El malagueño cortó una oreja del mejor toro del encierro, el tercero. Faltos de fuerza en general, fueron mermando la esperanza, de la afición que aguantó el viento en la primera de la temporada, en la que se fueron de vacío El Cid y Pepe Moral.
– Las Ventas, 25 de marzo. Media entrada.
– Toros de Victorino Martín, correctos de presentación, de mejor hechuras y más peso el 3°, pero faltos de fuerza en general. Pitados en el arrastre los dos primeros, buen toro el 3°, aplaudido de salida y ovación en arrastre.
– El Cid (azul noche y oro), silencio y silencio tras aviso.
– Pepe Moral (grana y oro), silencio y silencio tras aviso.
– Fortes (malva y oro), oreja y silencio.
Madrid, 25.03.2018
Abrió la temporada venteña una tarde desapacible y de viento en la que sólo media entrada acudió al primer “gran cartel” del año y sólo Fortes consiguió salvar una corrida de decepción cortando una oreja al tercero y firmando buenos naturales en el sexto.
Mondoñito fue aplaudido de salida hasta que se le vio el puntazo que tenía en los cuartos traseros además de varios varetazos más, el público se levantó en contra de que se mantuviera en el ruedo, e incluso de que saltara al ruedo. No se puede permitir eso en una plaza de primer categoría, supuestamente la más importante, y con una ganadería estelar. Además de en la apertura de la temporada venteña y en un cartel con el que se ha dado tanto bombo. Así comenzó la primera del 2018 en Las Ventas. Pepe Moral intentó un quite poniendo al público aún más en contra. No era toro para lucir.
El toro tuvo alguna cualidad aunque la falta de fuerza se vio, mermada de las patas trasera. Se fue quedando corto en banderillas y cuando El Cid lo intentó con un trasteo que en su inicio el de Victorino perdió las manos. Los pitos fueron constantes en la lidia del primero. El Cid lo intentó sin sentido y sin opciones. Mató bien de una estocada, pero se atascó con el descabello. Un fuerte bronca cayó al presidente al arrastrar al toro.
El cuarto derrochó menos fuerza que el tercero y aunque lo saludó El Cid a la verónica, no alzaron los vuelos. Cabeceó en el caballo y perdió las manos al salir de éste. Después de que lo colocara con suavidad el sevillano. En el segundo encuentro fue más largo pero más trasera la puya. Se cayó de nuevo en banderillas y faltó conexión con el público. Con la muleta lo intentó el sevillano, pero el astado, falto de fuerza y transmisión volvió a caerse. Hubo algún muletazo más entregado, sobre todo por el pitón diestro. Fue desarrollando el astado y aunque se entregaba menos a final de muletazo, el sevillano se mostró solvente y asentado. No tuvo suerte con la espada ni el descabello y escuchó un aviso.
El segundo, algo menos hondo y de menor trapío que el anterior. Pepe Moral lo recibió con verónicas hacia los medios pero tras salir del caballo se cayó a plomo el astado después de un puyazo caído y algo trasero el segundo. Fortes dejó un quite por chicuelinas muy ajustado y arriesgando cada lance más y más. En banderillas destacó el primer y tercer par, ajustados. No tuvo demasiada movilidad el de Victorino ni le sobraron las fuerzas. Comenzó a soplar el viento y el segundo fue acortando su embestida, pero Pepe Moral se mostró entregado aunque el trasteo fue algo irregular. Se lo llevó a los terrenos del 6 y allí lo intentó por ambas manos y fue aumentando la exigencia y el peligro del de Victorino, que se le coló en algún muletazo. A la primer entró la espada muy trasera y pinchó después.
Pepe Moral saludó al quinto, también aplaudido en su salto al ruedo, y éste mostró un ápice de la alimaña de victorino. Casi alcanza al subalterno en el burladero y se revolvía con rapidez en el capote. En el caballo se le castigó demasiado en el primero y se echó encima del toro el picador en el segundo encuentro. En banderillas puso complicaciones a una cuadrilla que le faltó transmisión. El sevillano firmó algún muletazo más asentado aunque soplaba fuerte el viento. Faltó ligazón y redondeo a la faena, aunque el astado acabó repitiendo pero no hubo demasiada transmisión. Al natural tenía menos fuelle el astado. El sevillano falló con el acero y se atascó con el descabello y escuchó un aviso antes de que cayera el de Victorino.
Cárdeno claro el tercero, Mucamo, aplaudido a su salida por sus hechuras, más bonito y de más peso del encierro. Lo saludó Fortes a la verónica luciendo cada lance y embistiendo el astado con repetición. En el ambiente se notaba las cualidades que había mostrado el astado desde su salida. Lo colocó el malagueño al caballo correctamente y algo trasero cayó el puyazo, el astado cabeceó mucho y tuvo intento de perder las manos, pero Fortes lo fue llevando con suavidad y lo colocó más largo en el segundo encuentro y dejó un buen puyazo. El Cid quitó por verónicas templadas enganchando al público aún más en la faena. Lo colocó ante algo de confusión el subalterno para un tercer encuentro y no tuvo nada que ver con el segundo puyazo. En en primero del lote de Fortes se vio claramente que cuando hay toro, hay emoción, hay ambiente, hay público entregado y hay esperanza. Sin toro no hay nada. Se desmonteró tras parear José Antonio Carretero y brindó Fortes en los medios al público. Comenzó genuflexo y sobre la diestra firmó algunos muletazos en el inicio del trasteo, el astado repetía y humillaba y el malagueño se mostró entregado y asentado en la faena. El de Victorino se entregaba más en los segundos muletazos de las tandas y Fortes fue enganchando a la afición venteña. Destacó una tanda al natural, más relajado y aunque faltó algo de ligazón entre muletazos se vio una versión mejorada de Fortes. Sobre todo en un natural ralentizado en el que se paró el reloj, lástima que al siguiente le enganchara la muleta. Lo mejor llegó al final de la faena, con una serie de naturales de mucho empaque. Remató con una estocada un punto caída y los pañuelos comenzaron a asomarse. La faena hubiera mejorado aún más de no haber soplado el fastidioso viento venteño. Ovación en el arrastre.
El cierraplaza intentó saltar al burladero tras salir algo desentendido. Empujó en el caballo y lo consiguió derribar quedándose a la merced del toro y bajo el equino el picador. Lo colocó Fortes y en el segundo encuentro, el varilargueros midió poco el castigo. Pasó en banderillas sin demasiado lucimiento. Comenzó con la muleta al natural Fortes intentando redondear la tarde y en la tercera serie se enganchó al público y se entregó con el astado. Lástima el viento que soplaba que le descubría. Alargó los muletazos y hubo varios que destacaron sobre todo con la franela en la zurda. Lo intentó con ganas y entrega y aunque le faltó cruzarse en algunos muletazos, se gustó en los que realizó con naturalidad y empaque. Pinchó en el primer encuentro y sonó un aviso, volvió a pinchar y se esfumó el posible triunfo. Se le atascó el acero y no tuvo opciones.
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