (salvo alguna excepción puntual) han estado muy por debajo de lo que de ellos se espera. Vamos a ver lo que sucede en San Isidro. Deseo fervientemente que salgan dos o tres toreros nuevos arreando fuerte, porque el actual escalafón de toreros está para el arrastre.
Por último un comentario musical. Me gustan mucho los pasodobles toreros. Para mí es un deleite escucharlos en la Real Maestranza, es un atractivo más de la corrida. La Banda del Maestro Tejera toca de maravilla, pero…últimamente tocan pasodobles horrorosos. Han dejado de tocar muchos pasodobles clásicos para sustituirlos por unos pasodobles nuevos espantosos. Probablemente los autores sean sevillanos y amigos del director de la banda, pero estos nuevos pasodobles son un horror fúnebre. Más que pasodobles, parecen himnos del Ejército de la República Popular China en honor a Mao Tse Tung. Un espanto.
Y es que hay veinticinco pasodobles clásicos tan redondos que no pueden ser reemplazados de ninguna manera por estos nuevos pasodobles con su aire pedante y triste. Este año la banda no ha estado muy desafortunada a la hora de intervenir, pero en la elección de pasodobles…¿Cómo es posible que en doce días de toros no hayamos escuchado nunca El Vito o Dauder? Triste y lamentable.
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