'..Hace unos días llegó la noticia, fatal y definitiva. Ha muerto Paco Dorado. El Comandante Dorado. Un mazazo. Era uno de esos personajes que te atrapa y que no te deja indiferente. Y al que te vinculas ya para siempre, a pesar de la distancia y el distanciamiento. A pesar de los pesares. Se hacía querer..'
Comandante sin galones
Paco Delgado
'VIENTO DE LEVANTE'
Ha sido uno de los últimos románticos del toreo. Un personaje, en toda la extensión de la palabra, de los que ya no quedan y que representó a la perfección el papel del taurino bohemio que a base de argucias, estratagemas y artimañas consigue montar una corrida o poner a uno de sus toreros.
Hace unos días llegó la noticia, fatal y definitiva. Ha muerto Paco Dorado. El Comandante Dorado. Un mazazo. Era uno de esos personajes que te atrapa y que no te deja indiferente. Y al que te vinculas ya para siempre, a pesar de la distancia y el distanciamiento. A pesar de los pesares. Se hacía querer.
Pícaro, sinvergüenza, trapacero, desfachatado, charlatán... un canalla, pero de un gran corazón. Optimista por naturaleza, siempre sonriente, con su whisky en la mano y buena cara, aunque por dentro él sabía lo que estaba pasando. Y amigo de sus amigos. Más de una vez le vi, en sus momentos de esplendor y éxito, echar mano al bolsillo y dar todo lo que llevaba, que entonces era mucho, a un modesto novillero en apuros, a un viejo conocido muy venido a menos o a un costalero menesteroso. También ayudó a un antiguo banderillero, ya enfermo y abandonado por su mujer e hijo, y enterado de dónde vivían, en Tarragona, lo llevó hasta allí y convenció a la familia para que le acogiesen -y con la nueva pareja de la ex mujer en casa...- y le cuidasen.
Era muy generoso y tenía recogida en su refugio a buena parte de sus amistades menos favorecidas por la fortuna, a quienes encomendaba misiones y encargos cuando montaba funciones de poca monta en pueblos y aldeas perdidas. Chapuzillas que, naturalmente, casi nunca salían bien. Pero no perdía ni la esperanza ni su sempiterna sonrisa.
De jovencito quiso ser torero y fue maletilla, aunque no llegó a torear en serio. Siendo empleado de una empresa láctea, era repartidor y llevaba el producto en una furgoneta, vio un buen día que un chaval andaba preguntando a ver quién le podía llevar hasta Barcelona o lo más cerca posible, pues le habían ofrecido torear en San Felíu de Guixols y tenía que llegar allí como fuese y no tenía muchos medios para hacerlo. No tuvo que escuchar nada más; de inmediato abrió las puertas de su vehículo y, olvidándose de la leche y su reparto, se plantó a las puertas de aquella plaza para que el torerillo sin recursos torease. Aquel aspirante a torero era Tomás Campuzano y con el comenzó su carrera como apoderado.
Su momento de apogeo llegó cuando se hizo cargo de Manuel Díaz, entonces apodado “El Manolo” y a quien convenció para que usase el alias de “El Cordobés”, dando lugar a una campaña mediática y publicitaria que les hizo famosos y puso en circulación. Dicen que El Cordobés padre estaba detrás de la operación pero nunca logró que ambos toreasen juntos, pese a que ofreció una auténtica fortuna para que así fuese. Con el nuevo Cordobés alcanzó fama, reconocimiento e influencia, llegando a ser también empresario de plazas de la importancia de Córdoba, nada menos, Algeciras, Antequera o la de la Valencia venezolana. Y Benidorm, donde estuvo un tiempo y protagonizó un montón de divertidas anécdotas, sobre todo para el espectador ajeno a sus trapisondas.
También apoderó a otros toreros -llegó a serlo de Manzanares padre tras firmar un compromiso en una servilleta...- pero su mejor época fue la de Manuel Díaz, del que dicen que cobraba como comisión la mitad de sus honorarios.
Poco a poco fue desapareciendo su nombre del primer plano del negocio taurino a la par que perdía su salud, falleciendo el pasado día 4 de febrero en un hospital de Sevilla a los 78 años de edad al agravarse la enfermedad que le iba minando.
Se nos fue el Comandante Dorado, sin galones pero con la fidelidad y admiración de su tropa. Un auténtico personaje, alguien de otro tiempo y que no dejó indiferente a nadie que le hubiese conocido.
jueves, 20 de febrero de 2025
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