"...Florentino fue subiendo la apuesta, subiendo la apuesta, subiendo la apuesta... y al final el presidente culé se quedó pujando más solo que la una. Al Real Madrid había que quitarle a Neymar al precio que fuera, había que pegar un manotazo sobre la mesa, había que demostrarle al mundo...!
Y Neymar con ganas de bailar...
Un tribunal de Brasil acaba de embargar a Neymar, quien, en respuesta a su compleja situación fiscal, se marchó al entrenamiento "con ganas de bailar", tal y como aseguran varios medios de comunicación. El embargo es por bienes valorados en 42 millones de euros y pretende asegurarse así el pago que le demanda el fisco por su fichaje por el Barcelona... ¡Bingo, de nuevo un jugador del Barça!... Al final de su artículo de hoy, el maestro de periodistas Alfredo Relaño se muestra muy feliz y muy contento porque, al menos en el caso de Neymar, "Madrit" no haya metido sus zarpas: "Sólo nos hubiera faltado en estas fechas que esto hubiera salido de Madrid"...
Pero fue la Audiencia de Barcelona la que desestimó el recurso de Messi y la que sentará al jugador argentino en el banquillo por haber defraudado presuntamente 4,1 millones de euros a Hacienda, que somos todos; también fue la Audiencia de la ciudad condal la que acabó acusando formalmente a Sandro Rosell, José María Bartomeu y el Fútbol Club Barcelona por el fichaje del astro brasileiro.
No diga Neymar, diga problemas. Dentro de cien años, cuando todos hayamos muerto, en las tertulias deportivas continuarán poniendo este caso como el ejemplo más claro de torpeza institucional y la muestra más palpable de grave complejo de inferioridad. Rosell, que acabó quitándose de en medio y salió huyendo por la puerta de atrás, sólo fue torpe en segunda instancia ya que la torpeza era en realidad el fruto de un tremendo complejo de inferioridad con respecto a Florentino Pérez y, por extensión, a todo el Real Madrid. Florentino fue subiendo la apuesta, subiendo la apuesta, subiendo la apuesta... y al final el presidente culé se quedó pujando más solo que la una. Al Real Madrid había que quitarle a Neymar al precio que fuera, había que pegar un manotazo sobre la mesa, había que demostrarle al mundo... ¿Qué había que demostrarle al mundo exactamente? ¿Qué?... Tanta excitación tiene un precio, y el de Neymar hace tiempo que alcanzó la estratosfera.
Como decía, tras conocer la noticia Neymar se fue al entrenamiento "con ganas de bailar". Y, en cierto modo, sólo en cierto modo, su pasotismo tiene una explicación: Leo Messi. Al paso que vamos, el fichaje de Neymar no sólo convertirá en "clase media" al pobre Gareth Bale sino que probablemente acabe siendo el más caro del siglo XXI, que acaba de arrancar como quien dice. Pero a Neymar eso la de igual, como le dio igual a Messi que, cuando tiene problemas, se marcha directamente a bailar al despacho presidencial: ¿Que hay que pagarle 14 millones de euros al fisco de Brasil?... Ningún problema, se le pide un aumento de sueldo a Bartomeu y punto en boca. Así que la cadena de favores acabará teniendo el tamaño de la muralla china: Florentino llamó a Aznar, que se puso en contacto con Gallardón, que avisó al fiscal, que le dio un toque a la Audiencia de Barcelona, que advirtió a la FIFA, que puso sobre aviso al fisco brasileño. De lo que estamos hablando en realidad, señoras y señores, es de una conjura mundial.
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