Se habla de aprovechar las obras, ampliarlas, para convertir el coso en un recinto multiusos. Dicen que la reforma permitirá la celebración de eventos no taurinos. Y ahí es donde hay que desconfiar.
Reforma en Las Ventas, pero sin profanación
Juan Miguel Núñez Batlles
Periodista taurino
La fisonomía arquitectónica de la Plaza de Las Ventas tiene carácter vernáculo, pues refleja la tradición y el uso de lo taurino sin otras injerencias.
Esa es una inquietud que se vive con ocasión de las obras de reforma que hace unos días han comenzado en ella, pensadas para mejorar la seguridad y la accesibilidad de las instalaciones, pero escondiendo otros riesgos por los que no hay que pasar.
La plaza está considerada como la más importante del mundo, puesto que de cara a las contrataciones en las demás, de España y todos los países con tradición taurina, proyecta los triunfos y fracasos de los toreros que actúan en ella.
Ahora Las Ventas –sería una gran pena- puede perder parte del uso para el que se construyó.
Se habla de aprovechar las obras, ampliarlas, para convertir el coso en un recinto multiusos. Dicen que la reforma permitirá la celebración de eventos no taurinos. Y ahí es donde hay que desconfiar.
Porque hasta ahora se han podido celebrar esas funciones para las que se reclama este escenario, sin pegas ni dilemas.
Motos acrobáticas, patinajes y campeonatos de tenis; por supuesto mítines políticos y conciertos. En fin, lo que han querido. Pero siempre y hasta ahora respetando las fechas de la temporada, es decir, las ferias clásicas de San Isidro y de Otoño, y los domingos y festivos de marzo a octubre. Aunque también la última maniobra de Simón Casas de no dar toros los domingos por la tarde en el mes de julio, está restando importancia al uso del coso como tal.
En esos actos extra-taurinos se vienen aprovechando las instalaciones, sin desfigurar la arquitectura de la Plaza, sin alterar la actividad para la que fue concebida y se diseñó.
Son alrededor de setenta festejos los que se dan al año en Las Ventas, y a partir de esta "transformación" podría ser que intentaran ganar en número a lo taurino con cualquier otra actividad. Ojo, que por ahí empezaría el principio del fin.
Además, no hay que andarse con contemplaciones.Hay que respetar las poblaciones donde se reivindican plazas de toros que no podrían ser de temporada pero que sí albergarían unos días al año funciones taurinas con motivo de ferias y fiestas muy señaladas, caso de Cartagena -y utilizo el ejemplo de la bella y pujante trimilenaria ciudad para hacer un reconocimiento a la lucha y vocación de sus habitantes por recuperar la tradición taurina con más de cien años, y treinta y dos interrumpida-, donde ahora aspiran a tener el inmueble apropiada para estos fines, pero lógicamente adecuado y que sea compatible con otras actividades fundamentalmente de ocio y cultura.
Pero en la capital de España, no. Así de claro. En Madrid hay recintos y espacios de sobra para funciones de todo tipo.
Que se vayan a otro sitio y dejen Las Ventas para el toreo, incluso en invierno. Que la Fiesta de los Toros necesita asimismo sus espacios para proyectarse como arte, a través de exposiciones de pintura, escultura, fotografía y otras; así como conciertos y congresos, foros y symposiums sobre la propia rentabilidad que tiene como industria económica, también gastronómica y medioambiental.
Que si vienen motos, tenis, música y tantas manifestaciones, como dicen que caben en la Plaza, ¡pues,no! No, si detrás hay una maniobra para desplazar la función principal y genuina del inmueble.
Las Iglesias son para ir a Misa. O si se quiere también, para un concierto o recital sacro. Y las Ventas, para el toreo.
¿Porqué ahora hay que potenciar la celebración de esas otras actividades, para hacer rentable el mantenimiento del recinto? Yo creo que sería mucho más rentable darle al pueblo los toros que éste demanda. Que no en balde hablamos del segundo espectáculo de masas en España, con notable diferencia sobre el tercero.
Más valdría que se aplicaran en mejorar la comodidad de los espectadores, poniendo escaleras mecánicas interiores para acceder a las localidades altas. Y que hagan más confortables los asientos, más amplios.
La seguridad es también tema serio, sobre todo en lo que se refiere a la evacuación y accesibilidad.
Y si hay un estudio que garantice una cubierta que proteja a toreros y espectadores de las inclemencias de la lluvia o el viento -siempre que no estropee la arquitectura del recinto ni deforme su estilo-, pues, adelante también.
Pero nada de desfigurar lo que hay: el ruedo debe ser intocable, con las medidas actuales, ...
Y es que en río revuelto, ya se sabe, lo de la ganancia de pescadores. Pues hay quejas o simples sugerencias también desde dentro del "sistema", de toreros y ganaderos que quieren achicar el anillo, me pregunto si para que el toro se vea más grande. ¡Venga ya!. Ese toro que matan muchas figuras en ferias de provincias, un toro sin presencia, no es el que corresponde a la categoría de Madrid. Faltaba eso. Confundir ahora al personal haciéndole creer que el toro ha ganado en tamaño reduciendo las dimensiones del ruedo.
Señores políticos de la Comunidad de Madrid: dejen las cosas como están si no tienen intención de mejorarlas.
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