El Gobierno vasco le ha concedido la semilibertad, y muy pronto, mañana o pasado mañana, podrá pasear su inmundicia por el paseo de La Concha, zamparse unas sardinas asadas en la Panchica y cenar con sus amigos en uno cualquiera de los grandes restaurantes guipuzcoanos. Liarni o Lierni Armendáriz González de Langarica –un segundo apellido bastante ciclista– nació en Beasain, una localidad estéticamente muy mejorable de Guipúzcoa, y de los 161 años de prisión a los que fue condenada, ha pasado enjaulada 21, una ganga. Un teniente –por aquel entonces– de la Guardia Civil que estuvo presente en las primeras horas de su detención me comentó que jamás había visto a una terrorista más fría y segura de sí misma. «Mientras ella permanecía en silencio y sólo hablaba con su mirada de odio, ellos mancharon sus calzoncillos».
Liarni o Lierni, y por mí, como si se llama Liorni o Liurni, ha sido puesta en libertad gracias a los acuerdos del Gobierno de España con Bildu y el PNV. Ya está la bestia libre. Quizá, en estos veinte años largos que ha permanecido en El Dueso, puede haber perdido la fuerza criminal y la estimable belleza física que tenía al ser detenida. No era fea, como la mayor parte de sus compañeras terroristas o adheridas al crimen y al gozo por derramar sangre inocente. Podía haber pasado por una socia del Real Club de Tenis con éxito entre los locales y los veraneantes, con poca conversación, eso sí, que expresiva no es si no tiene una pistola a mano.
Aunque se antoje un comentario o detalle frívolo, Liarni, Lierni, Liorni o Liurni, destrozó su vida por su bestialidad asesina, porque tenía todas las cualidades físicas para haber dado un buen braguetazo con un industrial del acero o un ganadero sevillano asiduo a la Semana Grande de San Sebastián. Pero lo echó todo por la borda permitiendo que su versión asesina triunfara sobre su condición de mujer. Con ella, otros cinco terroristas etarras, Igor Martínez de Osaba, Aitor Herrera, Juan Carlos Subijana, Santiago Aragón y Zigor Orbe, han obtenido el tercer grado en este mes de agosto, gracias a Sánchez y sus ministros podemitas, siempre tan encantadores con los terroristas etarras.
Tendremos seis homenajes de bienvenida. «En España, las leyes se cumplen», ha dicho el hortera.
Pues eso, y nada más.
Hacen de la Ley y de la Justicia su propia Ley y su propia Justicia. Dios les castigará.
ResponderEliminarAlgún dia pagará Sanchez, todo el daño que está haciendo a España
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