No hay billetes. Está bien. Aunque no hay otras noticias en la tarde. Pues taurinamente hablando, poco, muy poco que destacar.
PRIMERA DE SAN ISIDRO
COMENTARIOS SÓLO PARA EL MINISTRO DE UNA SORPRENDENTE Y DESPRECIABLE CULTURA ANTITAURINA
Juan Miguel Núñez Batlles
A "la Fiesta" le hacen falta ministros como Urtasun, que con su torpe decisión de tratar de prohibirla ha provocado un extraordinario movimiento a favor. La gente quiere toros, y más desde que tratan de quitárselos desde la oficialidad. La prueba, hoy en Madrid. Y esto no ha hecho nada más que empezar.
No hay billetes. Está bien. Aunque no hay otras noticias en la tarde. Pues taurinamente hablando, poco, muy poco que destacar.
En crónica de urgencia, habría que ceñirse a detalles aislados. Algunos muy buenos, muy toreros, en el caso de Morante, que, no obstante, terminarían opacados por la impotencia y la desesperación impuesta por el ganado.
Primer toro, una babosa. Primera faena, puro espejismo. El toricantano García Pulido estuvo con escaso brío. Eso sí, ni una advertencia en contra por parte del tendido. Y como entró la espada a la primera, le pidieron la oreja y todo. Qué barbaridad. Claro que no hubo suficientes pañuelos. Ovación, fue bastante. En el que cerró plaza pasó de puntillas, como el toro, inservible.
Los pases de trinchera de Morante en la apertura de faena a su primero, qué bonito.Torería de la buena, buena. Mas no hubo continuidad en la embestida del astado, unas veces yendo hasta allá, cuando el de la Puebla se quebró de muñecas y cintura consumando lo mejor, y otras, maldición, frenado y soltando la cara. El inconveniente del toro dejó el oro en simple oropel. De la espada, mejor no decir nada. Sainete en regla, aliviado con un certero descabello cuando el tercer aviso estaba a punto de sonar. La bronca se escuchó al cruzar La Mancha camino del Sur.
Pero qué poco duró el disgusto. Volvió la alegría con otro comienzo de faena en el cuarto, por el mismo palo, a base de trincheras. Enorme Morante, aunque nuevamente aquello se redujo a un suspiro. El toro dijo no, agarrado al piso, y no hubo nada que hacer. La gente se quedó en los comentarios que culpaban al toro, y ahora respetaron al torero con silencio de resignación.
Delicados lances de Urdiales en su primero. Y prometedor comienzo con la franela. Una serie a derechas acompañada de roncos olés. Pero el cambio de pitón no le sentó bien al toro, ni a la faena, que perdió finalmente su buena consistencia inicial. Y aunque funcionó bien la tizona no hubo suficientes pañuelos. Urdiales dio la vuelta al ruedo con mucha torería, reconocimiento reservado para casos así, que, no obstante, muchos toreros, sobre todo figuras, suelen declinar.
El quinto no quiso. Y el riojano no se dió coba alguna. A matar sin más.
Y la gente, a esperar. A ver si cambia esto mañana.
FICHA DEL FESTEJO.- Primera de San Isidro. "No hay billetes".
Toros de Alcurrucén, de aceptable presencia y variado comportamiento. Primero y tercero, los mejores, aunque sin finales.
Morante de la Puebla: nueve pinchazos y un descabello (bronca tras dos avisos); y estocada baja (algunas protestas).
Diego Urdiales: estocada (vuelta tras petición insuficiente); y media y entera (silencio).
García Pulido, que confirmaba la alternativa: estocada (ovación tras muy escasa petición); y estocada desprendida (silencio).
En cuadrillas, buena lidia de Curro Javier en el cuatro, al que banderillearon con lucimiento Joao Ferreira y Alberto Zaras, desmonterándose ambos.
Pues menos mal que el sieso se pronunció
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