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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 11 de octubre de 2025

El Nobel no merece a Trump / por HUGHES


'..Quién sabe en qué acabará su acuerdo de paz (el deal de todos los deals), pero Trump ya es la figura política del siglo y tanto lo ha transformado que el Nobel parece poco para él. Demasiado solemne, humanitario, fraseológico…'

El Nobel no merece a Trump

HUGHES
Cuando leo que a Trump podrían darle el premio Nobel recuerdo lo que dijo Cela sobre el Cervantes: «Ese premio está cubierto de mierda». No tiene el Nobel categoría para que lo gane Trump.

En esta década leyendo, viendo y hasta escribiendo un poquito sobre Trump, se han dicho tantas cosas que entra una sensación de melancolía: cuánta barbaridad…

Lo que dijo y dice la izquierda daría para enciclopedias de la burricie, y cerca anda la derecha establecida, RINO, europea… la derecha a la que Trump venía a desplazar con humor y sentido común.

Trump no es ningún tonto. «Fenómeno», dijo de él Kissinger. En 2016 hablaron varias veces, Kissinger le aconsejó sobre política internacional y evitó decir sobre Trump las tonterías de otros. Se abstuvo. Es probable, rozando la evidencia, que Trump tenga una visión singular y profunda de las cosas, a menudo acertada.

A la distorsión de su figura, ya casi un género propio en izquierdas, derechas y centros (los centristas con él perdían el centrismo), se ha sumado estos meses parte de la derecha populista agitada por la competición en el nuevo ecosistema mediático de Internet.

Este movimiento se ha dividido (o han intentado dividirlo) por la actitud hacia Israel. Lo que era una crítica a la época neocon, a su excesivo intervencionismo militar, y a lo que pudiera tener de inspiración israelí,  derivó en una dimensión ya conspiranoica en la que todo es culpa de Israel y Trump un mero títere.

La idea de que Estados Unidos es manejado desde Tel Aviv ha acabado convergiendo con el antisemitismo o anti-israelismo de la izquierda occidental. A unos y a otros, la paz en Gaza les va a obligar a buscarse una nueva excusa (mis condolencias).

Se observa en esto una pauta, una especie de curva cognitiva: el recelo hacia esa influencia es un argumento de gente inteligente hasta un punto en el que empieza a serlo de gente muy estúpida.

La idea de que Israel maneja a EEUU puede ser fácilmente monetizable en Youtube, pero ¿no será más bien al revés? ¿No puede estar proyectando  Estados Unidos también allí sus intereses y desmesuras?

Trump no es un halcón pero tampoco va a entregar un centímetro de las posiciones que interesen a su país. No se va a desentender de Oriente Medio y de su alianza con Israel, que él ha complementado con sus acuerdos con los países árabes.

Trump no elude las cargas imperiales. Ni es un aislacionista, ni un neocon; cede, amenaza, insiste, sintetiza, parlotea; concede a unos y a otros, logra una posición distinta, intermedia, impregnada de algo suyo, y negocia con la realidad, con los intereses en juego y el nuevo espíritu de sus votantes.

Y no parece que vaya a invadir nuevos países, ni tiene pinta de meter al mundo en una Guerra Nuclear (su paso siguiente sería una reducción de este armamento). Si como «guiñol de Bibi» logró el acuerdo, veremos qué puede hacer como «rehén del Deep State»…

Las cosas de derechas que se dicen en la red se dicen (y no digamos las basadeces…): primero, porque él las ha hecho decibles y posibles; segundo, porque Musk, también, en cierto modo, por su inercia, pone la plataforma (tecnodemoníaca, oligárquica y poshumana, pero la que hay).

Quién sabe en qué acabará su acuerdo de paz (el deal de todos los deals), pero Trump ya es la figura política del siglo y tanto lo ha transformado que el Nobel parece poco para él. Demasiado solemne, humanitario, fraseológico…

La Gaceta de la Iberosfera

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