Su Sanchidad, como la bautizara Carlos Herrera, es más listo que el hambre; vamos que, de tonto tiene lo que yo de obispo. Y, fijémonos, entiendo que los borregos que le secundan como ministros o diputados en el Congreso le hayan votado. ¿Cómo no hacerlo si en dicho envite va el hecho de vivir como reyes todos ellos? Eso sí, que gentes del PSOE le sigan votando, caso de los miles de trabajadores que todavía creen sus mentiras, eso es de auténtico libro, algo que él lo analizará y descojonará al pensarlo. Insisto que, Sánchez sabe de sus mentiras y, por si se le ha olvidado, ahí están las hemerotecas que le denuncian a diario.
¿Qué logros ha tenido durante los cinco años que lleva destrozando a España? El primero de todos, porque así lo demanda la cuestión, no ha sido otro que la ley para favorecer a los violadores que, los hay por cientos en la calle y dos mil a la espera de la libertad que les llegará de un momento a otro. Y dicen semejantes bestias que dicha ley era para favorecer a la mujer, gracias a esa apestosa ley que, la promulgó Irene Montero, una imbécil, y la firmó Sánchez. Y aquello de darles veinte semanas de baja a los padres por paternidad, si eso es un logro que baje Dios y lo vea. Esa es una manera de fomentar gandules, mientras las respectivas empresas siguen pagando la seguridad social soportando las pérdidas que ocasiona a la empresa un trabajador en paro. Otra logro espectacular es que se puedan casar, incluso adoptar niños, los homosexuales, algo que toda España pedía a gritos ¿verdad? Y así, chorradas como las citadas ha llevado a cabo muchas pero, ¿y los grandes problemas de la vivienda, los salarios, la seguridad social y mil asuntos más? Todos quedaron archivados para siempre; eso sí, ha vuelto a la carga para decir las mismas mentiras de siempre.
Ciertamente, para los españoles cuerdos, el discurso de Pedro Sánchez daba grima, náuseas, vómitos del delirio mental por su parte por aquello de sacarse de la manga un “as” que nadie creíamos que lo tenía; legalizar a los criminales separatistas, algo que ni los suyos podían entender, pero él lo ha logrado. Es decir, como el mundo sabe, ha llegado a la presidencia de gobierno chantajeado por delincuentes de todo tipo que, en su momento, le pedirán cuentas, especialmente los de Bildu y el fugado Puigdemont; bueno, este criminal ya lo tiene cogido por los cataplines. Y Decía Sánchez en su momento que, al fugado lo traería a España para que se aplicara todo el peso de la ley. ¡Por los cojones!
Pero el tipo se siente feliz y, repito una vez más, tras el discurso de ayer postulándose para lo que es hoy, presidente del gobierno, si lo hace en plena campaña electoral en el supuesto que hubiéramos tenido que votar, gana las elecciones de nuevo. Es cierto que lo tiene muy sencillo; predica para un público poco exigente. ¡Qué digo, nada exigente! Se conforman con poco pero, el poder de convocatoria de Sánchez, ese logro lo ostenta él, solamente él. Estamos, como decía, ante un actor consumado que se ciñe al papel de sus mentiras, las cuenta, arremete contra la derecha de forma despiadada, justifica sus canalladas, sus arrebatos de locura y, se queda más ancho que largo. ¡Vamos, que no es más guapo porque no entrena!
España tiene miedo, cosa muy lógica; especialmente las empresas que son las que dan sentido a la vida por el trabajo que proporcionan a las personas; empresas que, se saben ninguneadas, castigadas por aquello de ganar dinero y de pagar sus suculentos impuestos que, de no pagarlos, ¿de qué vivirían Sánchez y sus acólitos y miles de gandules que le rodean? Pues algo que ven hasta los niños de pañales, Sánchez no se da por enterado y la manada de bestias que le siguen en el Congreso, apenas le dan relevancia a nada que tenga importancia o sea trascendental para el devenir de España; sus acólitos les preocupa su amo, al que sirven con pasión desmedida, eso sí, con los impuestos que pagamos todos los que trabajamos.
Cuidado que, esto no ha hecho nada más que empezar. Las consecuencias de sus “bromas” las pagaremos carísimas y, lo peor es que llegado el momento ya será demasiado tarde. Miremos hasta donde llega la ignominia de este sujeto que, socialistas de enorme relevancia de la democracia, todos le han dado la espalda, criticando, como es lógico, sus canalladas al más alto nivel pero, el tipo no se inmuta, les llama retrógrados del pasado, les borra del partido y, como el gran dictador, aquí no pasa nada, yo soy el amo, el que proteste no sale en la foto y, muchísimos socialistas dignos no han salido en la foto. Eso sí, muchos como Joaquín Leguina, lógicamente, le han dado el voto a la derecha, PP o Vox, nada importa, pero nunca al desaprensivo de turno que se ha cargado aquellas siglas emblemáticas por las que tantos hombres y mujeres de bien lucharon junto a ellas por España.
Mañana, su Majestad El Rey de España refrendará con su firma la “legítima” presidencia del tipo en cuestión. Claro que, lo que no sabe El Rey es que, con dicha firma, estará sentenciado a “muerte” como monarca.
Fijémonos en la imagen y veremos cómo y de qué manera se ríe Sánchez del ochenta por ciento del pueblo español, pero como quiera que Su Sanchidad tiene mucha gracia, a partir de ahí nos reímos todos; ya lloraremos, pero será demasiado tarde.
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