"...La verdad sólo la conoce él y sus íntimos aunque no es demasiado aventurado especular que el renacimiento personal y profesional del último tramo de la campaña habría podido animar al matador a reconsiderar algunas posturas. Dentro de ese petroleado a fondo podría enmarcarse la elección de Luis Manuel Lozano, un hombre de reconocida experiencia en el campo del apoderamiento y miembro de una de las familias empresariales de mayor tradición y peso en el mundillo taurino..."
El Juli escoge a su nuevo ayo
Sevilla, 29/09/2014.- El toreo se desayunaba ayer con una noticia inesperada. El Juli ha dado poderes a Luis Manuel Lozano, hasta la noche del domingo mentor de Sebastián Castella. Los datos coinciden: el francés cumplió en Sevilla su último compromiso de la temporada y el flamante apoderado del madrileño quedaba liberado para filtrar la noticia. Se revocaban así los insistentes rumores que acercaban a Julián López a la órbita del tinglado mexicano Casa de Toreros a través de la creciente influencia de su actual hombre de campo, el también mexicano Mariano del Olmo. También se había insistido en algunos mentideros que el joven maestro tenía prácticamente decidido reducir su temporada 2015 a un tour por ruedos aztecas. La verdad sólo la conoce él y sus íntimos aunque no es demasiado aventurado especular que el renacimiento personal y profesional del último tramo de la campaña habría podido animarl al matador a reconsiderar algunas posturas. Dentro de ese petroleado a fondo podría enmarcarse la elección de Luis Manuel Lozano, un hombre de reconocida experiencia en el campo del apoderamiento y miembro de una de las familias empresariales de mayor tradición y peso en el mundillo taurino. Hay otros datos: Lozano está limpio de polvo y paja y ha sido ajeno a las guerrillas, pronunciamientos, asonadas y rebeliones varias -El Juli no ha faltado a ninguna- que han envenenado los rincones del toreo en el último lustro. El propio matador lo ha explicado en sus últimas declaraciones públicas, que han sumado lamentaciones y propósitos de enmienda junto a una voluntad de poner punto y aparte a esa etapa de ansias de poder y control que sólo le ha traido dolores de cabeza y hasta la pérdida de concentración en la cara de los toros. Y una última cosa: el cambio de tratamiento -de la noche al día- en algún medio influyente y tirada nacional también era un indicio de los cambios se avecinaban. Ahora se empieza a ver todo claro. Meridianamente.
Dígalo en ‘espanglis’
Sí, también hablaremos de las galas de sábado que se montaron Morante y El Juli en la madrileña plaza de Vistalegre bajo el abracadante título de The Maestros. No le demos más vueltas: a esa misma hora, el madrileño y el cigarrero tenían que haber hecho el paseíllo en la plaza de la Maestranza. Era el escenario natural para ambos y, definitivamente, su auténtica obligación profesional. La ensalada tropical que se organizaron en Carabanchel -que no dio demasiado trabajo a los taquilleros- puede ser un bonito ejercicio de autocomplacencia pero queda lejos, muy lejos, de los verdaderos gestos que han alentado las carreras de las grandes figuras. Y ellos lo son. Concluídas ambas campañas -al Juli aún le queda su compromiso de Zaragoza- no es demasiado difícil imaginar que el año que viene se ahorrarán el confeti y los puros de los guateques de marzo y se centrarán en lo único importante: el toro y el toreo. O no.
Después de San Miguel
El abono terminó y la plaza de Sevilla cerrará sus puertas después del gesto -que podría acabar en encerrona- del sevillano Paco Lama. Las casualidades de la vida han puesto en manos de Manuel Escribano la llave y el candado de una temporada nefasta que salvó los muebles con aquellas sorpresas gratas de la Pascua Florida y el primer verano. Aquellas revelaciones no tuvieron la rentabilidad esperada -la empresa sabrá cuales son sus números- y la plaza cerró sus puertas casi dos meses en espera del ciclo septembrino. Pero la feria de San Miguel, que sólo despertó alguna ilusión después de la inclusión de Pepe Moral, retomó el sabor amargo de la feria triste. El cartel de la primera tarde tenía algún argumento, reforzado con la entrada del diestro palaciego . Pero la combinación de la segunda no podía estar más falta de química e imaginación. Poner juntos a los dos toreros que -hoy por hoy- despiertan menos esperanzas en Sevilla era una invitación al desastre que ni siquiera podía paliar la entrega infatigable de Escribano, que necesitaba triunfar para despejar el horizonte. Nadie salió decepcionado porque no se esperaba nada, absolutamente nada. Muchísimo menos de la improcedente limpieza de corrales que acompañó el empeño. Cambianos de asunto, evocando las palabras de Emilio Muñoz en la reveladora charla que compartió con José Antonio Araujo dentro del último Mano a Mano de Cajasol: “Los taurinos gestionan muy mal su mundo. No hemos sabido involucrar más a la gente, hacerla más partícipe. Entono el mea culpa el primero. Hemos alejado al público y hoy tenemos las consecuencias”. No hay más preguntas. Nos vamos, dando un paseo por Córdoba que no sale de una para meterse en otra. La sorprendente suspensión del concierto de Malú que se tenía que haber celebrado el pasado fin de semana en la plaza de Los Califas estuvo justificada en el informe alucinante de un técnico de Urbanismo. El fulano pinta un oscuro panorama en el coso cordobés para acoger cualquier tipo de espectáculos, también los taurinos. Se dice mucho; se calla más. Alguien se ha disparado un tiro en el pie.
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