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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 18 de febrero de 2025

PARA ADRIÁN, EL NIÑO TORERO / por José María Portillo Fabra


Para los padres, hermanos, abuelos
 y familia de Adrián, el niñito torero.

PARA ADRIÁN, EL NIÑO TORERO

José María Portillo Fabra
De la Tertulia El Castoreño y del Círculo Taurino de Córdoba
El torerito que sale a hombros de los toreros valencianos en la plaza de Valencia es Adrián, aquel niñito torero tan valiente que muy enfermito, ensayaba pases en su habitación del hospital con la vía del suero colocada en el bracito. La primera noticia de Adrian la tuve por el novillero cordobés Juan Enrique Denamiel, que le regaló su primer capote y su primera muleta. No pudo el pequeño Adrián ser torero. La Virgen de los Desamparados queria tenerlo junto a Ella, pero San José, tan valenciano siempre, lo acompañaba para que se entrenara cada día en las Dehesas del Cielo.

Poco antes, los caritativos antitaurinos y las bondadosas antitaurinas habían deseado desde los medios de comunicación físicos o virtuales la muerte inmediata de un niño de ocho años porque quería ser torero. Algunos angelicales antitaurinos formaron tal alboroto por su odio, que terminaron ante el juez, aunque yo estoy en que su delito de odio quedó sin consecuencias.

Pero sin embargo, antes de dejarnos Adrián vivió lo que es ser figura del toreo al salir a hombros de la plaza de su tierra, compartiendo su éxito con los diestros paisanos que actuaron en su honor.

Ahora, Adrián reparte su felicidad entre entrenamiento en la dehesas celestiales y las enseñanzas que recibe en el Club de los Toreros en la Gloria, porque su presidente, el Califa Guerrita, al verlo entrar en el Cielo, le dijo poniéndose en pie y quitándose el sombrero: "Ven acá, niño valiente. Siéntate aquí, compañero"

Para los padres, hermanos, abuelos y familia de Adrián, el niñito torero.
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