..cumplimos casi los quinientos años de tradición al respecto, todo un lujo para los lugareños de esta bendita tierra que, en estos días está celebrando sus fiestas patronales en honor a Santa María Magdalena.
Las capeas de Tibi puede que sean, sin lugar a dudas, las más antiguas de España puesto que, según reza la historia, cumplimos casi los quinientos años de tradición al respecto, todo un lujo para los lugareños de esta bendita tierra que, en estos días está celebrando sus fiestas patronales en honor a Santa María Magdalena, una celebración que tiene como base las capeas con la suelta de vacas y toros por las calles del pueblo.
Los que hemos vivido en esta tierra y ya contamos con algunos años de experiencia, añoramos, qué duda cabe, las capeas de antaño. Está claro que todo ha evolucionado, incluso las capeas de Tibi, pero nada que ver lo actual con lo que esta fiesta era antaño. Ahora, claro, en vez de capeas todo se circunscribe en la suelta de vacas por las calles para deleite de los jóvenes que corren si cesar delante de las vacas.
Como sabemos, taurinamente dicho, nacieron las escuelas taurinas para que murieran las capeas de los pueblos, algo «lógico» si se me apura. Pero no podemos negar que la suelta de vacas por las calles ha perdido todo su encanto puesto que, antaño, Tibi era el reducto donde los que querían ser toreros empezaban a forjar su leyenda puesto que, sin ir más lejos, en mi caso he visto a decenas de maletillas que se jugaban la vida para, más tarde, tras su «faena» pasaban el «guante» para recoger el dinero suficiente para mantenerse en los tres días que duraban las capeas de Tibi.
Recuerdo que Tibi, del 21 al 25 de julio era un hervidero de gentes, pero de forma muy concreta de maletillas, de todos aquellos que aspiraban a ser toreros y, entre tantos aprendices como nos visitaron, se conversa en Tibi, como la foto emblemática, creo recordar del año 1961 en que Manuel Benítez El Cordobés, por aquellos años un desconocido maletilla, hacía el «paseíllo» por las calles tibeñas. La foto, como digo, es emblemática porque se nota a mil leguas que era Manuel Benítez.
Por Tibi han pasado todos los matadores de Alicante, empezando por El Tino, El Caracol, Manolo Carrillo, Paco Criado, El Inclusero, El Lince y tantos otros que ahora no recordamos, todos ellos en calidad de maletillas para deleite de tantos aficionados que por Tibi pasaban. Yo fui testigo de la primera cornada que sufrió El Lince que tuvo lugar en Tibi cuando Emilio García era maletilla.
Eran otros tiempos que, sin lugar a dudas, nos resultaban gloriosos para todos los habitantes de este pueblo singular. No cabía más gloria ni emoción ante el hecho de ver a un maletilla jugarse la vida de verdad, sin trampas y con un valor espartano; el que lograba darle dos pases a una vaca de aquellas ya era triunfador absoluto de la tarde.
Seguimos disfrutando de esta fiesta singular que define al pueblo de Tibi al respecto, pero añoramos aquellos años en que unos hombres se jugaban la vida de verdad a cambio de tres «perras chicas» que, sin duda les sabían como una auténtica fortuna. Eran los añorados maletillas, aquellos héroes anónimos capaces de darlo todo por la causa que amaban, algo de lo que en Tibi fuimos testigos durante tantísimos años.
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