“Una Plaza de toros es un templo donde las ideologías, los estratos sociales, las profesiones y los credos pierden toda consistencia. Nos hace acudir al oficio, con idéntico anhelo: El de ver oficiar el eterno misterio de la vida y la muerte. ¡Ver torear! eucaristía en cristiano.»
El genial maestro Luis Francisco Esplá -Doctor Honoris Causa en Todas las Tauromaquias: las de albero, las del pensamiento y las de negro sobre blanco-, ofreció el pasado miércoles (10/08/2022) un «Pregón de Pregones» de la Feria Taurina de Blanca 2022 para inspirar tesis doctorales, para que se ilustren los sabios y para que aprenda hasta el más negado. Queda un PREGÓN DE LUJO PARA ENMARCAR ENTRE LOS AFICIONADOS DE BLANCA Y DE CUALQUIER RINCÓN DONDE HABITE LA CULTURA.
Fue un pregón, como lo son todas sus “faenas”: único, distinto, original, sin perder un ápice estar en comunión con la filosofía del Maestro; un pregón en plenitud de esencias de comprometido mensaje, impregnado de su eterno y siempre vigente barroquismo que cautivó, enamoró y rindió a la absorta audiencia. Un pregón, personalísimo e intransferible, de alto nivel literario y encadenados poliédricos contenidos; además, adornado, enriquecido, por la hidalguía de su inconfundible figura y una musicalidad en su voz que embriaga, subyuga, te aísla del cotidiano ruido contaminante ambiental, hasta abstraer toda la atención a propios y ajenos.
Como curiosidad, el silencio de mina abandonada que acompañó durante todo el pregón, tan solo se veía interrumpido ocasionalmente por dos motivos; las campanadas del reloj de la iglesia, marcando los tiempos, parecieron las campanadas como si de los cambios de tercio se tratara, y por los espontáneos aplausos de una respetuosa expectante audiencia.
Es natural que ver y escuchar al MAESTRO ESPLÁ, personalmente, me evoquen obras de clásicos inmortales, como “Diálogos”, de Platón o las “Cartas Filosóficas” de Voltaire…, o en lo místico al “Cantar de los Cantares”. No exagero, además, en el caso del Maestro, engalanados con la gracia, el ingenio, la impronta, los amplios recursos intelectuales y de dominio escénico, y la educada ironía y simpatía que le caracterizan.
Tras el saludo protocolario, así comenzó Esplá su pregón “Ruego se me permita dirigirme en este tono de confianza que excluye el Usted. Así tuteándonos, me concederéis la cercanía que nos permita a ambos (a vosotros y a mi) estar más cómodos”. De entrada, con esta «portagayola» metió a todo el mundo en el “ruedo”.
Declinó hacer sobre Blanca el habitual glosario de datos bibliográficos, históricos, geográficos, sociopolíticos, taurinos o de los encierros, etc., sobradamente conocidos por los lugareños, y continúo: “Estoy aquí, como pregonero, por algo más sencillo. Porque comparto con todos vosotros muchas cosas. Para empezar, una misma cosmovisión: la de criaturas eminentemente rurales. También compartimos idolatría: la del toro», y significó: “A todo lo anterior, le añado el respeto a las tradiciones que, sin dudas, también compartimos, así sean paganas o religiosas. Y porque aspiro, en definitiva, me consintáis compartir esta incitación a la subversión del orden cotidiano: Esencia del júbilo que nutre toda celebración festiva”.
Esta introducción sirvió para que el Maestro ESPLÁ desarrollara en profundidad la grandeza vital que emana de la naturaleza y lo rural, lo que ha significado en la evolución de la vida y del progreso el sacrificado callado ejemplo de los hombres y mujeres del campo, la fundamental aportación del medio a la cultura, con dominante influencia y singularidad de los aficionados que provienen del campo por su relación directa con la naturaleza y las bestias.
Así, resaltó: “Además del respeto al toro, mi rendida admiración a quienes se ponen delante: Sean toreros, recortadores o corredores”. Distinguió a los BUENOS AFICIONADOS, refiriéndose a aquellos que saben valorar al toro por su bravura, nobleza, resistencia, complicaciones, aquellos aficionados que nunca protestan por la presentación: “Gente rigurosa, que ceba su emoción en el rendimiento del toro, más, jamás en su tamaño”.
Se refirió a la Plaza en estos términos: “Una Plaza de toros es un templo donde las ideologías, los estratos sociales, las profesiones y los credos pierden toda consistencia. Nos hace acudir al oficio, con idéntico anhelo: El de ver oficiar el eterno misterio de la vida y la muerte. ¡Ver torear! Eucaristia en cristiano.
Tras un pasaje antropológico y cronológico por la historia de la tauromaquia, sentenció: “¡No hay espectáculo más civilizado que este!, y añadió: “Calcular si en el toreo hubiese dado alguna de las violentas refriegas que rodean, a diario, al futbol. Hace años que estaría prohibida, con severas penas de cárcel, cualquier celebración taurina”. Valoró la demostración fehaciente en el seno de la fiesta: “De un humanismo en peligro de extinción, alimentado por valores como la concordia, la hermandad, la festiva celebración, antes y después de la corrida, sin algaradas, sin destrozo de mobiliario urbano. Y la necesidad de compartir, al filo de cada corrida, como quien comparte un tesoro íntimo, la experiencia sensorial vivida en la tarde. En definitiva, de la plaza salimos con la sensación de haber comulgado en masa”.
REIVINDICÓ: “Habéis cuajado vuestra tradición en torno al icono que nos representa a todos los españoles, el toro. Y por ese mismo motivo padecéis y padeceréis el afán de boicot de quienes no toleran vuestra indocilidad ante el orden global. ¡No dejaros despojar! Un individuo sin tradiciones es un ente sin raíces, sin arraigo, sin nada que lo fije a alguna certeza, por inútil que sea esta certeza. Es en definitiva, un alma al pairo, un salicor al albur de cualquier viento”.
Y culminó: “En breve tomará las calles de Blanca la tradición, no la decepcionéis. Sed fieles a la liturgia que sostiene todo rito. Sin él la vida adquiere tintes banales, se vulgariza. Confirmaros en vuestras creencias y cuando el toro vuelva a pisar Blanca, recordad estas tres reglas: Temedlo como al diablo; amadlo como se ama lo que se desea; y venerarlo como a un dios”.
Son los pasajes seleccionados del brillante pregón “cum laude” del Maestro Luis Francisco Esplá, dentro de un contexto fascinante que nos reafirma en lo que somos, de donde venimos y por lo que tenemos que luchar por defender, proteger y preservar la tauromaquia y nuestras tradiciones, con todas las consecuencias; las alimañas no dan tregua en sus retorcidos traicioneros y asesinos ataques, no les permitamos que conviertan España en el corralito de sus destructivos sectarios intereses, a costa de exterminar a “nuestro dios toro” y hacer desaparecer todo lo que simboliza, desde los orígenes de nuestra civilización, nuestra cultura, historia y tradiciones.
Finalizado el acto, con una Plaza de la Iglesia seducida por tan excelsa «homilía» del ilustre pregonero, y bajo los efectos emocionales de una profunda admiración y gratitud por un pregón inolvidable, la multitud tributó al Maestro Luis Francisco Esplá un interminable cerrado aplauso, merecido premio a una «faena cumbre» en Plaza de Primera. Donde no faltó la pólvora, vínculo directo, «Les Fogueres de Sant Joan», con el Maestro Esplá, con el tradicional chupinazo que prendió y oficializaba el comienzo de las Fiestas de Blanca 2022.
Esplá recibió de manos de Pedro Luis Molina -Alcalde de Blanca- Placa Conmemorativa y distintos motivos blanqueños, donde no faltó vino de la tierra. Se contó con la actuación de la Agrupación Musical de Blanca que interpretó emblemáticos pasodobles taurinos.
Por fuerza mayor no pude estar en Blanca en tan histórico momento, en mi crónica de ausente presencial, quiero agradecer, expresamente, al gran artista Nicolas de Maya (que acompañó al Maestro) toda la información y emociones que me transmitió del momento, para relatar lo que han leído, escrito bajo las mismas emociones de haberlas vivido in situ.
Al acto, entre otros, asistieron Vicente Candel -Concejal de Blanca-, miembros de la Corporación Municipal, Jesús Cano -Diputado Regional PP-, el gran pintor local Pedro Cano, el joven pintor Luis J. Fernández, junto a Nicolás de Maya coautores del cartel de los encierros de este año, y el ya citado colaborador de esta crónica, el buen amigo y gran artista multidisciplinar, el ceheginero Nicolás de Maya.
¡ ENHORABUENA MAESTRO, ENHORABUENA BLANCA. FELICES FIESTAS Y FERIA DE SAN ROQUE -PATRÓN DE BLANCA- !
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