“Armendariz, Darío y Conquero, dejaron el marcador a cero” Pero a cero, zapatero. no solamente es que no consiguieran tocar pelo, es que ni siquiera consiguieron una sola vuelta al ruedo.
Se cumplió lo que desean los gitanos para sus hijos. Que no tengan buenos principios. Pues eso, que la feria de Algemesí ha empezado con mal pie.
Empezando porque el festejo comenzó con retraso, ¿Donde queda eso, de que la fiesta más puntual del mundo es una corrida de toros? Según me explicó el asesor de la presidencia, fue porque la cuadrilla del rejoneador Armendáriz se retrasó en llegar a la plaza. Bueno y qué. Se empieza el festejo y los retrasados ya lo harán más tarde. Como siempre se ha hecho. Pero esa presidencia… a la que desde aquí felicitó, por su réplica a los antitaurinos.
Siguiendo, porque se anuncíó tras el paseillo que se iba a guardar un minuto de silencio en memoria del pastor de corrales fallecido recientemente y por la muerte de Ivan Fandiño. Por Fandiño, de acuerdo, porque es ritual que se haga, pero ¿por el pastor de corrales?.
En el minuto de silencio mucha gente no tuvo el respeto de ponerse de pie. Incluida la banda de música. Lo pedí respetuosamente, porque se sientan debajo de mi localidad y la respuesta fue permanecer sentados. Eso si, el músico que toca el bombo, me replicó con una blasfemia.
Le digo a usted guardia…
También les digo, que el resultado final fue: Alejandro Conquero, pitos tras dos avisos y silencio con un aviso. Aitor Dario “El Gallo”, Silencio y silencio tras un aviso. El rejoneador Roberto Armendáriz, silencio.
El novillo de rejones de Prieto de la Cal, manejable.
Los de Partido de Resina, (antes Pablo Romero), impecables de presentación, El cuarto, un toro, que hubiera pasado por tal, en muchas plazas de categoría. Su juego ya fue otra cosa. si bien tampoco fue para dar el sainete que dieron algunos. La plaza llena como siempre. Tiempo espléndido.
Los antitaurinos plegaron velas y fueron abucheados.
De las cuadrillas, mejor no hablar. Los picadores masacraron a los astados. Qué manera de hacerles sangrar, Qué manera de ensañarse. Después de dos alevosas varas, una más. De los banderilleros, era un milagro que alguién colocase dos palos a la vez. La excepción fue Carvajal. Hubo banderillero, que con el afán de saltar al tendido se estrello en el burladero debajo de la localidad que ocupa mi compañero, y sin embargo amigo, Enrique Amat.
La banda interpretó:
Pan y toros
Gloria torera
Amparito Roca
El Soro
y Morenito de Valencia.
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