Claro, el problema viene con el sueldo de las figuras, son los que tienen que bajar. En mi época teníamos un dinero hablado con el empresario y si no había nadie, nosotros nos rebajábamos el dinero. Ahora eso no se hace, los tiempos han cambiado, y piden el dinero con independencia de la gente que haya. Son las figuras las que pueden bajarse el dinero pero no puedes quitar el dinero a los que menos ganan.
Hablamos con José Luis Galloso
POR JAIME
Patrimonio Taurino · 26 Junio, 2020
Seguimos con nuestra serie de “Leyendas en confinamiento” y hoy nos marchamos a El Puerto con su torero por excelencia. José Luis Galloso ha sido el torero más querido y más triunfador en esta gran plaza de toros con una relación de amor nacida desde becerrista. A eso debemos añadirle triunfos por todo el mundo y un amor por el toreo que le hace dirigir, a su costa, una Escuela Taurina. Con Galloso hablamos de una época en la que el romanticismo era clave, de una época en la que los novilleros llenaban y una época en la que paseó el nombre de su tierra por todo el orbe taurino. Torero variado, gran capotero y con inventiva, hablamos con José Luis Galloso.
¿Cómo lleva el confinamiento, maestro?
Cómo todo el mundo, metido en la casa y aguantado el tirón, no hay otro arreglo. De salud bien todos, gracias a Dios. Le tengo mucho respeto a este bicho y no me empleo del todo (risas).
¿Todavía no ha podido ir al campo?
No he ido mucho porque a este bicho no le ves venir cómo sí al toro bravo. Este “toro” cuando menos te lo esperas te pega una cornada y ni le ves venir.
¿Cuesta más estarse quieto cuando uno no para?
Desde luego. Los toreros somos personas de muchas inquietudes, de no parar y estar quietos nos afecta mucho.
¿Cómo cree que va a afectar esto al mundo del toro?
Mucho, ya está afectando. Los políticos están aprovechando para atacar a una fiesta que no quieren, demostrando su falta de respeto a los demás.
¿Cree que un año en blanco nos haría mucho daño?
Mucho. Los que más están sufriendo esto son los ganaderos porque los toros se comen muchos kilos de pienso y a eso hay que sumarles los gastos de su manejo, veterinarios y todo lo demás. Es una ruina para los ganaderos y el Gobierno les está ignorando.
Frente a eso, ¿no cree que sería bueno dar festejos aunque fuera con menos público?
Soy partidario de hacer algo pero el Gobierno quiere una distancia de seguridad que se come más de media plaza. Los gastos de un espectáculo taurino son muy grandes y eso haría que no pudiera haber color para nadie. Otra cosa son las picadas y las sin caballos que mantendrían la llama de la gente cómo se va a hacer aquí en Andalucía de la mano de la tv y las escuelas. Creo que para Agosto, con esto más controlado, se debe permitir dar festejos en sitios dónde el bicho haya atacado menos pero con una distancia de seguridad menor.
Parece descartada la idea de dar festejos sin público.
El público es básico en el toreo, son los que dan a la Fiesta su colorido. El torero crea arte pero necesita la recompensa del calor y el cariño del público, eso le hace venirse arriba. Ver una plaza vacía, con los toreros matando 6 toros, lo veo un poco absurdo.
Mejor, cómo decía, para novilleros y que se formen.
Sí, es necesario que no pierdan el año y sigan avanzando. Las figuras pueden esperar una temporada pero los chavales, sin poder torear, pierden un año que les reventaría.
Entre las medidas para dar viabilidad a los festejos estaba el reducir el número de banderilleros, ¿cómo lo ve?
Con eso discrepo un poco, siempre he valorado mucho la labor de las cuadrillas porque muchas veces te faltarían más. Siempre se les ha respetado en su número y el quitar a una o dos personas, con la situación tan mala, les haría mucho daño y quitaría el pan a muchas familias. Esto lo podría entender en las novilladas de promoción pero para hacer eso, metería más mano al IVA y a los impuestos que hacen al toreo tan caro. Con esta pandemia los ganaderos, las figuras, deben apretarse más pero las cuadrillas no las tocaría.
Un esfuerzo de todos.
Sí, pero si a un banderillero que gana 300 euros en una sin caballos, le quitas el 20% imagínate la ruina que le haces. Para las figuras no supone tanto ese porcentaje.
Pero con menos aforo el dinero, lógicamente, es menos.
Sin duda. Ahí entra el poder de negociación entre el empresario y el apoderado. Veo lógico que se baje el sueldo pero eso lo debe asumir la empresa que es el torero, el jefe de cuadrillas. El torero lo puede asumir mejor, algunos ganaderos también, pero a la cuadrilla la revientas.
Pero todos los toreros no ganan lo mismo.
Claro, el problema viene con el sueldo de las figuras, son los que tienen que bajar. En mi época teníamos un dinero hablado con el empresario y si no había nadie, nosotros nos rebajábamos el dinero. Ahora eso no se hace, los tiempos han cambiado, y piden el dinero con independencia de la gente que haya. Son las figuras las que pueden bajarse el dinero pero no puedes quitar el dinero a los que menos ganan.
Lo que no podemos permitir es pasar un año en blanco esperando a ver si el año que viene mejora esto mientras los ganaderos tienen que estar mandando los cinqueños al matadero cómo están haciendo, hay que hacer algo ya.
Este sistema de cobrar a las 12 con los que no te apoderan está acabando con el empresario de pueblo.
Todos deben mentalizarse. El apoderado debe concienciar al torero de que se baje su sueldo para que los empresarios puedan también ganar dinero. Aquí todos deben ganar dinero o nadie dará el espectáculo, a la larga pierde el torero también.
¿Hemos perdido romanticismo o es egoísmo?
Los toreros tienen celos entre ellos, se enrocan en su dinero y quieren ganar lo mismo que los demás. El problema no es fácil de arreglar pero creo que deben ceder para que los empresarios humildes puedan contratar a las figuras. El pueblo tiene derecho a ver a los de arriba.
Es una pena cuando figuras como usted, Ojeda, Mendes o Pepe Luis sí rebajaban.
No lo hacen. Muchos se lo llevan a las 12 de la mañana y revientan al empresario de pueblo y al independiente. A un empresario le puedes partir la boca una vez pero a la segunda ya se ha ido, no da toros. El problema es que los toreros están apoderados por empresas y entre ellas, las que controlan esto, se apañan mientras que al empresario más humilde, o al independiente, le revientan.
¿No cree que los toreros son cómplices de esto?
El problema está en que el torero que lleva gente pide un dinero que los demás, figuras que no llevan tanta, quieren también y la taquilla no siempre lo genera. Cuando no hay dinero para lo que piden los que no llevan a la gente acorde a su caché, viene la ruina y el empresario se va.
Esta práctica es dañina y más en una época en la que el número de figuras es más escaso que nunca.
En mi época podría haber 20-30 figuras que llenaban y eso hacía que muchas se quedaran hasta fuera de las ferias. Ahora vivimos lo contrario, faltan para hacer carteles, siempre son los mismos con la única novedad de un cambio entre ellos.
Es necesario que den sitio a los chavales nuevos. Antes los toreros de segunda fila, sobre todo en los pueblos, toreaban 15-20 corridas de toros pero ahora no pueden porque las figuras exigen figuras en los carteles.
¿Hay menos nivel en el escalafón?
No, los que son figuras lo son por algo. Lo grave es que se cierran entre las figuras el círculo y no dejan sitio a los demás para poder torear. Antes los carteles estaban hechos con dos figuras y uno nuevo, pero ahora se piden entre ellos para poder hacer carteles. Eso lo hacen porque dicen que si entra un chaval nuevo y va menos gente van a perder dinero. Si hay buena voluntad esto se podría arreglar.
Eso no pasaba en su época.
No porque antes entraba con las figuras uno nuevo y también se daban más festejos que ahora porque el espectáculo es muy caro. Las novilladas también son muy caras y muchas veces las picadas son suplidas por los festejos de las escuelas.
Otra bala contra el futuro.
También te digo que la gente no va a las novilladas tanto cómo debería. Es necesario también exigir a las empresas grandes que den novilladas en las ferias.
No hay tampoco novilleros que llenen como sí pasó con usted.
Mi camada, Manzanares, Robles… llevábamos mucha gente, llenábamos pero también podíamos torear. Ahora los chavales se la juegan en Madrid y así no es. Cuando fui a Madrid yo de novillero llevaba más de cien toreadas, era un matador en pequeño. Ahora los chavales debutan con un toro y eso es reventarlo.
Las empresas deben dar novilladas y los festejos deben ser más baratos para que puedan dar más. He visto a chavales con maneras a los que se les corta las alas por su falta de oportunidades.,
Maestro, las figuras con el círculo cerrado y los novilleros sin torear, es preocupante.
Yo no tengo reparo en decir lo que pienso y lo que te he dicho es lo que veo como lógico porque así no se puede funcionar. A esto hay que sumar los antitaurinos, la asfixia del Gobierno… Esto debería tener el mismo blindaje que tiene en Francia, ellos sí defienden la Fiesta.
¿Qué está pasando en El Puerto?
Vamos de mal en peor. Tuvo una época gloriosa pero ahora han venido unos empresarios que no han estado a la altura de la categoría de la plaza. Las figuras hemos querido venir a El Puerto y los empresarios de ahora no ponen nada más que pegas, hasta a la Escuela. Es una plaza que ha dado más de diez festejos por temporada y ahora se lo quitan con 2. Ojalá que el parón ayude a que el político piense, que se de cuenta y vengan mejores empresarios.
¿Recuerda cuántas veces ha toreado en El Puerto?
Lo sé por mi padre, 112 tardes y 55 salidas a hombros.
Casi nada y llenando.
El que más ha salido a hombros y llenando desde becerrista. Por eso te digo que cuando hay chavales que interesan hay que ayudarles.
¿No cree que su retirada afectó a la caída de la plaza por no tener ya a su torero?
Cuando toreaba, las figuras querían venir a torear conmigo porque llenaba. Cuando vino Justo Ojeda, el último año mío toreando, hubo 14-15 tardes pero desde ese momento todo cayó. He toreado en la Feria hasta 2 tardes y cualquier empresario dice que no viene, que la Feria es muy mala. Si tú pones un cartel rematado la gente viene.
Pero sin un torero de casa…
Claro, en mi época había varios toreros de Cádiz y últimamente sólo estaba Padilla y era tenido por un torero más del Norte. Dicho esto, a la plaza le gustan los carteles con toreros muy buenos, con los toreros que gustan a todo el mundo.
¿Le tocó a usted una generación muy dura para competir?
Sí, cuando yo tomo la alternativa en 1971 toreaban todavía Ordóñez, Camino, Puerta, Ostos, El Cordobés, la reaparición de Dominguín, Bienvenida… fíjate la cantidad de figurones que había. Para torear con ellos tenías que dar bocados. Luego había un grupo con Dámaso, Palomo y Paquirri que se arrimaban como perros. A esos se unió mi generación y había una competencia con 30 figurones del toreo, cada uno con su personalidad. Navegar en esas aguas era muy complicado.
El fallo no tenía perdón.
No, cuando bajabas la guardia un par de tardes te dejaban al lado. Las figuras, si fallabas, te querían quitar del medio y tú tenías que dar al empresario motivos para seguir a base de triunfos y encastes. He toreado Pablo Romero, Victorino, Miura… Las figuras hoy torean tres ganaderías: Victoriano, Juan Pedro y Cuvillo, no quieren otras y eso hace que se pierdan ganaderías.
Ahí me vuelve a faltar generosidad de las figuras.
Sí, deberían hacer esfuerzos de vez en cuando con corridas de éstas. A la gente, además, les gusta verles con ellas.
Usted llega al escalafón superior arrasando y le llega un peculiar parón.
Me dejaron sin torear casi año y medio por culpa del servicio militar. Aquello me paró y me tocó meterme en una finca, pelear, y recuperar mi nombre. En el 74-75 tocó el lío de la mili tras los primeros años buenos. En el 76-77 me puse arriba y en el 78 hice la faena al Samuel en Madrid. Esos años, hasta el 80, fueron muy buenos. Luego me cogió la época del toro tan parado en Madrid, la exigencia de la prensa tan dura… Había críticos taurinos muy duros, otros bordes. Mi época fue dura en las críticas y por el cambio del toro hacia un animal con más volumen. La competencia, eso sí, me ha encantado porque eso me hacia exigirme.
Dejando el sello de gran torero.
Aquello era muy duro. Hay toreros que tienen mejor prensa que otros, no he tenido el apoyo de la prensa que debería, no sé el motivo. Me reconocen lo hecho pero no al nivel de otros de mi época. Eso ya no me afecta.
Su trayectoria, su capote y su espada ahí quedan.
He matado muchos toros recibiendo y de eso no se habla. He matado muchos toros así y otros los he pinchado. He dejado quites variados, he podido a los toros y he toreado con calidad cuando se podía.
¿Esa falta de prensa es por malas decisiones con los apoderados?
Eso influye mucho. Hay apoderados que soban muy bien el tema y quizás los míos no lo trabajaron cómo deberían. A estas alturas eso no vale.
A mí me deja clara su fuerza el hundimiento de un coso tan importante como es El Puerto.
Es muy bonito cómo me recuerdan por la calle, cómo me siguen llamando “niño” cómo cuando empecé y ahora tengo 66 años. He toreado con 15 años cuando no se podía torear hasta los 16. Fui de novillero a Sevilla y salí por la Puerta del Príncipe, en El Puerto salí todas a hombros de novillero y eso no es fácil tampoco. También triunfé en Barcelona, desde el principio estuve en figura de los novilleros. Son muchos años y muchos toros a cuestas.
Pero una carrera satisfactoria.
Sí. Uno nunca está contento del todo porque la faena redonda, completa, nunca crees que la has hecho. Por muy bien que hayas toreado siempre querías mejorar, siempre he tenido un espíritu inconformista. Siempre me exigía sobre la base del toro que tenía delante, eso sí. El cuajar toros en Bilbao, Sevilla, Pamplona, Madrid, Nimes, Dax, el Escapulario de Lima, el Gran Poder, Venezuela, Colombia, Portugal… ahí ha quedado.
Dejando el buen sello.
Eso es lo que va a quedar. El ser considerado buen torero te llena y eso nadie te lo va a quitar.
¿Por qué no se libró de la Mili?
Yo tenía un permiso que era extraoficial cuando yo creía que era oficial. Toreando en Madrid me pegó el toro una voltereta y me metieron a la enfermería. Yo me llamo José Luis Feria Fernández pero me pongo Galloso por ser el segundo apellido de mi madre. Mientras que ponía Galloso no había problemas pero el parte ponía Feria Fernández. Me cogió un coronel y me quitó del medio, me llevó a un cuartel militar en Huelva que ya no existe y me perdí año y medio. 60 corridas que se llevó.
Ahora le vemos dirigiendo la Gallosina, la Escuela de El Puerto.
Ahí andamos, tratando de ayudar a los chavales. Llevamos ya 10 años, hemos podido sacar algunos toreros y eso es una satisfacción.
Con pocas ayudas.
Ni Ayuntamiento ni empresarios pero me da igual, he seguido mi ritmo. Soy yo el que “subvenciona” la Escuela. A mí lado tengo a Berciano y a un amigo mío mozo de espadas pero sin ganar nadie nada.
Este año le veremos en las novilladas de Andalucía.
Llevamos a Víctor Barroso que ha destacado en lo de El Batán de Martín Arranz. Me gusta ir con él y si yo no puedo, va Berciano.
Tiene buenas condiciones.
Sí. Aquí hemos tenido a Pablo Mora, Álvaro Sanlúcar, El Galo… Hemos sacado tres matadores de toros, dos novilleros con caballos y tengo ilusiones a las que hay que esperar.
A ver si recuperan El Puerto.
A ver si saco dos “gallositos” que muevan esto. Es necesario que Cádiz tenga toreros porque se ha quedado esto huérfano cuando antes había muchos.
¿Cómo evitar que sean iguales?
Soy contrario a ese pensamiento. Les educo para que toreen como sientan, yo les enseño el toreo y las distancias. Es la forma de cada uno la que les da su personalidad. Hay que dejar a los chavales que se inspiren, no que copien al profesor. Es bueno que le peguen una voltereta de vez en cuando porque si aprenden la técnica sólo… Les digo que las volteretas son buenas para los huesos (risas). A ver si podemos empezar a entrenar aunque sea con las mascarillas.
Ya, por lo menos, pueden entrenar en la Plaza.
Sí, aquel boicot fue muy duro. Ahora ya me dejan y ahí estamos.
¿Sin subvención?
No, esto te cuesta dinero pero mientras que se pueda lo haré hasta que me harte. Si puedo aportar a los chiquillos me conformo.
Lo que hablábamos, faltan románticos.
Sí. Ahora no quedan apenas. Canorea, Paco Dorado… había una serie de empresarios románticos a los que había que ayudar cuando las cosas no salían. Cuando había dinero te daban más dinero del que estaba acordado, eran románticos y honrados. Eso es lo que falla hoy.
A mí me han tachado de carajote por trabajar sin ganar nada y me dicen que los niños ni lo agradecerán. A mí eso me da igual, la satisfacción de verles delante de una becerra, con los consejos que les hayas podido dar, eso me paga todo.
Lo dicho, faltan románticos.
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