Una forma de ir a por todas, pero se necesita toro con casta no solo con fachada
A POR TODAS
Antolín Castro
España
La temporada está arrancada, tras del paso de Valencia y el inicio de Madrid, y lo hace ahora con serios compromisos en Sevilla. Es llegado el momento de ir a por todas.
Así han de hacerlo, como espectadores, quienes quieran ver cuantos más festejos mejor, ya sea en la plaza o por la televisión, ya que en muy poco tiempo hay programados, entre Sevilla y San Isidro, cincuenta festejos. Por cantidad no ha de quedar.
Para llegar a la calidad hacen falta otras muchas cosas que no suelen ofrecernos con tanta frecuencia. Hacen falta toros y toreros y que el comportamiento de ambos colectivos son los que pueden hacer que esto suba o baje. Está bajo, pero puede bajar mucho más si sucede como en el primer compromiso serio que se dio este pasado domingo en Madrid.
Con ganado así no se puede elevar la categoría de esta nuestra fiesta. Aunque los toreros, los de verdad, -y los del domingo lo eran- quieran, no se puede sacar nada de los pozos secos. Ese tipo de toro, bobo y fofo, les vale a las figuras para dar un recital de pases ajenos a la autenticidad, pero no valen para remover los cimientos del toreo ‘güeno’.
Por eso, los Fandiño, Mora y compañía han de ir a por todas, saliendo de ese círculo vicioso en el que está metida la fiesta. Toros y toreros hechos los unos para los otros, pero que no dicen nada a los verdaderos aficionados. Hay que elegir ganaderías distintas a las de las figuras para que pueda verse una fiesta diferente.
En ese ‘a por todas’, no solo hay que ir con el valor sin cuento, con la verdad de su toreo, la pata p’alante y la muleta ‘planchá’, hace falta que se haga con un toro que de realce a cuanto con él se hace; de lo contrario, con el medio toro seguirán ocupando los puestos de privilegio ante los públicos los medio toreros.
A por todas hay que ir en este año de gracia de huecos en las ferias. Hay que hacer valer los esfuerzos hechos en temporadas anteriores y distinguirse de los mandones del G10 con armas diferentes. Con las mismas, tan acostumbrados como están ellos y sus públicos, hay muy poco que hacer y mejorar. Una fiesta distinta es las que hay que ofrecer.
En esto de ‘a por todas’ deben involucrarse los aficionados y público en general. Nunca se ha tenido una ocasión tan abierta para poder mostrar que existen otros toreros, otros toros y, consecuentemente, otra fiesta más auténtica y respetable. Todos los pasos dados hacía atrás en décadas se pueden revertir si se va a por todas.
Hay toreros capaces, hay más carteles que nunca para mostrar esa capacidad y es el momento. Dejarlo para otro día empieza a ser muy tarde. El problema de Barcelona no es el cierre de su plaza en sí; la consecución de las firmas de la ILP tampoco es la panacea que todo lo va a arreglar. Sólo hay una fórmula y es el enfrentamiento leal y sincero entre toro y torero.
Ha llegado el momento y hay que ir a por todas. Desde nuestra tribuna no pararemos de alentar e impulsar ese objetivo. Merece la pena. Nuestra Fiesta necesita de este empujón y en este momento decisivo hay que darlo.
Lo dicho: ¡¡A POR TODAS!!
La temporada está arrancada, tras del paso de Valencia y el inicio de Madrid, y lo hace ahora con serios compromisos en Sevilla. Es llegado el momento de ir a por todas.
Así han de hacerlo, como espectadores, quienes quieran ver cuantos más festejos mejor, ya sea en la plaza o por la televisión, ya que en muy poco tiempo hay programados, entre Sevilla y San Isidro, cincuenta festejos. Por cantidad no ha de quedar.
Para llegar a la calidad hacen falta otras muchas cosas que no suelen ofrecernos con tanta frecuencia. Hacen falta toros y toreros y que el comportamiento de ambos colectivos son los que pueden hacer que esto suba o baje. Está bajo, pero puede bajar mucho más si sucede como en el primer compromiso serio que se dio este pasado domingo en Madrid.
Con ganado así no se puede elevar la categoría de esta nuestra fiesta. Aunque los toreros, los de verdad, -y los del domingo lo eran- quieran, no se puede sacar nada de los pozos secos. Ese tipo de toro, bobo y fofo, les vale a las figuras para dar un recital de pases ajenos a la autenticidad, pero no valen para remover los cimientos del toreo ‘güeno’.
Por eso, los Fandiño, Mora y compañía han de ir a por todas, saliendo de ese círculo vicioso en el que está metida la fiesta. Toros y toreros hechos los unos para los otros, pero que no dicen nada a los verdaderos aficionados. Hay que elegir ganaderías distintas a las de las figuras para que pueda verse una fiesta diferente.
En ese ‘a por todas’, no solo hay que ir con el valor sin cuento, con la verdad de su toreo, la pata p’alante y la muleta ‘planchá’, hace falta que se haga con un toro que de realce a cuanto con él se hace; de lo contrario, con el medio toro seguirán ocupando los puestos de privilegio ante los públicos los medio toreros.
A por todas hay que ir en este año de gracia de huecos en las ferias. Hay que hacer valer los esfuerzos hechos en temporadas anteriores y distinguirse de los mandones del G10 con armas diferentes. Con las mismas, tan acostumbrados como están ellos y sus públicos, hay muy poco que hacer y mejorar. Una fiesta distinta es las que hay que ofrecer.
En esto de ‘a por todas’ deben involucrarse los aficionados y público en general. Nunca se ha tenido una ocasión tan abierta para poder mostrar que existen otros toreros, otros toros y, consecuentemente, otra fiesta más auténtica y respetable. Todos los pasos dados hacía atrás en décadas se pueden revertir si se va a por todas.
Hay toreros capaces, hay más carteles que nunca para mostrar esa capacidad y es el momento. Dejarlo para otro día empieza a ser muy tarde. El problema de Barcelona no es el cierre de su plaza en sí; la consecución de las firmas de la ILP tampoco es la panacea que todo lo va a arreglar. Sólo hay una fórmula y es el enfrentamiento leal y sincero entre toro y torero.
Ha llegado el momento y hay que ir a por todas. Desde nuestra tribuna no pararemos de alentar e impulsar ese objetivo. Merece la pena. Nuestra Fiesta necesita de este empujón y en este momento decisivo hay que darlo.
Lo dicho: ¡¡A POR TODAS!!
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Iván Fandiño y David Mora
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