Salida en hombros para Manzanares, Ventura y Roca Rey
"...Lo tienen fácil las figuras en las plazas de segunda, y no se diga de tercera, como es el caso de Roquetas, donde la ilusión del público por ver triunfar a los toreros es directamente proporcional al enorme interés de la organización, en este caso el Ayuntamiento, por asegurar la diversión de la entusiasta parroquia. Y para ello, qué mejor que un presidente fácil, o, más crudo, sin criterio, excesivamente generoso..."
LAS FIGURAS CAMPAN A SUS ANCHAS
Por la generosidad del público y la falta de criterio del "palco"
Juan Miguel Núñez Batlles
Roquetas (Almería), 23 Julio 2022
Tres salidas a hombros. Nueve orejas y un rabo. Pero hay mucho que precisar.
Pues lo tienen fácil las figuras en las plazas de segunda, y no se diga de tercera, como es el caso de Roquetas, donde la ilusión del público por ver triunfar a los toreros es directamente proporcional al enorme interés de la organización, en este caso el Ayuntamiento, por asegurar la diversión de la entusiasta parroquia. Y para ello, qué mejor que un presidente fácil, o, más crudo, sin criterio, excesivamente generoso. Pero no es así, o no debería serlo. El triunfalismo no trae nada bueno. Al público se le defiende cumpliendo el reglamento, y punto. Dice la normativa que la primera oreja la concede el llamado respetable, y aquí nada que objetar. Mas el segundo trofeo es potestad del usía, a quien se le debe suponer afición y conocimientos para equilibrar los resultados finales. Es donde falla todo en Roquetas: el presidente y su asesor son títeres sin criterio. Una pena.
De modo que, vaya por delante, la descalificación a los trofeos y su valor, hoy, en la bonita y simpática plaza almeriense. Este fue el guion de la tarde:
El rejoneador Ventura anduvo a caballo, y no es frase hecha, entre la espectacularidad y el clasicismo. Con muchos adornos y "juegos" de dobles cambios, cites de rodillas y batidas en corto, todo lo que le permitió su excelente cuadra. Fue certero al clavar, ajustado y arriba. En el que abrió plaza fue sobresaliente un par a dos manos con el caballo sin cabezada. Paseó las dos orejas. En el cuarto se superó, parando las cabalgaduras en increíbles secuencias en la cara del astado. Aquí, rabo.
Manzanares no terminó de entenderse con su primero, toro que embestía con el freno echado, quedándose corto y reponiendo. Mató mal, y así y todo asomó en "el palco" el acostumbrado pañuelo de la generosidad. Mucho mejor rodaron las cosas en el quinto, por parte del toro y del torero. Imantado el animal a la muleta del alicantino, las series, sobre todo a derechas, tuvieron cierta enjundia, aunque no el necesario reposo. Matar a la primera es en estos casos asegurarse el doble trofeo, y tal fue.
Algo parecido pasó con Roca Rey, a quien no le llegó la inspiración en el tercero hasta el último tramo de la faena, cuando acortó distancias en busca del consabido parón. Fue una explosión de entusiasmo sobre todo al enterrar la espada a la primera. Triunfo barato y, está claro, por partida doble. Sin embargo, hubo mucha más verdad frente al buen sexto, en pausados y largos muletazos sobre ambas manos. Seguro que, en el escenario de la tarde, hubiera sido de rabo, si no lo estropea la espada.
Una tarde, en fin, de frenética diversión.
FICHA DEL FESTEJO.- Segunda de la Feria de Santa Ana. Casi lleno.
Dos toros para rejones de María Guiomar Cortés de Moura, nobles y con movilidad, yendo a todos los cites y en todos los terrenos. Y en lidia de a pie, cuatro de Victoriano del Río, desiguales de todo; más aparentes y de mejor juego los dos últimos.
El rejoneador Diego Ventura: rejón (dos orejas); y rejón (dos orejas y rabo).
José María Manzanares: pinchazo y estocada (oreja); y estocada (dos orejas).
Roca Rey: estocada (dos orejas); y seis pinchazos y descabello (ovación antes de salir a hombros).
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