La cosa precisa acciones - legales, faltaría más - mucho más contundentes y que ya se encuentran tipificadas en nuestra Constitución y resto de nuestro Ordenamiento Jurídico.
Sr.D. Eduardo García-Serrano
Mi estimado Director:
En Política y en sus situaciones más extremas como lo es la presente insurrección ideológica sorista, favoreciendo la invasión migratoria y el desmembramiento de España, nadie puede actuar sin los medios apropiados para hacerlo. Una y otra vez leo en los medios la angustiada llamada de numerosos españoles de a pie, escandalizados por el cariz totalitario que está adquiriendo la sociedad española, que abogan por salir a las calles - a veces hasta con garrotas en la mano - y emular a esa gran cantidad de chiringuitos de la izquierda que, cuando suena la campana, se manifiestan contra el sexo de los ángeles o contra cualquier otra irrelevante ocurrencia de la progredumbre organizada. Y esos sanos españoles no suelen reparar en el hecho de que, con la que está cayendo, eso ya no bastaría ni para el chocolate del loro.
La cosa precisa acciones - legales, faltaría más - mucho más contundentes y que ya se encuentran tipificadas en nuestra Constitución y resto de nuestro Ordenamiento Jurídico. Me refiero - sin el miedo que algunos tienen de hacerlo - al papel que, ante las continuas amenazas a la Unidad de España, al modelo de Estado, a la dignidad de la Jefatura del mismo y de las FF.AA., entre tantos otros disgregadores objetivos de la extrema-izquierda española y de sus socios separatistas de distinto pelaje, corresponde al Jefe del Estado - S.M. el Rey - y a las FF.AA. que la Constitución ha colocado bajo su batuta, a la hora de respetar y hacer respetar sus Leyes y Disposiciones al respecto.
Sobre todo, no deja de sonar algo desafinado eso de "hacer respetar", cuando no se ha visto ni en el Jefe ni en las cúpulas militares el menor gesto de advertencia a terceros; un simple sablazo encima de la mesa que bastaría para que los actuales políticos corrieran a la farmacia a por su Loperamida para cortar el "cagasso" que tal gesto provocaría.
Y no digo más porque ya creo haber dicho mucho y todos sabemos que, en la España globalista, sorista y totalitaria que se nos viene encima, muy pronto obligarán a los dentistas a sacar las muelas por el ano con tal de que nadie abra la boca. Hablemos ahora, cuando aún se puede, y hablémosles con energía a los que un día juraron "hacer respetar" la Constitución y están muy calladitos contando las estrellas. La Historia no les perdonará semejante defección.
Reciba un respetuoso y cordial saludo.
Joan Cervera
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