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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 10 de julio de 2012

"Los sanfermines de Juan Miguel Núñez" : Marco y Nazaré cortan una oreja en una gran corrida de Cebada Gago


Antonio Nazaré en redondo / Foto Emilio Méndez

Marco y Nazaré cortan una oreja 
en una gran corrida de Cebada Gago

"...El recuerdo de don Salvador García Cebada, creador de la ganadería de Cebada Gago, recientemente fallecido, estuvo presente toda la tarde..."


Juan Miguel Núñez
Pamplona, 9 jul (EFE).- Los diestros Francisco Marco y Antonio Nazaré cortaron una oreja cada uno en el festejo de hoy en Pamplona, en la que los toros de Cebada Gago fueron los grandes protagonistas por el gran juego que ofrecieron a los toreros.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Cebada Gago, bien presentados, nobles, moviéndose y con clase.
Francisco Marco: pinchazo y estocada (vuelta tras petición); y estocada desprendida y descabello (oreja).
Jesús Martínez "Morenito de Aranda": pinchazo y estocada (silencio); y dos pinchazos y media (silencio tras aviso).
Antonio Nazaré: estocada (ovación tras leve petición); y pinchazo y estocada desprendida (oreja).
La plaza tuvo el acostumbrado lleno de "no hay billetes" en tarde agradable.
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HOMENAJE COMPLETO Y MERECIDO
El recuerdo de don Salvador García Cebada, creador de la ganadería de Cebada Gago, recientemente fallecido, estuvo presente toda la tarde.
Los toros lucieron divisa negra en señal de luto. Y de parte de Antonio Nazaré en el tercero y de "Morenito de Aranda" en el quinto, hubo brindis a su recuerdo, que recogieron sus hijos Salvador y José, en un burladero del callejón.
Un hombre bueno, considerado también ganadero de altura. El homenaje a su memoria hoy en Pamplona -feudo suyo desde hace más de un cuarto de siglo-, por el buen juego de sus toros, ha sido muy completo y merecido.
Una corrida pareja en tipo, musculada y astifina. Nobleza y casta al cincuenta por ciento. Corrida con movilidad, muy "en cebada".
Al final se contabilizaron dos orejas que pudieron ser más si el presidente hubiera atendido la petición para Marco en el primero, y desde luego si la espada de "Morenito de Aranda" llega a estar más afilada.
También influyó el hecho de que el torero de la tierra, Marco, no "tocara pelo" hasta la segunda mitad de la función, lo que suele restar en esta plaza ambiente al resto de las faenas, pues parece que la gente está primero por el suyo y después lo que venga. Desde luego, una referencia equivocada para ver y valorar la corrida.
Marco perdió la oreja del toro que abrió plaza sencillamente por el pinchazo que se interpuso a la estocada definitiva. Había sido un toro importante, con mucha clase, fijeza, nobleza, recorrido y "transmisión". Muy alta toreabilidad, como se dice ahora.
Marco lo toreó con gusto, tanto con el capote en verónicas de salida y en quite por chicuelinas, como con la muleta. La faena tuvo pulcritud y cierta profundidad. Quizás no apretó el torero lo suficiente. Aunque dadas sus circunstancias, de torero con muy pocos contratos, hay que considerar que estuvo digno.
Se equivocó la presidenta al negarle la oreja pedida por una notable mayoría.
En cambio con el cuarto, con menos sosiego y sin tantas estrecheces, la rúbrica con los aceros fue determinante para pasear un trofeo.
"Morenito" cuajó una faena importante al segundo, primero de su lote, en la que primó la suavidad, el temple y el buen gusto, sobre todo en el toreo a derechas. También aquí influyó el pinchazo que precedió a la estocada.
Al quinto, algo justo de fuerzas, le costó más desplazarse, además de echar la cara arriba en los embroques. No obstante, "Morenito" estuvo tesonero, buscando con mucho ahínco una faena más difícil.
El debutante sevillano Nazaré fue una agradable sorpresa. Lucido con el capote en su primero, al que toreó en el último tercio con mucho temple y parsimonia. En ocasiones faltó limpieza, pero el conjunto, muy arrebujado con el toro, tuvo su aquel. No se entiende que hubiera tan pocos pañuelos en la petición de oreja.
Sin embargo, en el sexto hubo mejor respuesta por parte del tendido. Bonitos lances de nuevo en el recibo. El toro, el único que manseó en varas, embistió muy humillado en la muleta.
Y aquí Nazaré sacó a relucir un repertorio de mucha calidad. Armonía y lentitud en la ejecución, firmeza y sentimiento. Las series muy compactas. Esta vez cayó la oreja a pesar de haber pinchado antes de la estocada. EFE

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