MADRID.- MANSEDUMBRE Y FEAS HECHURAS / por Domingo Delgado de la Cámara

FOTOGRAFÍAS DE ANDREW MOORE

Mansedumbre y feas hechuras o feas hechuras y mansedumbre, que tanto monta. Generalmente, ambas cosas suelen ir de la mano. No es la primera mansada de Fuente Ymbro que vemos esta temporada, ni la segunda…

MANSEDUMBRE Y FEAS HECHURAS 

Domingo Delgado de la Cámara / FOTOGRAFÍAS DE ANDREW MOORE

¿Qué ha sucedido en una ganadería hasta hace poco tan brava? Probablemente, el ganadero haya estado buscando de forma deliberada el exceso de volumen para así tener muchos toros para lidiar en las plazas de primera, que son las que pagan bien. Lo malo es que cuando sacas de tipo una ganadería, el mal juego y la mansedumbre acuden pronto a la cita. Si yo fuera Ricardo Gallardo me quitaría de en medio todas las vacas bastas y a sus hijos los lidiaría sin caballos. Petardos como el de Bilbao o el de la tarde de ayer conviene no prodigarlos.

Los novillos de ayer eran feísimos por grandes y bastos. Eran de gruesas pezuñas, altos y cabezones. Con esas hechuras, el fracaso estaba cantado. Aunque hubo alguno salvable, casi todos los novillos fueron mansos, huidizos y descastados. A la salida de la plaza, todo el mundo coincidía en el pésimo juego de los astados y en que los muchachos habían estado muy bien y muy por encima de sus pésimos oponentes. Discrepo, a mí los novilleros no me gustaron tanto.

Empecemos por el más veterano, Gonzalo Caballero. Por encontrarme en Pamplona, no vi sus triunfos del mes de julio en Las Ventas, pero he vuelto a encontrarme con el Gonzalo Caballero de siempre, con las mismas virtudes y los mismos defectos. Su virtud principal es el valor, Caballero es un novillero valiente, ese no es su problema. El problema de Caballero es un concepto del toreo más que discutible.

Caballero se encaja demasiado, mete mucho los riñones. Este toreo encajado y riñonero, es antiestético y de poco mando en la embestida del toro. Para mandar en la embestida hay que poner el pecho por delante, lo que permite girar la cintura, sacar los brazos y llevar toreado al toro. El torero que mete los riñones y saca la tripa, ni gira la cintura, ni despega los brazos del cuerpo, lo que le impide llevar al toro toreado. Además la composición es muy fea.

Por todo lo dicho, cuando el toro repite espontáneamente, Caballero liga los pases aprovechando las inercias. Pero cuando el toro se para, ya no es capaz de ligar dos muletazos seguidos, debido a su mal concepto. También tiende a ponerse muy cerca del toro, lo que contribuye a pararlo antes de tiempo. Por eso sus faenas siempre van de más a menos. Le tocó el mejor novillo de Fuente Ymbro, el primero, muy noble pero de poca duración. La faena tuvo un inicio vibrante por ceñidos estatuarios y la primera serie tuvo ligazón por la movilidad del novillo. Cuando éste se paró y hubo que empezar a torear, llegó el arrimón estéril, los tripazos y el fin de la faena. Es muy cierto el refrán que dice que el toreo empieza cuando el toro se para…En el cuarto más de lo mismo, poco más o menos. Lo mejor de Caballero, su eficacia con los aceros, dos buenas estocadas. Caballero tiene aquello que los demás ansían: valor. Pero tiene que revisar criterios y aprender a torear.

Borja Jiménez me gustó mucho en Pamplona y en Villaseca de la Sagra. Ayer me gustó bastante menos. Su primero fue el clásico manso redomado que huye de su sombra. Aquí había poco que hacer, pero un novillero puntero tiene que estar más seguro con el estoque. Su segundo no tenía clase, pero al menos pasaba y no huía a la querencia despavorido. Jiménez estuvo rápido y enganchado, ayer no lució el toreo ligado y templado que le hemos visto en otras ocasiones. Le pesó el compromiso del debut en la catedral, y es que Madrid es mucho Madrid.

Francisco José Espada tuvo un lote de poca casta y ninguna gana de pelea. Sus novillos eran nobles, pero al segundo muletazo de cada serie, salían sueltos y con la cara alta. Espada tiene mucha clase y un gran concepto clásico, pero con dos oponentes tan sonsos es muy difícil el lucimiento. Hubo algún muletazo suelto de gran factura y poco más. Ha toreado poco y aún tiene un oficio escaso. En algún momento habría que haber atacado más al novillo y dejarle la muleta en la cara para que no se marchara. Pero dejando esta sutileza aparte, tuvo un lote sin fondo ninguno.

En fin, que como dijo el castizo, no pasó ná en esta primera de la Feria de Otoño, mañana cambiará la suerte.