– ¿Porqué quieres ser torero?–el ganadero con cierta curiosidad.
–Para quitarme de los remiendos, señor.
EL PORQUERILLO TORERO
Jesús Cuesta Arana / El Sur de Luces
Vivía el zagalete en una choza, dentro de una cañada y lindando con una dehesa con ganado bravo. Su padre –aunque joven todavía– no rebosaba salud ni mucho menos y la madre con tantas fatiguitas era una pavesa al viento. Tenía que hacer cada día juego de manos y malabares para estirar un cacho de pan y mal nutrir a cuatro criaturas todo panza, churrete y pichillas. Pero a pesar de todo el sol alumbraba cada día.
Jorgillo, el mayor, era solo un adolescente de quince años, algo zangolotino pero espabilado. No tenía más herencia familiar que la de su apodo “El Pichorto”, (remoquete nada torero, por cierto). Sabía de primera mano lo que era la miseria y su mala sombra. Su ropilla concursida era una cartelera de cine de remiendos. Estaba al cuidado de una piara de cochinos. Los cochinos más malos del mundo. Parecían que tenían azogue.
En los ratos libres –que eran pocos, la verdad– con un saco de churra (costal de arpillera) jugaba o se entretenía en jugar al toro con sus hermanos pequeños. Nunca había visto una corrida de cerca. Sólo una vez en televisión, en una taberna en el pueblo, vio al Cordobés el día de su confirmación en Madrid con lluvia y cornada. Desde aquel momento por las noches no paraba de dar vueltas en el jergón de panocha de maíz. Sentía el mismo insomnio del que se enamora por primera vez. Pensaba en el hueco de la noche que los toros lo podían liberar para siempre de la pensión y “ rabiaero” de los cochinos. De la mala calor en los cueros y la perra escarcha comiendo los huesos.
Un día husmeó que había tentadero en la finca de al lado, (Vega Blanquilla, en Alcalá de los Gazules), con un trapo rojizo, un viejo vestido de la madre, se confeccionó con un palo de acebuche a modo de estaquillador una muleta y de espada una chivatilla con porreta.
Aquel día soleado de invierno empezaba para el porquerillo una nueva vida y se echó en brazos de la aventura del toro. Así que se arrimó al cortijo con mucho fuego por dentro. En la tapia de la placita de toros con cierta pelusilla por dentro esperaba su primera oportunidad; mientras que en el monte los cochinos campaban muertos de risa por sus respetos. Se fijó con su mirada negra y curiosa como un torero –Carlos Corbacho– llevaba y traía sin apuros a la becerra al caballo. Luego con la muleta, entre pase y pase, ponía cara de sentimiento. Aquello era más bonito que el incordio de los cochinos.
El ganadero sabía del barrunto torero del porquerillo al que conocía por vecindad y le conminó entre la vaharada de un cigarro puro:
–Jorgillo, ¿eres capaz de darle dos pases a la vaca? Mira que tiene raza y cuajo, tiene sangre de Guadalest.
– ¡Más raza tengo yo! Que si me revuelca sabré yo levantarme.
– ¿Porqué quieres ser torero?–el ganadero con cierta curiosidad.
–Para quitarme de los remiendos, señor.
El ganadero entristecido el semblante le dijo:
–Vale, chaval. Ahí tienes la vaca. Suerte.
Como era de esperar, Jorgillo, pasó más tiempo en el aire que ante la cara de la vaquilla berrenda y corniveleta. Un revolcón. Otro. Y…otro. Pero el porquerillo lo que estaba toreando con toda la rabia en flor era a la miseria, que suele tener los pitones más afilados y los revolcones dan más cardenales en el alma que en el cuerpo. Era consciente que los porrazos de la carpanta, los que se llevan por dentro son más difícil de aliviar. Por eso al muchacho no le costaba cambiar la falta de pan por las volteretas de la vaquilla. Siempre hay un dolor que alivia otro más malo.
Al poco tiempo, Jorgillo el Pichorto enfermó, una cosa mala en el pecho se lo llevó a lado de las estrellas. El perro sino. Se fue con la pena de no haber podido cambiar la ropa remendada por un traje de luces. El toro bravo por los cochinos. En la talega del costo –una rebanada de pan con tocino– se quedó para siempre la buena suerte.
Y los cochinos que los guarde ya Zanani que Jorgillo tiró para arriba volando.
Pero eso, si: la gloria del cielo se rompió y se romperá para siempre por aquel porquerillo soñador que canjeó los remiendos por todas las luces bordadas del firmamento.
Termina su artículo Jesús Cuesta Arana, diciendo “Pero eso, si: la gloria del cielo se rompió y se romperá para siempre por aquel porquerillo soñador que canjeó los remiendos por todas las luces bordadas del firmamento”.
ResponderEliminarPalabras estas del Sr Cuesta Arana, que le vienen como anillo al dedo a lo vivido en la tarde de ayer en Buenos Aires, noche ya en España.
“La gloria del cielo se rompió por algunos porquerillos que nos hicieron soñar con todas las luces bordadas del firmamento”. La prensa española habla en sus ediciones digitales de "decepción" y "pesadilla" al referirse a la eliminación de la candidatura de Madrid en la primera votación para elegir la sede de los Juegos Olímpicos de 2020.
Seguro que la suerte ya estaba echada y Tokio será la que organizará los Juegos 2020, pero la imagen que dieron Mariano Rajoy y Ana Botella fue verdaderamente lamentable, impropia de todo un presidente de una nación como España, y si no quieres a uno, cogemos ahora a la alcaldesa de Madrid, nunca podía llegar ella tan alto y Madrid tan bajo.
El Presidente en su línea habitual de vender humo, leyó que “Madrid es la base financiera más razonable y responsable en la historia olímpica reciente”, aseguró también que “La estabilidad y la recuperación económica de España como un factor determinante para que Madrid sea sede de los Juegos Olímpicos de 2020”.
Es decir Rajoy en su estado puro y natural, vendiendo mentiras.
¿Y de Ana Botella, que decimos?...Pues que gracias a ella podemos tomarnos con humor que Madrid no sea olímpico en 2020.
Ana Botella presume de lo maravilloso que es Madrid, destacando su relajante café con leche en la Plaza Mayor y las cenas románticas en el Madrid de los Austrias.
Yo creo que si estos dos, tanto Rajoy como Botella se hubieran quedado en Madrid uno inventándose mentiras, y la otra tomando churros madrileños con un café con leche en la Plaza Mayor o en la Cañada Real, lo mismo hubiéramos echo mejor papel, por lo menos no quedarnos fuera a la primera de cambio, como indica algunos periódicos.
'El Mundo' titula "decepción olímpica" y cuenta en el texto: "Ni en sus peores sueños. Madrid se ha quedado fuera a las primeras de cambio. Ningún miembro de la candidatura había vendido la piel del oso, pero tampoco esperaban la derrota tan rápido", destaca.
'El País' destaca el "batacazo para la candidatura de Madrid, que quedó eliminada en la primera vuelta tras empatar con Estambul y caer derrotada en el desempate (49-45)".
'ABC' titula 'Tokio 2020 arrebata el sueño olímpico a Estambul' y agrega que "la candidatura nipona se alza con los Juegos de 2020 con un modelo ejemplar en lo técnico pero alejado de la austeridad". "La gloria para Tokio, técnica y económicamente intachable. La derrota para Madrid, cuyo modelo a la vez realista y apasionado ha sido negado por los indescifrables patricios del deporte mundial", añade.
'La Razón' se refiere a la eliminación de Madrid como una "injusticia olímpica del COI". "El COI ha frenado en seco el empeño de Madrid por organizar los Juegos Olímpicos de 2020, de una forma que no admite disculpas ni consuelo: con una eliminación en primera ronda tras un ajustado desempate con Estambul", añade.
'Marca' titula con un rotundo 'El sueño olímpico acaba en pesadilla'. "Decepción mayúscula. Madrid se quedó sin los Juegos de 2020 a las primeras de cambio.
'As' opta por 'Madrid, eliminada a la primera'.
'El Mundo Deportivo', de Barcelona, titulaba 'Madrid no pasa la primera ronda y queda eliminada'
'Sport', también de Barcelona, narra que 'Madrid ha sido la primera ciudad eliminada como candidata a organizar los Juegos Olímpicos de 2020'.
Benjamín Barceló
Antes de saberse el resultado de la reunión del COI en Buenos Aires es elegida presidenta de Andalucía Susana Díaz, de la que se dice que tardo 10 años en terminar la carrera de derecho, hay quien dice que fueron 15 años.
ResponderEliminarLo que es una verdad tan grande como la Catedral de Sevilla, es que la nueva presidenta de Andalucía no fue una “lumbrera” en los estudios.
Y lo que es verdad también es que la alcaldesa de Madrid aunque no tardara tanto tiempo en sacar su carrera su cabecita pensante es tan grande en torpeza como juntar la Catedral de la Almudena, la Plaza Mayor y el barrio de los Austrias del Madrid romántico.
La derecha española que tan acostumbrada está en llevar razón y que tan crítica se convierte con los ERE de Andalucía, las comilonas de los sindicatos y la corrupción de la izquierda, cuando ocurre algo parecido en la derecha se pasa un tupido velo y se trata de culpar al periódico El País o la Cadena SER.
Pues ahora se dice sobre Susana Díaz, que quien la a votado. Y yo digo que llevan mucha razón, pero también me pregunto ¿Quién votó a Ana Botella, Ignacio González y Alberto Fabra?.
Así, Ana Botella recogió la alcaldía de Madrid tras la salida de Alberto Ruiz-Gallardón, e Ignacio González es presidente la Comunidad de Madrid tras la marcha de Esperanza Aguirre. En Valencia, Francisco Camps dimitió como presidente solo dos meses después de la celebración de las elecciones, y, con el respaldo parlamentario, Alberto Fabra cogió el testigo al frente de la Generalitat Valenciana.
Y la resaca olímpica como está después de la debacle española.
Pero resulta curioso que mientras ‘El Mundo’ no añade nada relevante a su apuesta informativa de ayer de que 50 de los 95 electores del COI habían prometido votar por Madrid, ‘La Razón’ derrochaba ayer todavía mayor optimismo ("La opción madrileña podría ganar en la primera votación incluso por mayoría absoluta"; "Los españoles, ahora favoritos en las apuestas") y la alcaldesa Ana Botella reclamaba desde la primera de 'Abc' cautela en el ecuador de la carrera: "Todo está abierto, nada es seguro y no hay que lanzar las campanas al vuelo", escribe en su diario de viaje.
Después supimos lo que de atractivo tiene para los visitantes a Madrid tomar café con leche en la Plaza Mayor.
Pues menos mal que la señora Botella saco sus estudios a su debido tiempo porque si hubiera tardado tanto como Susana Díaz, no se que parida se le hubiera ocurrido.
Lucia Pedrosa