la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 22 de octubre de 2013

LA CRÍTICA MEJOR QUE LA COBA / Por Antolín Castro


La coba desde el tendido no hace mejorar al torero, la crítica y la exigencia sí
-Fotografía La Loma-

"...El cronista taurino está alejado de la dirección del periódico y, por tanto, camina de forma individual y ajena a la línea editorial del medio para el que trabaja. En ese ir por libre, resulta más agradable ser bien recibido en el medio taurino y su entorno antes que ser rechazado o pasar hambre y frío..."

LA CRÍTICA MEJOR QUE LA COBA

Antolín Castro
El mundo del toro es muy dado a las alabanzas gratuitas; periodistas, padres y amigos se pasan el tiempo ensalzando cuanto hace el torero de turno y eso, en verdad, ayuda muy poco. Quizá algún avispado plumilla lo aproveche a su manera, pero no es el camino para mejorar, para alcanzar cotas mayores. El torero, de esa manera queda al desnudo en su progresión.

Y es un mundo de coba porque es una actividad individual y también lo es la de los cronistas de cámara o los que quieren sobrevivir en el mundillo. El cronista taurino está alejado de la dirección del periódico y, por tanto, camina de forma individual y ajena a la línea editorial del medio para el que trabaja. En ese ir por libre, resulta más agradable ser bien recibido en el medio taurino y su entorno antes que ser rechazado o pasar hambre y frío.

Los medios estrictamente taurinos, curiosamente, viven del medio taurino y eso condiciona ¿o no? ¿O es simple casualidad el hecho de que les gusten más los toreros que están arriba, que gastan dinero en publicidad, en lugar de los que están más abajo y ese capítulo de la publicidad no entra en su planificación dada la delicada economía que padecen?

El caso es que para mejorar hay que apretarse los machos y en esa cuestión el primero que te obliga es el toro, después los públicos y -mucho más en defecto de éstos- la crítica debe cumplir su papel. Y el papel de la crítica no puede ser el de la alabanza -obviaremos lo de gratuita porque seguro que no procede-, ha de ser el del señalamiento de cuanto se hace, ponderando lo bueno y censurando lo malo.

Como quiera que las figuras están instaladas en todo lo citado: toro más cómodo, público más adicto y prensa más ligera o apegada, en lugar de evolucionar hacia cotas de más verdad, de más pureza, de más riesgo, de más compromiso, de más autenticidad… cogen la cuesta abajo del triunfalismo y navegan por mares totalmente en calma. Nunca les pilla la tempestad y cuando surge una pequeña ola de una parte de la afición, de un tendido beligerante o de una crítica independiente, en lugar de tomar nota, suelen denostar a quien se opone o enfrenta a sus modos de hacer. Es decir, cogen el camino más fácil.

Ese camino les lleva inexorablemente a la rutina, al trámite, a mirarse el ombligo en lugar de analizar sus actuaciones. Si desprecian la crítica y la censura están despreciando la necesaria rectificación ante errores o posturas, algunas veces tan clamorosas que no se sabe cómo hay quienes llamándose críticos pueden obviarlas.

La coba no es gratuita, como decíamos, tiene objetivos que cumplir. No es pura ignorancia, no. Detrás hay un cúmulo de intereses, normalmente económicos, que a nadie se le escapan. El toreo es un arte, pero tras de él existe un negocio y tratándose de dinero aparecen las sanguijuelas.

Tanto se alejan con eso de la coba, que pueden llegar a sentirse mal u ofendidos si se les pregunta cualquier cosa que se salga del guión establecido. Recientemente El Juli, quien ostenta el cetro del ‘figuranato’, ante tres preguntas que se las haría cualquier aficionado y que se le han trasladado en una entrevista desde este Portal, simplemente no las contesta. No sólo prefieren y eligen los toros más cómodos y fáciles, también hacen lo propio con las preguntas, quieren las más cómodas y facilonas. Subidos al carro del triunfo y con tantos palmeros en su cercanía, terminan por ignorar las cosas más corrientes que se le ocurren a cualquier aficionado.

Por eso decimos que es mejor la crítica que la coba. Prefieren vivir en su nube donde la adulación y la coba es el pan nuestro de cada día, alejándoles de esa otra realidad que existe a su alrededor. Será posiblemente que no lo entendamos o que todavía no nos hemos comprado casa en las nubes.

***

No hay comentarios:

Publicar un comentario