SAN ISIDRO - 11° de FERIA MADRID SE ENTUSIASMA CON UN IMPRESIONANTE FORTES / por Juan Miguel Núñez Batlles

 

'..Pues qué manera de torear Fortes. Su mayestática figura, sin una arruga en su estampa ni en su ánimo; y la suavidad en el esbelto movimiento de las telas. La certeza y sinceridad del toreo, su más clara autenticidad. Y todo eso con la contrariedad final de la espada. Menudo disgusto..'

SAN ISIDRO - 11° de FERIA

MADRID SE ENTUSIASMA CON UN IMPRESIONANTE FORTES

Por Juan Miguel Núñez Batlles

Como la sal en el fuego, la Plaza de Toros de Las Ventas crujió con dos colosales faenas de Fortes, en olés de sonidos crepitantes por la pureza y verdad que abarcaba el delicioso fondo de su toreo. También por la solemnidad de sus delicadas formas.

Esta vez, si se quiere estar a la altura en el relato, hay que echar el resto en elogiosos calificativos. Pues qué manera de torear Fortes. Su mayestática figura, sin una arruga en su estampa ni en su ánimo; y la suavidad en el esbelto movimiento de las telas. La certeza y sinceridad del toreo, su más clara autenticidad.

Y todo eso con la contrariedad final de la espada. Menudo disgusto.

Pues cómo podría imaginarse el publico que "aquello" se quedaría sin el reconocimiento de las orejas.

Es lo que hubo, y contra tan triste existencia ya nada se puede hacer. Tres orejas, tres, una de su primero y las dos del otro, se dejó Fortes en la suerte (mala suerte) suprema. El consuelo, si es que cabe algún desahogo en esto, es que los testigos lo pueden contar ya como un privilegio por haber estado allí. Lo que significa que esta tarde de Fortes tiene bien ganado el carácter de histórica.

Uno de los muchos detalles a resaltar es que en una y otra faena, Fortes toreó de capote con mucha naturalidad y temple (¡lo difícil que es templar a un toro de salida!), enganchándolos por delante para llevarlos muy toreados, "cosidos" al percal. Capote de exquisito trazo, conviene resaltar.

Con la muleta, muy quieto y con suaves movimientos del engaño, el mando y el poderío frente al toro fue absoluto.

Faena a más en su primero, en el que empezó llamando la atención con dos majestuosos e interminables pases de pecho, echándoselo por delante para vaciar en la hombrera contraria. El toro amagaba con apagarse, y para evitarlo ahí contó también la buena técnica. Hubo toreo fundamental de usía, en todo momento muy enfrontilados el hombre y el animal. La figura sin dejar de estar erguida, el cuerpo completamente abandonado hasta en los ayudados por bajo, trincherillas, pases del desdén y de la firma. Cuánto clasicismo y aroma. Y aquí tocaría hablar de la espada, pero para no llevar más disgusto, mejor pasarlo por alto.

Con el quinto pasaría algo igual. Misma grandeza torera, mismo contratiempo por no matar bien. Dicho está que el capote fue asimismo un signo distinguido. Y otra vez mucho aplomo y firmeza con la muleta. Y es que el animal no se definió del todo hasta el último tercio, y para ello hubo que tragarle mucho en los embroques, ayudándole a que pasara.

Naturales de ensueño por la lentitud y trazo largo, por la calma y el "alma" como principales argumentos. Finalmente, con el toro ya colaborando menos, derechazos sueltos pero de un calibre extraordinario.

Ya no hace falta contar, para qué más amargura, lo de la puñetera espada.

Todavía hay que resaltar cosas notables de "Morenito de Aranda" al segundo de los suyos. Una faena, no obstante, con desigualdades por la fiereza inicial del astado que a la postre impuso su ritmo. Lo mejor, las "cositas" del final, esos remates por bajo que tanto gustan en esta plaza. En el que abrió plaza "Morenito" compuso bien, pero, arruinado el toro enseguida, aquello dió apenas para uno naturales de uno en uno sin más.

Y el tercer espada, Adrián de Torres, qué mala suerte con su lote. Dos toros deslucidos al máximo. El tercero, andando, parándose... hasta declararse manso, mansísimo. Al sexto bis, claudicante, lo mantuvo en pie contra todo pronóstico, y hasta le hizo ir para adelante. Le sacó algún muletazo en el que dejó ver el buen concepto que atesora. Y como también mostró valor sólido y de sobra, lo lógico sería que tuviese de nuevo otra oportunidad. A ver si le embiste uno y se desquita.

• FICHA DEL FESTEJO

Cinco toros de Araúz de Robles, bien presentados y de juego desigual. Destacaron el noble segundo, el bravo y fiero cuarto, y el bravo también y enclasado quinto, aunque éste a menos. Bueno el primero, pero apagándose pronto. El tercero, manso sin paliativos. El sexto, sobrero de Castillejo de Huebra, aparentemente lisiado como el titular devuelto, no obstante lo apalancó De Torres en un trasteo solvente aunque de poco eco.

Jesús Martínez "Morenito de Aranda": dos pinchazos y estocada delantera y desprendida (dos avisos y silencio); y tres pinchazos, echándose el toro (aviso y ovación).

Saúl Jiménez "Fortes": dos pinchazos y estocada caída (gran ovación); y pinchazo y estocada trasera y tendida (aviso y clamorosa vuelta).

Adrián de Torres: cuatro pinchazos y estocada contraria (aviso y silencio); y dos pinchazos, estocada corta y dos descabellos (silencio).

En cuadrillas, saludó en el cuarto Iván García por dos soberbios pares de banderillas, invitando a compartir la ovación al "tercero" Pascual Mellinas.

La plaza tuvo dos tercios de entrada en tarde agradable.