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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 25 de septiembre de 2014

BARCELONA: LA CADENA HUMANA / por Pla Ventura

La Monumental de Barcelona quedó muda en su centenario

"...Siente uno mucha tristeza ante lo que ha ocurrido en Barcelona, la plaza emblemática, la que cada año, por estas fechas, se celebraba la feria de la Merced, al margen de darse “mil” festejos durante todo el año..."

LA CADENA HUMANA


Pla Ventura
25/09/2014.-Con motivo de las Fiestas de la Merced, los aficionados catalanes de Barcelona, en estos días han formado lo que dieron por llamar una cadena humana en la que éstos rodearon el centenario coso barcelonés en el que, como todos deberíamos de saber, es la plaza que más toros ha dado en todo el mundo.

Tres años ya sin toros porque así lo decidieron unos desalmados, unos tipos que, amparándose en una absurda legalidad totalmente ilegal, cerraron para siempre el emblemático coso de Barcelona, como digo, la plaza de toros que mayor esplendor le ha dado a la fiesta en todo el globo terráqueo.

Unos políticos absurdos, sin contar con el pueblo, por su cuenta y riesgo, clausuraron tan emblemático coso, eso sí, sin medir las consecuencias de lo que hacían. ¿Qué pensarán de ello los miles y miles de aficionados catalanes?

En estos días se manifestaron; pero eso deberían de hacerlo todas las semanas. Les hurtaron aquello que más querían, precisamente, utilizando las armas de la dictadura. A modo de chanza, ya nos lo decía Pedro Ruíz en una de sus parodias: “Antes, España era una grande y libre, ahora somos diecisiete pequeñas y cabreadas” Y digo yo, con un dictador en cada esquina, ahí están las pruebas en Barcelona.

Siente uno mucha tristeza ante lo que ha ocurrido en Barcelona, la plaza emblemática, la que cada año, por estas fechas, se celebraba la feria de la Merced, al margen de darse “mil” festejos durante todo el año. La Monumental, como así se le conoce, ha sido la plaza de grandísimos hitos en la historia del toreo, el coso que congregaba a miles de personas en cada temporada, la que eligió José Tomás en su reaparición; la plaza por excelencia.

Y, como pudimos ver, todo esos que promulgan y defienden la “libertad” –la de ellos, claro- cerraron para siempre tan entrañable plaza, con todo el daño que ello supuso para los aficionados y profesionales del toreo. ¿A quién la hacían daño los toros en Barcelona? Salvo a unos cuantos nacidos un 30 de febrero, los demás, todos los aficionados, estaban gozosos con su fiesta taurina; una fiesta que, además de hacer felices a los aficionados, dejaba en las arcas del Estado cientos de miles de euros de beneficios cada año.

Deben de seguir manifestándose dichos aficionados ante su plaza, por las calles de Barcelona, hasta que les caiga la cara de vergüenza a quienes, en actitud caciquil cerraron la plaza sin contar con los aficionados que, como digo, les arrebataron sus ilusiones.

A esos políticos nefastos que cometieron semejante villanía, se les debe de protestar como han hecho estos días los aficionados; pero no es cuestión de un día, repito que, semana tras semana, la voz del pueblo catalán debería de pronunciarse contra estos dictadorcillos que, sin el poder, serían unos pobres diablos y con el mismo, mucho más.

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