"...Este gobierno tiene tanta prisa que no ha esperado a que Ricart, condenado a 170 años por tres asesinatos y tres violaciones, acusado de arrancarle un pezón a una de las niñas de Alcácer con unos alicates, solicite formalmente salir de la prisión. No hay tiempo para eso. Se va, le guste o no. El gobierno ya mismo quiere fuera a toda la patulea, porque necesita una nueva armonía en el universo con etarras, asesinos múltiples y violadores en el portal de Belén..."
Echan de la cárcel al asesino de Alcácer
Francisco Pérez Abellán
Esta vez Ricart ni siquiera había pedido salir de la cárcel, ni había solicitado que le tocase la lotería de la Parot, pero, como en los premios grandes, el fiscal lo ha hecho todo por él. Nada, nada, a la calle, que ya es hora. Le han echado sin preguntar. Al asesino deAlcácer, le han puesto de patitas en la rue, y el equipaje por la borda.
El Gobierno ha puesto a los presos más allá de las rejas, y cuidado que alguno no se lleve encima una patada en el corvejón. Prácticamente no es que los suelten como una riada de maldad, como una inundación de peligro, sino que los echan de la prisión.
Miguel Ricart Tárrega, el único condenado por el asesinato de las niñas de Alcácer, estará en libertad después de cumplir unos años de propina sobre lo que venía siendo normal, para asesinos múltiples como él, hasta que en un pase de birlibirloque se inventaron la Doctrina Parot, que el Tribunal de Estrasburgo ha puesto a caer de un burro. La Parot en realidad era una componenda, perfectamente ilegal, débil como una barra de azúcar, que no podía durar, a pesar de ser un invento del Tribunal Supremo, olé la justicia, que lo mismo que la impuso la manda ahora a las tinieblas, porque nada es verdad ni mentira sino según el cristal del Supremo.
Bastante cínicos son los que encima ponen boca de asombro. Era un apaño, un parche, una distracción. Y todo el mundo lo sabe. Porque cuando se quiere hacer una ley en serio se legisla, no se la saca uno de donde los magos guardan la paloma.
Pero en esa línea se podría haber perdido el tiempo, como cuando se echan balones fuera. Hay que poner en la calle al violador del portal, pero primero se recorre uno todos los portales para ver si están cerrados. Qué prisa hay. ¿Quién quiere ser violado o muerto? Hay que poner en la calle al violador del ascensor, pero primero se engrasan bien todos los ascensores. Y después se obliga a los agresores sexuales a sacarse el carnet de identidad, con fotos bien modernas, con la jeta al aire, sin pelos en la cara, ni gorras de béisbol, ni lunetas de sol, que el asesino de Valladolid ha salido a la calle con un disfraz que ni en los tiempos de Esquilache. Aunque sea porque se va a dedicar a hacer obras de caridad y no quiere que se lo agradezcan.
Llevo décadas viendo sufrir a los padres de Leticia Lebrato, de Marta Obregón. Llevo años viendo sufrir a los familiares de Olga Sangrador, pero eso, ¿a quién le importa? ¿Alguien se ha creído de verdad que iba a haber una pizca de buen rollo con la justicia? Este sufrimiento se me hace ahora llanto y quebranto.
La fiscalía había prometido que revisaría caso por caso y se tomaría su tiempo, pero de pronto todo ha sufrido un acelerón, se ha terminado la comedia y ha empezado la tragedia: los peores violadores y asesinos están ya mismo en la calle, y todos a la vez, por las vías y plazas de la España nuestra. Por si faltara poco, hay varios brevas que se pasan de tontos, que han dicho que no se les puede vigilar hasta que cometan un nuevo delito. O sea que la Doctrina Parot, además de ser ilegal, expande el virus de la tontería como en un estornudo. Hay que ponerse a salvo, porque los tontos que mandan son muy peligrosos.
Miguel Ricart, al que yo entrevisté, por teléfono, en presencia de los funcionarios de prisiones, que tiene menos calorías que una barra de hielo en la nariz, va a salir sin haberse arrepentido, sin haber colaborado con la justicia, y todavía entero. No ha confesado, no ha dicho dónde está enterrado su colega Antonio Anglés, pero vamos a decirle que no nos chupamos el dedo.
Ricart está en las mismas condiciones que el violador del ascensor, que se dejó ver el otro día cubriéndose la jeró con una braga militar, una gorra de béisbol y unas gafas de ciego para vender cupones. Este abusador sexual es el asesino de Leticia Lebrato y de Marta Obregón. Tal vez con los años se hayan apagado su ansias eróticas, pero en la cárcel no hacen milagros.
Los políticos tampoco hacen milagros. Ninguno. El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, apasionado de El hombre que mató a Liberty Valance, se ajustó el cinturón con un par y dijo que iba a verse caso por caso. O sea que una cosa es lo que diga Estrasburgo, que puede ser la letra, y otra, muy distinta, lo que marque nuestra música jurídica. Al rato se había acabado la rotundidad de la doctrina Torres Dulce, pues de pronto se puso el disco a 78 revoluciones y no hubo tiempo para gaitas. La música la ponen al chocar de los cuchillos. Este gobierno tiene tanta prisa que no ha esperado a que Ricart, condenado a 170 años por tres asesinatos y tres violaciones, acusado de arrancarle un pezón a una de las niñas de Alcácer con unos alicates, solicite formalmente salir de la prisión. No hay tiempo para eso. Se va, le guste o no. El gobierno ya mismo quiere fuera a toda la patulea, porque necesita una nueva armonía en el universo con etarras, asesinos múltiples y violadores en el portal de Belén.
Sobre Francisco Pérez Abellán, escribe esto Marco Antonio Raya.
ResponderEliminar“Francisco Pérez Abellán o el crimen del escritor acomplejado: una reflexión sobre estigma, miedos y vouyerismo.”
El día 3 de marzo de 2013, Francisco Pérez Abellán nos dejaba una columna de sociedad en el periódico La Razón -realmente estremecedora- titulada “El crimen del enfermo”. Aquí (por ahora) puede verse el enlace, aunque de todas maneras transcribiré, párrafo a párrafo (se trata del texto en negrita), su reflexión en torno a un asesinato cometido, al parecer, por una persona con un diagnóstico de enfermedad mental. Asimismo, me permito hacer algunos comentarios a pie de párrafo, para contrastar con un mínimo de coherencia un discurso vacío, retrógado y, sorprendentemente, ignorante.
Francisco, que no es nuevo en esto de la criminología y los asesinatos, la casquería y el voyeurismo asimétrico omnívoro (no en vano, se dedica -entre otras apariciones televisivas esperpénticas- a la docencia en esta materia) comienza así:
El crimen del enfermo
“Hay un montón de gente por ahí que no está bien de la cabeza. Parte de esa gente puede llegar a convertirse en una amenaza para los demás. Algunas de esas personas oyen voces o despegan de la realidad. Viven episodios psicóticos.”
Comenzamos bien, Francisco. “No estar bien de la cabeza, una amenaza para los demás”. “Episodios psicóticos.” Así que usted va marcando el terreno, que el lector sepa de qué habla. Bien, bien. Estamos, pues, por lo visto, hablando de los locos que amenazan. La amenaza de la locura. Espero que ya, sólo al comenzar, las madres hayan metido a todos los hijos en sus casas. El lenguaje profético (“se acerca la plaga, por si no lo sabéis”) del señor Pérez Abellán es pura poesía apocalíptica. Al fin y al cabo, tira de los clásicos.
Comencemos por el miedo, el desenlace vendrá más tarde.
“Normalmente avisan. Protagonizan ataques e intentos de hacer daño. Puede ser el caso, aunque todavía es pronto para saberlo, del joven de 34 años que presuntamente mató a puñaladas a su padre, su madre y su hermana el pasado jueves. Se cree que lo hizo el jueves con un cuchillo. Los cadáveres presentan varias heridas punzantes con insistencia en el cuello.”
Ahora nos tranquiliza. “Normalmente avisan”. Ellos, claro, no son tan malos.
Maníacos peligrosos, pero civilizados, viene a decir. Son asesinos en potencia pero se pueden parar a tiempo. Menos mal, Francisco, me deja usted respirar un poco. “Puede ser el caso, aunque todavía es pronto para saberlo”… Entre usted y yo, Francisco, sólo por la desvergüenza de esta frase con la que evidencia que ni siquiera está seguro de lo que juzga, ya merecería ser demandado. Pero tranquilo, ya sabemos que estas cosas no pasan en este país que desea leer opiniones como las suyas. Ah, que no se me olvide, “insistencia en el cuello”. Ahí se ha marcado usted una fantástica licencia poética para hacer salivar un poquito más al lector aterrado y morboso, ávido de miedo cultivado bajo tu presencia. ¿Le excita escribir así sobre estos temas?
“Soy de la personas que opinan que los locos matan poquísimo.”
Menos mal, Paco. Menos mal. Eres, en realidad un héroe. Un alma caritativa. Pero te prejuzgo, y además te he llamado de tú, disculpe, sigamos leyendo.
“Pero a veces pueden cometer crímenes horribles. Hay algún tipo de locura que convierte a las personas en bombas rodantes.”
Continuara
Sí, Francisco. Siga usted pensando que lo que convierte a las personas en bombas rodantes es la locura. Siga así. Así se queda usted tranquilo, ¿verdad? ¿Es así como llega a fin de mes? ¿Es eso lo que piensa cuando se mira en el espejo, Francisco? ¿Piensa que puede vivir con tranquilidad sabiendo que usted no es de esos seres humanos que explotan? Siga así. Separándose un poco más, cada día más, de lo que significa ser humano. Total, nadie lo va a notar. Y usted además gana dinero con eso. ¿Cuánto dinero ha ganado trabajando con el miedo de los demás? ¿Es consciente de que eso no tiene mérito alguno?
ResponderEliminar“Este triple asesinato de Dos Hermanas (Sevilla) tiene toda la pinta de haber sido protagonizado por un enfermo mental, con antecedentes por agresión a sus familiares.”
Otra frase para denuncia. “Toda la pinta de haber sido protagonizado por un enfermo mental”. Ya. Y usted tiene toda la pinta de haber tenido una infancia difícil, con mucho miedo. Muy asustado de todo aquello que podía salir de dentro. Así, los actos se acabaron convirtiendo en lo que “algo con toda la pinta de haber sido hecho por alguien como yo” o en “algo con toda la pinta de no haber sido hecho por alguien como yo”. ¿Cuál ha sido su rasero de lo moral en la vida, don Francisco? ¿Por qué se empeña tanto en demostrar que el mal es una cuestión de enfermedad? ¿Qué fibra le está tocando a usted en lo personal?
“Nos hemos acostumbrado a convivir con la gente que desvaría y no somos capaces de medir su peligrosidad.”
Aquí le doy toda la razón. De hecho, algunos incluso escriben en periódicos, publican libros y tienen programas de televisión. De hecho, algunos no tienen ni idea del sufrimiento que causan con las meras palabras porque, posiblemente no tenga ni idea, pero los discursos generan realidades materiales que perpetúan exclusiones dolorosas. Y quizá esta peligrosidad sí que no tiene medida, Francisco.
“En nuestro país, la salud mental no está correctamente valorada. Demasiado a menudo decimos como una broma: «Tú estás loco», pero es que el que de verdad lo está, necesita ayuda, medicación y custodia.”
Lo único que me consuela de este párrafo es conocer de primera mano, gracias a mi experiencia laboral, que las personas que intenta usted eliminar saben que miente. Saben que habla desde el miedo del desconocimiento y el morbo perverso del vouyeur. Saben, sabemos (porque algunos profesionales también, no crea) que su reclamación de custodia habla de su propia incapacidad de un hombre para enfrentarse consigo mismo. Un hombre que se fascina constantemente (y vive de ello) con la construcción de monstruos ajenos. Parapetos como de niño que no tiene con quién jugar. La diferenciación angustiosa, la necesidad de meter a TODAS las personas diagnosticadas en custodia (ni siquiera se ha molestado usted en poner un condicional) evidencia poca consciencia de autocontrol, don Francisco.
“Hay pocos controles en la infancia o la juventud para llevar la cuenta del número de afectados por trastornos mentales y es un recuento imprescindible. Aquel brote de antipsiquiatría que puso a todos los enfermos a convivir en la sociedad produjo unos efectos no deseados que duran hasta hoy. En nuestro país hay como medio millón de enfermos mentales a cargo de sus familias.”
Continuara
No, don Francisco, lo que falta es un recuento de personas que manejan conceptos denigrantes para el buen funcionamiento de la sociedad. Lo que falta, es el recuento de escritorzuelos que sin ningún tipo de criterio ético, filosófico o científico se permiten hacer comentarios que generan un corpus de des-conocimiento que afecta a la calidad de vida de otras personas. Lo que falta, en definitiva, es vergüenza, para mencionar un movimiento sin saber o explicar nada de lo que representa. La antipsiquiatría por suerte puso a muchas personas a convivir en sociedad incluso teniendo que aguantar discursos reaccionarios e ignorantes como el suyo, don Francisco.
ResponderEliminar“Normalmente, mocetones o mujeronas imposibles de manejar a cargo de sus madres, unas señoras heroicas que día a día van quedándose sin fuerzas en una batalla que les supera.”
“Imposibles de manejar”, tal y como si fueran objetos o animales. “Señoras heroicas”, ya que, incluso dentro de su propio discurso, usted continúa rizando el rizo, desresponsabilizando a los padres, a los hombres. Cómo pensar que su pensamiento no fuese también machista, por supuesto. Una vez que se entra en la exclusión del otro, continuemos para bingo. Y, puesto que de su discurso se desprende que usted es un modelo a seguir (¿si no, por qué habría de escribir esta columna?), está claro que el humano ideal para usted es, eso, usted mismo. Que Dios nos coja confesados, que se dice.
“Y la consecuencia es que de vez en cuando hay víctimas con sangre.”
El grand finale, claro está. La palabra sagrada para las personas como usted. SANGRE. Comienza con CRIMEN, ENFERMO y termina con SANGRE. No podía esperarme menos de su prolífica prosa. Es, simplemente, éticamente, literariamente, patético.
Así que, resumiendo. Veamos sus falsedades:
1. Relaciona directamente criminalidad con enfermedad mental.
2. Relaciona crimen de persona con enfermedad mental con el ensañamiento.
3. Relaciona dedicación de las familias (responsabilidad para con sus propios seres queridos) con carga y pesadumbre.
4. Relaciona un movimiento de apertura social y científico como fue (y es) la antipsiquiatría con peligro social y amenaza.
5. Relaciona, en definitiva, la salud mental y a todas las personas que están relacionadas con ella con el asesinato y la sangre.
De manera que, por mi parte, deduzco:
1. Que usted tiene demasiado miedo de lo desconocido.
2. Que se lucra con el miedo de otros.
3. Que, en el fondo, conoce las imprecisiones de su discurso y la ausencia de lógica en él.
4. Que su discurso y usted mismo carecen de ética y prodigan una moral dudosa, reaccionaria y verdaderamente avergonzante como ciudadano.
5. Que quienes le pagan por su columna, de alguna manera, hablan junto a usted y en los mismos términos. Aunque se retracten.
Y para finalizar, señor Pérez Abellán, sólo decirle que no tiene ni idea, repito, ni idea, del esfuerzo que llevamos haciendo profesionales, familiares y personas afectadas para eliminar la basura, la ruina, que dejan discursos como el suyo. El sufrimiento que hay detrás de todo este camino. Los progresos que se han hecho. La cantidad de personas que ofende con sus palabras de trilero. Pero sepa que seguimos trabajando en ello.
Y usted, por desgracia, seguirá conviviendo con su miedo.
Saludos
Jorge Gil
.
Es curioso que cuando aparece algún artículo contra los asesinos vascos de ETA u otros de otras jaez, y de los políticos que han propiciado esta ignominia, salen voces como la de estos pelmazos revirados que echan un buen tiempo de su vida en atacar a los autores de los respectivos artículos. Tanto marear la perdiz escribiendo folios y folios...¿para qué? pues para hacer el ridículo y mostrar su vil colmillo hermano del de los asesinos. Jo....que tropa. Pare mentira que en España exista gente así de esta bajeza moral que nunca se acurdan de las pobres víctimas. ¿es que no tienen familia, creencias, ni moral?...así no va. Pobre España, esto no tiene quien lo qrregle.
ResponderEliminarSaludos
Gloria Piquer
Gloria, siento una barbaridad que su corta inteligencia no haya sabido comprender lo copiado del artículo de D. Marco Antonio Raya.
ResponderEliminarEn ningún momento puedo estar a favor de unos asesinos, ya sean terroristas de ETA o hijos de perra como este Ricart.
El copiar ese amplio artículo no significa para nada lo que usted a pretendido ver, (de ahí su corta inteligencia), lo que quiero es hacer vez que en esta ocasión D. Francisco Pérez Abellán, no está acertado en decir “El Gobierno ha puesto a los presos más allá de las rejas”.
El Gobierno que tanta parte de culpa tiene en muchas cosas, en este caso creo que no tiene ninguna, pues con todo el dolor, en primer lugar de los familiares de estas niñas, de usted y aunque usted no lo crea, el mío también. Es la consecuencia de una pésima ley, pero en un estado de derecho las leyes están para cumplirlas, nos guste o no. Y eso debiera saberlo el Sr Pérez Abellán.
Un cordial saludo
Jorge Gil
Lo que si es curioso es que uno, en este caso una salga al ruedo “infinito” de la pluralidad de un comentario con la única idea de ridiculizar a alguien y le pasa como aquel que al “ir a por lana salio trasquilado”, en este caso como es obvio TRASQUILADA.
ResponderEliminarSeñora o señorita Piquer, se habrá quedado usted en la gloria cuando le han dado con exquisita diplomacia un tirón de orejas, y es que no hay mayor ridículo que tener que tragase una misma su propia indignidad. Desde luego con personas como usted es cierto que España será cada vez más pobre.
Que tenga usted un feliz día
Javier Contreras
Estoy a favor de lo escrito por FRANCISCO PÉREZ ABELLÁN y - consecuentemente - de lo escrito en su defensa por GLORIA PIQUER. Estoy frontalmente en contra de lo escrito por JORGE GIL (párrafos incomprensibles donde los haya) y - consecuentemente - de lo escrito en su defensa por JAVIER CONTRERAS.
ResponderEliminarJocasba