"...También el giraldillo se rindió esta tarde al arte de López Simón. Bajo el cielo andaluz, que es cierto que tiene una luz especial, el madrileño, con el bueno, con el regular y con el malo dio su toque de atención..."
La conquista de Sevilla
López Simón trae un aire nuevo que esa Sevilla “madre de artistas, molde de fundir toreros” ha sabido ver a las primeras de cambio. Otra batalla ganada y otro compromiso adquirido para el nuevo fenómeno de masas en que lleva camino de convertirse
También el giraldillo se rindió esta tarde al arte de López Simón. Bajo el cielo andaluz, que es cierto que tiene una luz especial, el madrileño, con el bueno, con el regular y con el malo dio su toque de atención. A la salida de la corrida, en la que Escribano no ha tenido suerte pero ha mantenido su nota de notable, se hablaba de valor, mucho valor, de temple y de armonía como virtudes esenciales del torero de Barajas. Y que en Sevilla, que ha visto nacer y crecer a la orilla del Guadalquivir a Chicuelo, Pepe Luis Vázquez y Curro Romero hablen los aficionados de temple y armonía para definir a un torero de la ciudad del Manzanares es algo muy serio. Porque Sevilla también tiene sus cosas, y eso de reconocer la grandeza de un torero nacido de Despeñaperros para arriba es muy de tener en cuenta.
Sevilla también ha experimentado hoy el primer escalofrió anunciador de que Alberto López Simón puede ser el esperado. Que al menos tiene más números que nadie para ser el revolucionario que puede poner la Fiesta de los Toros en el lugar que le corresponde, en cuanto a arte patrimonial de un pueblo como por ser el segundo espectáculo de masas del país. Pero quedarse con el valor y el temple, que por sí solos dan para hacer un torero importante, es no calibrar a López Simón en toda su dimensión. El barajeño tiene una cintura que le permite practicar la “técnica invisible” que supone cargar la suerte sin levantar las plantas de las zapatillas de la arena ni forzar la figura, y unas muñecas de privilegio que son auténticos tornillos sin fin, gracias a las cuales vacía las embestidas de los toros en el sitio justo donde ha de comenzar el pase siguiente con una naturalizad extraordinaria. López Simón trae un aire nuevo que esa Sevilla “madre de artistas, molde de fundir toreros” ha sabido ver a las primeras de cambio. Otra batalla ganada y otro compromiso adquirido para el nuevo fenómeno de masas en que lleva camino de convertirse López Simón.
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