Que Ponce, El Juli, Morante, Perera, Manzanares, Talavante… no crean el alboroto que produce el de Galapagar, cierto y probado, como también lo es que ellos lo hacen, no en esas dimensiones pero sí con importancia y durante muchas más veces que él a lo largo de cada ejercicio, ergo ellos son más beneficiosos para la fiesta.
La paradoja José Tomás
Una de las cuestiones más debatidas por los pensadores y que más furor han causado a lo largo de los siglos ha sido la llamada paradoja de Epiménides, también conocida como la paradoja del cretense o del mentiroso.
Resulta que Epiménides, poeta y filósofo del siglo VI a.C, planteó la siguiente proposición; Todos los griegos (o cretenses, según la versión que se elija), mienten. Yo soy griego (o cretense). Lo que da para cavilar un rato.
Si trasladamos dicha suposición al mundo de los toros y al final de la segunda década del siglo XXI, viendo el tratamiento que se ha dado a la última actuación de José Tomás, se podría formular que:
José Tomás llena a reventar las plazas donde actúa.
José Tomás es muy beneficioso para la fiesta.
La de Epiménides es una falsa paradoja, pues en realidad su primera proposición es una falacia: todos los griegos son mentirosos. Las proposiciones deben basarse en hechos demostrados, y esto no es un hecho probado, sino una indeterminación.
Se sabe con certeza que Epiménides es griego (hecho probado) y dice serlo (hecho probado), por lo que debemos empezar el razonamiento por este lado.
Epiménides es griego
Epiménides dice que lo es
Epiménides dice la verdad.
Y de ahí se obtiene:
Todos los griegos siempre mienten.
Epiménides es griego y en ocasiones dice la verdad.
Luego es falso afirmar que todos los griegos siempre mienten.
Para terminar planteando correctamente:
No todos los griegos siempre mienten (hecho probado).
Epiménides dice que sí (proposición).
Epiménides miente (conclusión, hecho probado).
De ahí se puede volver a plantear la paradoja: si Epiménides miente, es un mentiroso. Pero si aceptamos primeramente la definición de mentiroso como alguien que siempre miente, el planteamiento lógico desbarata una vez más la paradoja.
La paradoja JT también se desmonta. Es un hecho probado que José Tomás, efectivamente, llena a reventar las plazas en las que actúa. Pero también lo es que José Tomás no torea con asiduidad, como sí lo hacen Enrique Ponce, que lleva casi treinta años como matador sin una sola temporada de descanso, o El Juli, que este año cumple veinte de alternativa, o Morante, o Perera, o Manzanares, o Talavante…
Otro hecho cierto: José Tomás torea una, o ninguna, corrida cada campaña, al contrario que sus colegas citados, en los que se basa el desarrollo de cada temporada.
Está acreditado asímismo que no acude a ferias ni plazas de primera salvo en contadísimas y muy excepcionales ocasiones, y nunca con televisión. Él lleva los toros que va a lidiar, luego no se relaciona en un plano de igualdad con sus rivales, que sí sortean.
Si las otras grandes figuras hiciesen lo mismo, torear una, o ninguna corrida al año, y en cosos de segundo orden ¿quién iba a dar contenido a las ferias? ¿cómo se iba a potenciar la tauromaquia, mantener el negocio y hacer crecer la afición?
También los medios de comunicación dan una difusión a sus actuaciones que no tiene el resto del escalafón (aunque aquí entran otras consideraciones y análisis) y se ha sabido rodear de un equipo de comunicación y propaganda que difunde con gran aparato y altavoz lo hecho por él.
Más certezas: José Tomás no compite, por tanto la expectación que crea es limitada.
José Tomás genera una gran recaudación en las plazas en las que se anuncia, pero la mayor parte es para él, por lo que el beneficio que ocasiona es relativo.
Los beneficios que se obtienen del espectáculo taurino y para el mundo taurino, ahora mismo basado en lo que se ha dado en llamar ferias, viene en su mayoría del abono y José Tomás aquí aporta, en el cómputo global de cada año, una parte mínima…
Luego José Tomás llena a reventar las plazas donde actúa. Cierto y probado.
Pero que José Tomás sea muy beneficioso para la fiesta, en general, no se puede afirmar en términos absolutos, sino sólo de manera relativa y parcial.
Que Ponce, El Juli, Morante, Perera, Manzanares, Talavante… no crean el alboroto que produce el de Galapagar, cierto y probado, como también lo es que ellos lo hacen, no en esas dimensiones pero sí con importancia y durante muchas más veces que él a lo largo de cada ejercicio, ergo ellos son más beneficiosos para la fiesta.
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