Arranca un nuevo año y con él otra temporada taurina. Antes de su inicio todo son buenas intenciones y grandes propósitos, pero es preciso poner de nuestra parte para que, al menos parte de lo que esperamos, llegue a buen término.
Paco Delgado
Avance taurino, Enero 2024
Con el recuerdo, bueno, de una campaña que cumplió con lo que de ella se esperaba, a pesar de los pesares y de que los muchos percances -afortunadamente ninguno irreparable- influyeron de manera notable en su resultado final, el año nuevo acaba de salir de chiqueros y ya está ahí, plantado a la espera de lidia.
De momento, y mientras se le va metiendo en el capote, no es fácil de discernir su condición. Por lo que fue el anterior, es lógico pensar que debería dar también no poco juego. Pero hay que aguardar a ver cómo reacciona. En principio hay gente capacitada para sacar buen partido de él. Desde los que ocupan los puestos cimeros del escalafón, con Roca Rey, Morante y Daniel Luque como trío avanzado, hasta los que tienen menos oportunidades de lucir pero que cuando se les da oportunidad demuestran que son capaces de lo mejor y que sólo les falta la confianza de terceros. Y nombres en este apartado hay un buen montón: Fernando Robleño, Gómez del Pilar, Francisco José Espada, Sánchez Vara, José Fernando Molina, Paco Ramos y un largo etcétera que no suelen defraudar cuando se les pone.
Se vuelve a confiar en que diestros que torean tan bien como Juan Ortega o Pablo Aguado rompan por fin y triunfen en ferias y plazas de primera y responsabilidad para, tras varios años de amagos y destellos, alcanzar la condición de figura. Así mismo será interesante comprobar si responden a las expectativas generadas Fernando Adrián y Borja Jiménez, dos de las revelaciones de 2023 y que ahora deberán refrendar sus aspiraciones con hechos una tarde sí y otra también. Como Román, que con 10 años ya de matador todavía no ha podido romper ni explotar.
Entre ambos grupos, y haciendo de enlace, marcha otro nutrido pelotón que siempre da la cara, con piernas, fuelle y pulmones a toda prueba, capaces de dar lustre y consistencia a cualquier cartel y guerra a los de cabeza, desde Talavante hasta Ureña, pasando por Rafaelillo, Emilio de Justo, Perera, Marín, Isaac Fonseca o El Cid, que el año pasado dejó, en Albacete, una de las faenas del año.
De entre la amplia nómina de novilleros varios son los que, a priori, copan el protagonismo y estarán en las ferias: Nek Romero, Samuel Navalón, Manuel Caballero, Manuel Román, Daniel Medina, Javier Zulueta… estando por ver qué pasa con esa incógnita, todavía está por descubrir por el gran público, que es Marco Pérez.
A caballo Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza parten como cabezas de serie, con Andy Cartagena, Sergio Galán y Leonardo infalibles y seguros en el bombo 2. Andrés Romero, Sebastián Fernández y Ferrer Marín buscan su sitio y Lea Vicens seguirá estando en todos los carteles.
En cuanto al ganado hay que pedir a los Reyes (Magos), o a quien sea, que la amenaza cuya sombra ya se deja planear en medios especializados (muchas veces demasiado especializados) se disipe y no se cumpla: dicen que faltan toros en el campo y que habrá que lidiar lo que haya para cumplir con la demanda. Mal augurio.
También, a la hora de las ilusiones, habría que seguir pidiendo que la política no interfiera en el normal desarrollo de una actividad legalmente establecida y, se supone, protegida. Como sería muy de agradecer que los medios de comunicación generalistas volviesen de nuevo su mirada al mundo de los toros y diesen más cancha y espacio al segundo espectáculo en número de espectadores del que disfrutamos en este país en el que no hay forma de ponerse de acuerdo ni siquiera en algo tan obvio como el que los toros son una de nuestras principales señas de identidad.
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