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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 24 de mayo de 2025

SAN ISIDRO - 13° de FERIA / VINIERON POR ROCA Y SE FUERON CON RUFO / por Juan Miguel Núñez Batlles

Tomás Rufo

'..Y por donde se fueron sin la proyectada maravilla; pero, eso sí, con la complacencia de haber disfrutado de una colosal faena. Para todos, histórica faena; sin embargo, con otra firma bien diferente, ésta de Tomás Rufo, que, dicho coloquialmente, acabó con el cuadro..'

Emilio de Justo

SAN ISIDRO - 13° de FERIA 
VINIERON POR ROCA Y SE FUERON CON RUFO

Por Juan Miguel Núñez Batlles
Madrid, 24 de Mayo de 2025
La vida es impredecible. Todavía más cuando su aspecto es puramente taurino. Que se lo pregunten si no a los miles de aficionados que abarrotaron la plaza de Las Ventas con la ilusión, la esperanza y el deseo, la confianza y hasta la seguridad, de que iban a ver triunfar al ultimo gran ídolo de multitudes, Roca Rey.

Y por donde se fueron sin la proyectada maravilla; pero, eso sí, con la complacencia de haber disfrutado de una colosal faena. Para todos, histórica faena; sin embargo, con otra firma bien diferente, ésta de Tomás Rufo, que, dicho coloquialmente, acabó con el cuadro.

Y es que el final con la espada fue un completo desbarajuste, y lo que se vaticinaba, incluso se aclamaba de antemano como algo extraordinariamente transcendental, la Puerta Grande, se redujo a algo tan simple como una vuelta al ruedo. Empero, no una vuelta al ruedo como se acostumbra: el paseo de Rufo fue, como la faena en si, algo inenarrable.

Tomás Rufo

La plaza entera en pie aplaudiendo en los remates. Qué locura, y qué manera de seguir las evoluciones de la faena y del propio toro -que no debe escribirse una línea más sin reparar en la distinguida clase del toro, cincuenta por ciento de la gran obra-, y aquí también habría que detenerse para resaltar la feliz unanimidad del tendido. Ese público denostado a veces por quienes no saben, o se lo impiden sus complejos, valorar la rigurosidad y exigencia que define a esta plaza, la primera del mundo, que al fin y al cabo es lo que justifica su extraordinario prestigio. Madrid, asombroso. Madrid, admirable. Madrid, impresionante. Y es que cuando Madrid se rinde, que fue este caso, hay que rendirse a Madrid.

Cómo crujió Las Ventas en lo que fue la faena de principio a fin de Tomás Rufo al último toro de la tarde.

Roca Rey

Una función que no estaba siendo lo que se esperaba dado que no se dieron las heroicidades soñadas del paladín, héroe y líder sobre el papel, Roca Rey. No, porque esta vez Roca Rey estuvo aparentemente valiente, pero con poca gracia y ninguna eficacia.

Emilio de Justo

El otro alternante, Emilio de Justo, "toreó" mucho con la voz a su buen primero, en una faena larga y de poco poso. Y estuvo de menos a más en el cuarto, otro toro bueno del envío. Faena que en la segunda parte alcanzó niveles considerables. Pero fue eso, se puso a torear cuando se dió cuenta de lo importante que era "el victoriano".

Todo eso era poco, o muy poco. Nada para los planes que el personal se había hecho en una tarde de tanta expectación.

Estaba saliendo la corrida buena en cuanto a toros, otra más de Victoriano del Río. Y faltaba algo rotundo, precisamente lo que puso Rufo en el toro sexto.

Verónicas esta vez sin mayor transcendencia en el saludo por el pitón izquierdo. Se cuidó al toro en el caballo, midiéndole el castigo el picador de turno. Y fue abrir faena de muleta y ponerse el toro a embestir como una máquina. Valiosísima aportación del toro para lo que iba a venir. Porque embestía por abajo, con nobleza pero con "carbón", con clase y mucha "transmisión", repitiendo y dejando al torero los necesarios desahogos. Toro completamente dominado, sin embargo, sin rendirse. La faena tuvo limpieza y unidad; y sobre todo temple, mucho temple y poderío, dualidad en la que se adivinaba la clave de tanta y exquisita despaciosidad. Esa manera de ralentizar los muletazos haciéndolos largos, muy largos mientras se iba estrechando la deliciosa línea curva que marcaba el camino obligado a seguir. Las tandas por uno y otro pitón, de hasta siete muletazos, se dice pronto. Quizás más rotundo por naturales, sin restar nada al conjunto por el derecho. Y el final, de toreo genuflexo a dos manos, en pleno delirio.

Luego, no se explica lo de la espada. Aunque el monumento ahí quedó, para memorias y corazones que saben disfrutar lo bueno.

  • FICHA DEL FESTEJO
Toros de Victoriano del Río, bien presentados y de buen juego, salvo el flojo y manso quinto.

Emilio de Justo: cuatro pinchazos y descabello (aviso y silencio); y estocada trasera (oreja).

Andrés Roca Rey: pinchazo y estocada ladeada (silencio); y pinchazo y estocada caída y dos descabellos (aviso y silencio).

Tomás Rufo: cuatro pinchazos y descabello (aviso y silencio); y media que escupe, pinchazo y entera (clamorosa vuelta).

En cuadrillas, Fernando Sánchez se desmonteró en los toros tercero y sexto por sendos y hermosos pares de banderillas.

La plaza registró lleno de "no hay billetes" en tarde soleada y un punto ventosa.

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