la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 29 de mayo de 2025

MADRID / 17ª SAN ISIDRO (de la prensa) Morante, solo Morante / por Jorge Arturo Díaz Reyes

Morante y "Seminarista" el 1°. Foto: Las Ventas

Morante lleva Las Ventas al éxtasis con un pastueño y no lo mata. Talavante y Rufo silenciados. Garcigrandes nobles y bajos de casta...

Morante, solo Morante

Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Madrid, 28 V 2025
El maestro de la Puebla vino, agotó el papel y dio con un pastueño de Garcigrande, frente al cual desplegó su estética irresistible. Postró la plaza de admiración, si es que ya no estaba postrada desde antes, y bordó la que sin discrepancias fue la faena más bella en lo que va de feria y quizá de varias ferias. Luego, se volcó cabalmente sobre la seria cuna, dejando una estocada que por pasada resultó ineficaz y obligó al triple descabello.

Entonces, la petición de oreja, no mayoritaria, pero escandalosa subió furiosa hasta el palco de Don Ignacio San Juan Rodríguez, quien defendió la importancia de la suerte suprema y la catedralicia jerarquía de la plaza, y se negó a la incitación pecaminosa que le hacía el morantismo hirsuto. José Antonio, el artista por encima del bien y del mal, y mucho más serio que su rebaño, no se lo tomó a pecho. Salió a saludar discretamente y cuando le pedían a gritos la vuelta, se limitó a una venia hacia el señor presidente y se tapó dejándolo en manos de sus áulicos.

Se dice rápido, porque describir el efecto que produjo en Las Ventas la conjunción de su inspiración con la dulce obediencia del negro cinqueño “Seminarista”, número 7, de 582 kilos, cuyo cadáver a esta hora, imagino ya debe haber sido despojado de sus vesículas seminales, necesita mucho más que esta mi torpe chuzografía.

Seis verónicas y media de una naturalidad, lentitud, son, sobriedad, verdad, congruencia y unidad, (perdón por tanto adjetivo) que llegaban al alma del más desalmado. Ese fue el introito al trance. El toro se fue al caballo de Aurelio Cruz y como cobrándole el puyazo trasero, marca de la feria, lo derribó. Cuando en el segundo par, casi alcanzaba a José María Amores que ya no llegaba al burladero, José Antonio, salió de él a cuerpo limpio y con un quiebro majísimo le hizo el quite trayendo la embestida hacia sí evitando la cogida.

Sentí como si se remontara la plaza por un instante al romántico siglo XIX. La ovación sacudió el nonagenario coso. Nada de brindis ni zalemas. Al toro. Dos dóblones genuflexos, no necesitó más, trinchera, derecha, trinchera, derecha. Pero no cualquier trinchera, no cualquier derecha. De las de él, solo de las que alguien dijo de Curro alguna vez. De las que nadie es capaz de hacer ni siquiera sin el toro.

Ambos, hombre y animal compusieron una obra de conmovedora exquisitez, por las dos manos, con todo el cuerpo de uno y otro, por lo bajo, a media altura y por lo alto. Sin los prosaísmos a que obliga la lidia de la fiereza, del combate, de la penitencia original del hombre, la lucha por la vida. Más próxima de la danza cómplice. Cuando con cuatro ayudados, una trinchera y uno de costado igualó. El silencio era total, reverente, no se oía ni volar una mosca. La ejecución ya dijimos, honesta, pero, vino lo que vino, y allí, empezando, acabó la corrida. Lo que pasó después no tuvo nada que ver con lo que se acababa de vivir.

Al cuarto, le salió de una con la espada de verdad, le pegó cuatro trapazos, apenas cuatro, y un bajonazo como a propósito. Víctor me dijo riendo, es que a las nueve juega el Betis. Se formó la bronca. Llegó la policía, pues desde los altos del tendido uno, un borracho lanzó al ruedo un almohadillazo, y el autor sacado, se quitó la camiseta blanca, revoleándola sobre su cabeza, acompañando el coro de ¡Fuera, Fuera! Hacían 31 grados a la sombra.

Talavante y Rufo dejaron ir sus cuatro toros inéditos, entre protestas por su colocación, sobre todo al segundo. Arrastrado el sexto, había transcurrido solo una hora y cuarenta y seis minutos, desde que salieron los alguacilillos. Y tal vez a la corrida le sobraron por lo menos hora y veinte. Morante, y pare de contar. La faena y la bronca de la feria. Solo él. Para qué más.
  • FICHA DEL FESTEJO
Miércoles 28 de mayo 2025. Madrid, Plaza de toros de Las Ventas. Sol. Cartel de “No hay billetes”. Seis toros de Garcigrande, bien presentados, nobles y bajos de casta. Ovacionado el 1°.

Morante de la Puebla, saludo tras petición de oreja y bronca.

Alejandro Talavante, silencio y silencio.

Tomás Rufo, silencio y silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario