Dos maestros, Diego Ramos y Víctor J. López EL VITO
El Joven Maestro de Cali, catanaccio que presiona desde Goya a Picasso y sostiene en su seno el más puro arte taurino
Víctor José López
CARACAS, 25 de Junio de 2018
Había que honrar la promesa que una noche en Madrid le hicimos a Diego Ramos, entregarle el libro que reúne los bocetos y apuntes del muy joven Carlos Ruano Llopis que, por azar del destino, guardábamos en nuestra biblioteca. Fue un obsequio de uno de los mejores aficionados que hemos conocido, José María Recondo, destacado apoderado de toreros quien como matador de toros donostiarra fue orgullo de San Sebastián al ser incluido en la enciclopedia de Cossío su biografía, honor que le cupo como único matador de toros vasco que mereciera una investigación por parte de don José María.
Los periodistas Carabias y del Moral flanquean al grupo de Diego Ramos Gonzalo Caballero y Andrés Amoros que don Juan Lamarca López fortalece con el vigor de su vocación por la Hispanidad y el Bienvenidismo.
Pero hablábamos antes de distraernos con el recuerdo del apreciado amigo, de Carlos Ruano Llopis y de Diego. Hablábamos de geniales pintores de la línea de don Francisco de Goya y Lucientes. El primero, Ruano, cartelista, el otro, Ramos, maestro de altísima escuela que recientemente inauguró en Madrid, plaza de Las Ventas en el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid su cuarta muestra en el coso madrileño en la Sala Antonio Bienvenida, según una nota de la Comunidad de Madrid.
La historia que relatamos nació una noche en Madrid como le contamos amable y paciente lector, fue la noche que en compañía del aficionado Pedro Casanova conocíamos personalmente al maestro, al que ya admirábamos por su obra. Hablamos de muchas cosas del toreo, de su historia de vida que nació en el seno familiar cuando su padre era quien fabricaba las más recurridas monteras para los toreros de América, toreros españoles que visitaban Colombia, el Perú, Ecuador o Venezuela sabían del sastre de monteras de Cali, Colombia, que a diario trataba con mozos de espadas, banderilleros y matadores de toros. Diego quiso ser torero, como Botero quiso también, y se inscribió en la Escuela Taurina de Bogotá para más tarde viajar a Madrid donde la afición por torear fue vencida por la de pintar.
Todo se quedaba en el ruedo … Igual que César Rincón "hablaba con Dios"(Pepe Dominguín dixit), Diego Ramos habló con Goya, con Velázquez, con Picasso…
Ruano Llopis era uno de sus referentes y aquella noche de recuerdos taurinos nació la promesa de entregarle al maestro el libro de apuntes del pintor valenciano … Pasaron los meses, cayeron varias temporadas y muchos recuerdos se desteñían confusos. Hasta que, un día, Juan Lamarca nos habló de los proyectos que el Círculo Bienvenida tenía para San Isidro 2018 cuando estábamos programados para presentar el libro Infatigables en el cetro Riojano y en la Feria del Libro en El Retiro.
La muestra de la obra inédita de Diego Ramos (Cali, 1976), son cuadros que le acercan al expresionismo, con mucha fuerza de trazo y siempre con una base figurativa. Ramos combina la luz natural del impresionismo con los colores puros y utiliza pinceladas que recogen el movimiento y la dinámica de los toros y los toreros, añadiendo, a su vez, la luz y los contrastes lumínicos tan característicos de las tardes de corrida.
Rafael de Paula, Diego Ramos
Los cuadros pintados al óleo, junto con alguna obra de técnica mixta, son las técnicas predominantes en las obras de Ramos, que complementa con pintura al pastel seco o graso, las aguadas y los acrílicos sobre 'collages'.
Ramos consigue combinar estas técnicas a la vez que refresca las figuras de los toreros dejando el pincel a merced de su inspiración mediante por lo que fue elegido por el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid para que elaborara el cartel de la Corrida Extraordinaria de Beneficencia 2018 en la que actuaron tres toreros extremeños Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Ginés Marín, que lidiarán toros de Alcurrucén.
"El sentimiento que brota de los capotes magentas de los toreros después de hacer el paseíllo me ha dado las herramientas para pintar este afiche”… Fue la defensa artística del Maestro ante la incisiva contemplación de los críticos.
Fue un lujo volver a compartir con el genial colombiano que hoy reside en Paris.
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