"...En la tarde de ayer actuaron Antonio Ferrera, a quien últimamente da gusto ver; Juan Bautista en su segunda y última tarde isidril de este año; y el niño del Niño de la Capea que siempre encuentra amparo en su padrino de bautismo y tocayo de un servidor de ustedes, José Antonio Chopera..."
Vuelta compensatoria para una inesperada faena de Juan Bautista que debió ser de oreja
Madrid. Plaza de Las Ventas. Martes 19 de mayo de 2015. Decimosegunda de feria. Tarde repentinamente nublada, fresca y ventosa tras una mañana veraniega con los dos tercios de entrada más o menos nutridos.
Seis toros de Alcurrucén, desigualmente presentados. Bravucón y manejable en revoltoso el primero. Muy buen toro el segundo que fue de triunfo. Manejable sin ninguna clase el escurrido tercero. Pésimo el manso gayumbo que siguió e hizo de cuarto. Manso absoluto en varas y con clase en la muleta el quinto. Sin clase alguna el sexto.
Antonio Ferrera (grana y y oro): Estocada levantándole el toro el puntillero que acertó después, palmas. Pinchazo hondo, otro perdiendo la muleta y bajonazo, silencio.
Juan Bautista (prusia y oro): Estocada desprendida y descabello, silencio tras ovación al toro en su arrastre. Gran estocada de efectos fulminantes, petición mayoritaria no atendida y vuelta al ruedo seguida de protestas al palco.
El Capea (cobalto y oro): Don pinchazos y estocada, silencio. Pinchazo y estocada, silencio.
Todavía con el regusto por la maravillosa – sí, digo ma-ra-vi-llo-sa – faena de Posada de Maravillas antier. Y por la seguridad y firmeza con que repitió en Las Ventas el limeño Roca Rey pese a no poder cortar ningún trofeo, nos dispusimos a ver lidiar la primera de las dos corridas que han traído este año los hermanos Lozano. Imagino que no será ni por tipo ni por reata como la segunda que matarán Morante, El Juli y Castella que fue la que vio Ponce para que fueran dos de esos seis toros los que habriá matado de haber sido contratado.
Antier mismo, Enrique asistió al último capítulo de las cuatro sesiones que se han venido celebrando en la Fundación Diario Madrid para conmemorar el 25 – ya va por 26 y los que faltan – aniversario de su alternativa. Entre otras cosas divinamente dichas y explicadas, se refirió Ponce a su ausencia de este año en Madrid, lamentándose de ello sin acidez alguna aunque dejando claro que él quería torear en Madrid y que si no ha venido es por desavenencias con los empresarios, para nada dispuestos a aceptar sus condiciones. Y esto no lo dijo Ponce. Lo digo yo. Parece mentira que en este año se le estén dando homenajes a Ponce en todas partes y que en Madrid haya tenido que estar tan presente en varios actos y ausente en la plaza de toros. Ponce también manifestó con elegantes “segundas” que él sigue toreando porque sigue siendo torero y que nunca hizo planes a lo largo de su inacabable carrera. Que eso de anunciar que solo va a torear un número determinado de festejos no va con él y que pone el mismo interés si lo hace en Las Ventas que en la placita de Cantalejo. El catedrático Gonzalo Santonja que fue uno de los que intervinieron en el acto, se refirió a esto contándonos que la habitual jarana de jóvenes peñistas que no cesan de canturrear en la placita de Cantalejo mientras se celebran los festejos taurinos del pueblo, al ver como lo hacía Ponce, enmudecieron asombrados. Era la primera vez en sus vidas que veían torear como lo hizo Enrique.
El acto de La Fundación Diario Madrid fue un gran éxito. Hasta Esperanza Aguirre no quiso perdérselo haciendo un alto en su campaña electoral para homenajear también a Ponce. Lo pasamos muy bien y hasta yo mismo salté a la palestra desde mi asiento de espectador sin estar anunciado. Ni se les pasó por la cabeza contar conmigo aunque yo soy salvo los apoderados y los miembros de la cuadrilla de Ponce quien más le ha visto torear en todas las plazas de España, Francia y América. Solamente me gana en número de festejos mi gran amigo inglés Michael Wigram que le ha visto bastante más de mil.
No es por presumir, pero en el acto me llevé la mayor ovación de la jornada… porque habló con total conocimiento del personaje y con todo mi corazón. Yo siempre he asumido que casi nunca me den vela a casi ningún acto de estos ni en las revistas especializadas, ni en los portales más leídos, ni jamás me invitan a participar en ningún programa de televisión porque, dicho sea llana y sinceramente, los que hablan se niegan a que les haga sombra. Peor para ellos y para los videntes u oyentes…
Pero bueno, la vida es así… y a mí me ha tocado padecerlo en este aspecto aunque, gracias a Dios, en nada más. He visto más corridas que toda la crítica habida y por haber y vivo mejor que todos ellos, fiel a la sentencia que un día pronunció el gran cantante Frank Sinatra: “La mejor venganza es vivir bien…”
En la tarde de ayer actuaron Antonio Ferrera, a quien últimamente da gusto ver; Juan Bautista en su segunda y última tarde isidril de este año; y el niño del Niño de la Capea que siempre encuentra amparo en su padrino de bautismo y tocayo de un servidor de ustedes, José Antonio Chopera. Vamos a ver qué pasó.
Otra tarde de viento como la de hace días. Vamos a ver si se deciden o no a trasladar toda la lidia al burladero de sol. El primer toro tardó en arrancarse y entre que se quedó corto y lo mucho que molestó el vendaval en el sitio donde más soplaba, nada con el capote de Antonio Ferrera. El más listo fue el toro, yéndose a tablas de sol. Pero Ferrera se empeño en llevarlo al sitio de costumbre y pasó apuros para colocarlo ante el caballo. Se defendió mucho en el primer puyazo aunque cumpliendo dejándose pegar bastante. Dos verónicas y media de Ferrea en su quite junto a las tablas del 7. Y un segundo puyazo en el que volvieron a pegar al animal. Ferrera banderilleó en solitario. Bien aguantando la velocidad con que le fue el toro en el primer par. Habilidoso de poder a poder el segundo sin clavar arriba. Y de poder a poder el tercero tras andarle a lo Charlot, lo que a mí al menos no me gusta nada. Por fin le llevaron al toro donde procedía para hacer la faena. Protestó el burel en los doblones del arranque. Abierto sobre las rayas, Ferrera aguantó los hachazos que pegó el animal por el lado derecho y aprovechó sus medios viajes cuando así se comportó. Pocas veces. Pero bien en algunos y en el de pecho. Lo mismo ocurrió por el lado izquierdo aunque algunos naturales le salieron buenos y muy ajustados. A la postre fue mejor por ese pitón. Pero se echó la muleta otra vez a la derecha y enlazó un circular invertido con un cambio de mano y el de pecho con gran habilidad que gustó mucho por lo que intentó repetirlo sin que el animal lo aceptara. Un imbécil del 7 le gritó eso de que “se va sin torear”. Que hubiera bajado él. Lo mató de muy hábil y bien colocado espadazo. Los tontos aplaudieron al toro en su arrastre. Y los pocos mejor aficionados al torero.
Por enorme contraste con el anterior, el cuarto toro fue un pavo con todas las de la ley. Pareció el abuelo del tercero. Se quedó muy corto en el capote de Ferrera y correteó de un lado para otro costando llevarlo al caballo. Manseó ostensiblemente con orquesta de estribos y huida a Egipto incluidas en el primer puyazo. Nueva huída en el segundo. Ferrera se atrevió en banderillas. Menos mal que el toro valió sobradamente en el vistoso tercio que cubrió el extremeño. Gran par al quiebro por dentro el tercero. El manso se había ido arriba. No fue así en la faena. Ferrera empezó la faena en el tercio más favorable con el toro quedándose corto por los dos pitones y sin parar de berrear. Cites aguerridos y pases solamente aceptables teniendo que perderle pasos al animal cuando usó la mano izquierda tras intentarlo brevemente con la derecha. Lado por donde siguió después recentando muletazos cortos por alto sin mover los pies. Y más naturales cortitos con buen remate de pecho. Faena de yenka: Derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha sin apenas solución ni estructura admisible. Cuando la gente empezó a hartarse, mató de pinchazo hondo que escupe, otro soltando la muleta y bajonazo.
El segundo, negro, se paró al salir delante de la puerta de toriles hasta corretear después hasta las tablas de enfrente en donde Juan Bautista lanceó con cierta desenvoltura. El Cumplió manseando en el primer puyazo. Media verónica de Bautista para colocarlo para el segundo, aliviado. Quite breve de El Capea por aceptables verónicas. Desigual el tercio de banderillas. Mejores los pares de Rafael González. Brindis de Juan Bautista al público. Y a torear donde se debía. Bien por bajo a derechas con el toro humillando y metiendo la cara. Tuvo fijeza además. Redondos algo rápidos y bueno el de pecho. Mejor la segunda tanda con cambio de mano en el remate. Más cortito el toro y los pases en la tercera. Acelerado el espada galo. Mejoró en el trazado de los naturales. Y el toro para triunfar. Muy encima los siguientes y más por abajo a dos manos. Por bajo del toro Juan Bautista. Inconforme consigo mismo, siguió al natural ya sin remedio aunque los dio ligados a un molinete. Lo mejor, la repentina estocada aunque quedó desprendida que necesitó del descabello.
Ensillado el quinto, altito de agujas y feo. Se emplazó y tras irse a tablas, muy suelto del primer capotazo de Juan Bautista. Y del segundo yéndose al caballo que estaba saliendo al ruedo para salir huyendo hasta tropezar otra vez, huir y por fin recibir un primer puyazo del que, como no, salió a tomar viento que, por cierto, soplaba a toda máquina y casi invernal. Tomó el segundo en forma aunque también tomó las de Villadiego. Fallo garrafal del peón que pretendió poner el primer par. El segundo no se pudo poner hasta el segundo intento por pararse el toro. Decente el que siguió. Y bueno el último de Rafael Viotti. Juan Bautista se fue al lugar menos ventoso y, señores, sorpresa. El toro metió la cara por el lado derecho. El de Arles hasta llegó a relajarse por redondos en la segunda tanda. Y en la tercera rematando con cambio y el de la firma, muy bonito. Si no lo veo no lo creo. Lástima de desarme al dar el tercer natural. Hasta uno en redondo pegó con temple y alguno más con despaciosidad. Y como estaba tan a gusto, siguió el relajo a derechas. Mató antes de que la gente se cansara. En el quinto toro siempre pasa. Y eso que muchos ya habían abandonado su localidad. Ayudados por bajo y gran estocada de efectos fulminantes. ¡Aleluya!. Petición de oreja y trofeo no concedido muy injustamente. Juan Bautista había salvado la tarde. ¿O no? Aunque los sietemesinos no querían, dio una más que merecida vuelta al ruedo aclamada por la mayoría de los que se habían quedado en los tendidos.
Terciado aunque largo el tercero. Lo protestaron. Salió muy blando de remos y arreciaron las protestas. Tango en varas que el animal aceptó protestando. Fatal el tercio de mención. Hasta que El Capea empezó la faena de rodillas con valor y los del 7 gritando “miau”. Me niego a calificar las maneras de El Capea. Anduvo con mérito delante del burel que no fue lo que se dice bueno y punto por mi parte. Mató de dos pinchazos y estocada.
El sexto fue otro de los ensillados. Noblón de salida. El Capea se inhibió en la brega aunque finalmente se ocupó en llevar al toro hasta el caballo. Cumplió en el primer puyazo, aliviado. Sin quitar el matador, salió muy suelto del señalado segundo. Todo lo deprisa que pudieron y corriendo los banderilleros. Hacía un frío que pelaba. Y algunos vestidos de verano, como yo… ¡Brindis de El Capea¡ Señores, qué lujo. Por bajo Pedrito. Revoltoso el animal. Se quedó muy corto por el lado derecho. Y echó la cara abajo por el izquierdo. Naturales de uno en uno ayudándose con la espada. Poco más que hacer aunque siguió empeñado pese a sufrir un par de achuchones. Derecha después. Alguno medio qué…De pecho levantisco. Y más y más con la derecha. ¿Para qué? Pititos de unos cuantos y palmas de otros menos. Enganchón y rodillazos entre una sonora aunque corta división de opiniones. ¿Merecía la pena venir así a Madrid? Pinchazo y estocada. Y yo me voy… por sentir pena. Hasta mañana.
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