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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 19 de enero de 2022

Nos han hackeado / por Pla Ventura

Han destruido nuestra obra, pero nadie callará nuestra voz como demuestran estas líneas que, llenas de dolor y rabia, pese a todo, nos sigue motivando la ilusión por contar la verdad puesto que, la mentira, como es notorio, sigue siendo el caldo de cultivo de los medios oficialistas que, por un mendrugo son capaces de faltar al respeto al lector, favorecer a los toreros y seguir mintiendo para que continúe la farsa.

Nos han hackeado

Pla Ventura 
Toros de Lidia / 18 enero, 2022
En estos días hemos sufrido un ataque cibernético por el cual ha sido destruida nuestra página Toros de Lidia.es. Me cuesta mucho comprender como puede haber gente tan malvada en el mundo para llegar a cometer semejante fechoría que, por supuesto, no le da ganancias a nadie, salvo a alguien que quiera silenciarnos para siempre. Es horrible lo que digo pero muy cierto.

Son las cosas de la informática que, siendo fantástica para muchas cuestiones al respecto de la información como pueda ser nuestro caso y mil tribulaciones más, de repente te encuentras con el hijo de puta de turno que, como hobby, se entretiene en destruir una de las pocas páginas que se atreve a decir la verdad de lo que sucede en el mundo de los toros. ¿Casualidad o atentado? Me inclino por lo segundo porque de las cientos de páginas de toros que existen por el mundo, jamás ninguna de ellas resultó violada en lo más mínimo.

Han destruido nuestra obra, pero nadie callará nuestra voz como demuestran estas líneas que, llenas de dolor y rabia, pese a todo, nos sigue motivando la ilusión por contar la verdad puesto que, la mentira, como es notorio, sigue siendo el caldo de cultivo de los medios oficialistas que, por un mendrugo son capaces de faltar al respeto al lector, favorecer a los toreros y seguir mintiendo para que continúe la farsa.

Si eliminándonos a nosotros sirviera para que el espectáculo taurino tuviera la grandeza que nosotros anhelamos, hasta podríamos sacrificarnos en aras de esta bendita fiesta que no es respetada ni por los mimos profesionales que de ella viven. Pero no es el caso. Lo único que se pretende es acallar toda aquella voz que clama en el desierto de las injusticias para que las mismas no se promulguen una y otra vez. Pese a todo, insistiremos, nos han ganado una batalla de la que costará mucho reponernos pero, la guerra, al final, la ganaremos porque la verdad sigue teniendo mucho más peso que todas las mentiras del mundo.

Para evitar situaciones como la que hemos vivido, podríamos convertirnos en otros gilipollas vendidos al poder y a sus adláteres y nos evitaríamos este tipo de problemas pero, sería entonces cuando careceríamos de identidad y los que durante estos años han sido nuestros seguidores todos huirían despavoridos sintiendo sobre sus hombros el peso de la traición. No es el caso, ni lo será nunca porque callaremos el día que muramos puesto que, hasta que llegue ese momento, nosotros, nuestra página será la voz de todos aquellos que claman justicia.

Pese a la complejidad del asunto en torno a poder saber la autoría de este hecho criminal, nuestros informáticos están trabajando al respecto porque, al final, hasta resultaría curioso saber de dónde ha venido el ataque brutal, frontal y cobarde contra una Web que, como único valor, éste no es otro que contar la verdad. A tenor de todo lo que sucede en el mundo de los toros, nuestro ataque, el que hemos sufrido con estoicidad, tiene tintes del propio taurinismo y, repito, estamos trabajando para intentar saber la autoría del criminal que ha llevado a cabo este ataque tan cobarde y ruin como la propia persona que lo ha conseguido.

Lo que nos ha sucedido es lo que marca la diferencia entre nosotros que siempre vamos de cara y afrontamos la realidad de todo lo que decimos, como se comprueba, dista mucho de la cobardía con la que han actuado contra nosotros. Lo que nos ha sucedido se puede equiparar muchísimo a los pirómanos que incendian los montes de España que, amparados en la cobardía y en la nocturnidad, cometen delitos tremendos que, por las circunstancias nombradas siempre quedan impunes. No queremos que sea nuestro caso, por ello rastrearemos hasta donde haga falta para intentar esclarecer los hechos.

Menos mal que, esa misma tecnología que se puede destruir, a Dios gracias, nuestros informáticos han restituido lo que unos criminales querían silenciar para siempre. Una vez más, triunfó la razón, es decir, la verdad sobre la mentira.

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