Sevilla, abril de 1959. Rafael Ortega en la estocada al toro «Trabuco», de Miura, lidiado en la cuarta corrida de la Feria de Abril.
'..No se trata de mala suerte, se trata de tirarse a matar con total entrega y verdad o de tirase a probar suerte, a ver si hay suerte y lo mato..'
¡Tuvo mala suerte con la espada!
Rafael Comino Delgado
Los profesionales del toreo y los aficionados, cuando un determinado torero hizo una buena faena con capote y muleta, pero perdió el triunfo porque a la hora de matar estuvo mal, solemos decir que, “tuvo mala suerte con la espada”, expresión que me parece poco acertada, porque la espada, generalmente se usa bien, regular o mal, pero en la inmensa mayoría de los casos, cuando no se acierta es por su mal uso, no por mala suerte. Se puede tener mala suerte con el lote que le toque a un torero, porque sean toros o novillos con muy pocas posibilidades de lograr faena brillante, porque durante la lidia haga mucho viento y no permita hacer el toreo bueno, etc., pero con la espada puede haber mala suerte en muy pocas ocasiones, por ejemplo, que al tirase a matar el toro pierda las manos, que la espada tropiece en el arpón de una banderilla, que sea el torero el que resbale al tirase a realizar la suerte, pero eso pasa en muy pocas ocasiones.
Si el torero hace bien las cosas, se tira de verdad a matar, con sinceridad, con entrega, sin salirse de la suerte, lo normal, lo que ocurre en el 85-90% de los casos es que la estocada esté en su sitio, y mate al toro, pero si mira a los pitones y no al hoyo de las agujas, se sale de la suerte, y estira la mano intentando cazar al toro, casi con toda seguridad, lo normal es que no lo mate, sino que pinche o deje una estocada muy defectuosa, por caída, a uno u otro lado, atravesada, delantera o trasera, muy tendida o muy perpendicular, en definitiva que no mate al toro. No se trata, pues, de buena o mala suerte, la realidad es que lo que se hace bien resulta bien, correcto, y lo que se hace mal suele resultar mal, incorrecto. Aquí no hay suerte que valga, decir, “tuvo mala suerte” es una falacia, lo que se debe decir es que, “estuvo mal con la espada”, decir otra cosa es engañarse a sí mismo, engañar a la gente y engañar al torero.
La estocada es parte importante de la faena, y al igual que el torero debe tratar de torear con capote y muleta todo lo mejor que pueda de acuerdo con las condiciones del toro, a la hora de matar también debe hacerlo lo mejor que pueda, por eso hay toreros que usan muy bien la espada, hacen muy bien la suerte de matar, y fallan muy pocas veces, y otros la hacen peor, y fallan con frecuencia. No se trata de mala suerte, se trata de tirarse a matar con total entrega y verdad o de tirase a probar suerte, a ver si hay suerte y lo mato. Esto es muy frecuente, especialmente cuando no se ha logrado previamente una faena, con capote y muleta, brillante, y el torero sabe que, aunque lo mate muy bien no cortará orejas, si bien hubo un tiempo en que se decía y hacía, que una buena estocada valía, por si sola, una oreja. Hoy eso se ha perdido, aunque cada vez, creo yo, se le está dando más importancia a la estocad y a hacer bien la suerte de matar. Creo que en plazas de segunda y, sobre todo, de primera, el presidente nunca debería conceder dos orejas de un toro a una buena o muy buena faena finalizada con una estocada muy defectuosa.

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