El barrio 23 de Enero, uno de los sectores populares de Caracas considerado por años como bastión del chavismo, fue el lugar donde el movimiento bolivariano llegó a su fin.
Los pobres ya le dieron la espalda al régimen de Nicolás Maduro. “Ese barrio era la base del chavismo, pero irónicamente también fue donde el chavismo murió”.
****
"...El 6 de diciembre sopló una brisa liberadora. Quienes siempre nos opusimos al régimen logramos un gran triunfo y quienes lo apoyaron se quitaron el yugo de la coacción y la amenaza, la intimidación por la pensión, la ayuda, el cargo, la promesa siempre condicionada a la sumisión..."
UNA BRISA FRESCA DE ESPERANZA
Fortunato González Cruz*
Imponente, el río Caparo se descuelga de las montañas andinas para dibujar un ancho meandro y rendir el tributo de sus aguas al Apure. La brisa fresca de la tarde permite gozar del espectáculo natural desde el malecón de El Cantón, municipio llanero que lleva el nombre del poeta cumanés. Concluía el Diplomado en Gerencia Municipal con el alcalde, los concejales y los directores del Municipio casi todos pertenecientes al chavismo. Sentían el malestar de la gente que recibe pero no agradece, porque humilla. Nadie dice una queja, pero guarda en su pecho una rabia, y espera. Aquel bastión arrió las banderas rojas cuando llegó el tiempo, como Barinas, la tierra del comandante, y como Venezuela.
Dice el padre Carlos Ruiz de Cascos en El Correo del Caroní que “Los pobres son los principales sujetos políticos de la historia y tienen una sensibilidad especial para discernir la realidad. Los pobres fueron los que pusieron fin a la partidocracia venezolana que había hecho una sociedad tan desigual que era insostenible. Lo que les acercó al planteamiento chavista fue, principalmente, su reivindicación de la dignidad y de la justicia social.” Desde un principio se veía la imposibilidad de que un teniente coronel encarnara un proyecto progresista, que por supuesto termina como se preveía: en una autocracia militar ineficiente y corrompida.
El 6 de diciembre sopló una brisa liberadora. Quienes siempre nos opusimos al régimen logramos un gran triunfo y quienes lo apoyaron se quitaron el yugo de la coacción y la amenaza, la intimidación por la pensión, la ayuda, el cargo, la promesa siempre condicionada a la sumisión. La población humillada esperó para sacudirse la nueva clase engreída e insolente y lo hizo como siempre, con el voto, que se trató de comprar, controlar, manipular, mudar y fotografiar pero lo hizo en el más contundente ejercicio de soberanía que hayamos vivido desde 1958. Los pobres y la clase media empobrecida le han puesto fin a esta tragicomedia que ofrece en sus estertores un espectáculo bochornoso.
Sacar de las celdas a los presos políticos; leyes que asegure la propiedad de la casa y de la tierra, que liberen de tutelaje a los consejos comunales y a las organizaciones populares, que garanticen calidad de la educación y autonomía a todas las universidades, que le devuelvan el poder a los Estados y a los Municipios; leyes que impulsen el trabajo digno, productivo y justo; que persigan la corrupción y repatrien los capitales. Obligar al ejecutivo a respetar la Constitución y ejercer sus facultades de control. Es el mandato.
A quienes emitimos el voto, azules y rojos, Feliz Navidad. Dios derramó bendiciones para todos los venezolanos. Gocemos de estos tiempos de compartir en familia, de misericordia como lo recomienda el papa Francisco. Pidámosle a Dios ilumine a nuestros gobernantes y dispongamos el ánimo para iniciar el nuevo año, que será duro como los tiempos de siembra, pero con la brisa fresca de la esperanza.
---
**Fortunato González, es Catedratico de la U.L.A. de Mérida-Venezuela / Miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales / Fundador y Director de la Cátedra de Tauromaquia "G. Briceño Ferrigni" de la U.L.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario