"..un 15 de febrero de 2023, se hizo público que el Barça pagó millones de euros durante lustros al número dos de los árbitros, Enríquez Negreira. Los pagos estaban y están acreditados por la Agencia Tributaria y la Fiscalía. Las facturas y los documentos del fisco los pudieron ver todos, no se trataba de una hipótesis, sino de un hecho.
En ese momento comprobamos que no estábamos locos, que estábamos en lo cierto, habían aparecido las pruebas que demostraban que el FC Barcelona había estado comprando la competición durante al menos 17 años.."
Caso Barça:
Están locos los de La Galerna
Francisco Javier Sánchez Palomares
La Galerna - 20 junio, 2024
Desde hace años, décadas, muchos madridistas hemos venido observando y denunciando situaciones anómalas en el mundo del fútbol cuando el FC Barcelona está involucrado. Desde antes de las ligas de Tenerife, aunque algunos apenas éramos unos púberes, ya asistíamos a arbitrajes escandalosos, pero lo que apreciabas de manera meridiana en las imágenes, no tenía eco en los medios, sobre todo desde que Canal + comenzó con sus retransmisiones.
Veías, porque tenías y tienes ojos en la cara, penaltis no pitados o un gol legal anulado contra el conjunto tinerfeño que habrían dejado sentenciado el partido, y la liga, y después el relato no mencionaba estas circunstancias, solo cargaba las tintas contra el Madrid. Los medios y parte de la sociedad nos hacían sentir a esos madridistas como una panda de locos conspiranoicos que veíamos complots donde solo había sublimidad blaugrana.
Con el cambio de siglo, los escándalos se incrementaron exponencialmente. Veníamos de años en los que el Madrid había vuelto a ganar Champions y el Barça quemaba y quemaba millones fichando desde estrellas como Ronaldo y Rivaldo hasta media población de los Países Bajos. Muchos de aquellos holandeses, como se les llamaba entonces, no eran mejores futbolistas que el peor jugador de La Masía.
El juego azulgrana tampoco era para tirar cohetes, llegando a ser paupérrimo algún ejercicio bajo la presidencia de Gaspar. Sin embargo, en aquella misma época comenzó a crearse y a extenderse un relato que hablaba de cantera, de ADN, de excelencia en el juego, de valores en el deporte, en la vida, etc. Aun estando recientes multitud de hechos que lo desmentían.
Mientras se hablaba de esos valores, veíamos cómo al Madrid de Figo le arrojaron de todo en el Camp Nou, incluidas botellas de cristal y la célebre cabeza de cerdo, o cómo el Barça no se presentaba a un partido de Copa porque no le venía bien, y asistíamos incrédulos a presenciar que estos actos contrarios a toda norma o reglamento vigentes no conllevaban sanción alguna. Y si la tenían, se les amnistiaba antes de cumplirla.
Después vinieron los años del Barça de Messi, Guardiola y demás. Se produjeron situaciones surrealistas y estadísticas imposibles sin la participación de factores externos. Suárez, fuera de España, era sancionado cuando agredía —hecho habitual— a alguien, pero en la liga tenía patente de corso para pegar. Se puede hacer un tratado de cómo agredir a un compañero de profesión sin ser sancionado por ello apenas dedicando cuarto de hora a buscar jugadas del nueve culé.
Al Barça no le expulsaban a nadie y no le señalaban penaltis en contra, la Tierra dio más de una vuelta al Sol sin que le pitaran ni una pena máxima en su área. A los rivales, lo contrario. Si Piqué cogía el balón con las manos para evitar gol, no era penalti. Si Jordi Alba le daba adrede una patada al suelo y se tiraba, once metros.
Eran situaciones surrealistas que se repetían semana tras semana. Mientras tanto, una parte del madridismo clamaba por tan palmarias injusticias. Con la popularización de Twitter, muchos nos dimos cuenta de que nuestra postura no era tan rara, sino que otra gente estaba igual de indignada.
COMENZÓ A CREARSE Y A EXTENDERSE UN RELATO DEL BARÇA QUE HABLABA DE CANTERA, DE ADN, DE EXCELENCIA EN EL JUEGO, DE VALORES EN EL DEPORTE, EN LA VIDA, ETC. AUN ESTANDO RECIENTES MULTITUD DE HECHOS QUE LO DESMENTÍAN
En mayo de 2015 nació La Galerna en plena vorágine de títulos azulgranas. Desde el principio comenzamos a denunciar los hechos, al igual que otros muchos lectores, tuiteros y demás madridistas que simplemente veían lo que ocurría y lo contaban.
Algunos, como Maketo Lari o Juanpa Frutos, sustentaron la denuncia con pruebas estadísticas. Cuando manifestábamos que no era normal que al FC Barcelona no le pitaran penaltis y no le expulsaran a nadie, a menudo nos respondían que sucedía porque atacaba mucho. Pero cuando les mostrabas, gracias a las estadísticas anteriores, que otro equipo que también atacaba mucho como el Madrid por el contrario sufría uno de los peores saldos arbitrales de Europa, o bien colapsaban y cambiaban de tema o te volvían a llamar loco.
En el ámbito institucional, los cacareados valores también eran difíciles de encontrar, los escándalos que afectaron a profesionales del club y otros órganos están en la cabeza de todos. En los tribunales, en 2016, el Barça fue condenado y declarado culpable de dos delitos fiscales en el caso Neymar. Pero su imagen seguía sin mácula.
Muchos años después, un 15 de febrero de 2023, se hizo público que el Barça pagó millones de euros durante lustros al número dos de los árbitros, Enríquez Negreira. Los pagos estaban y están acreditados por la Agencia Tributaria y la Fiscalía. Las facturas y los documentos del fisco los pudieron ver todos, no se trataba de una hipótesis, sino de un hecho.
En ese momento comprobamos que no estábamos locos, que estábamos en lo cierto, habían aparecido las pruebas que demostraban que el FC Barcelona había estado comprando la competición durante al menos 17 años (con toda probabilidad muchos más). Ilusos nosotros pensamos que nuestros argumentos serían irrebatibles, que nos dirían: llevabais razón.
Creíamos que entenderían nuestros años de lucha escribiendo sobre las tropelías cometidas por el FC Barcelona. En La Galerna nunca nos hemos quejado de vicio, La Galerna es rebelde porque el Barça la hizo así.
EN LA GALERNA NUNCA NOS HEMOS QUEJADO DE VICIO, LA GALERNA ES REBELDE PORQUE EL BARÇA LA HIZO ASÍ
Lo marciano del tema es que la adulteración de la competición perpetrada por el Barça, en lugar de jugar a favor de los madridistas, juega en contra. Salvo leves coletazos de dignidad nada más conocerse el delito, el Madrid ha visto cómo se acrecentaba la ira de todos los antis contra él, incluido el CTA, que juzga mucho más graves los vídeos recopilatorios de RMTV que el Barça les hubiese tenido comprados durante tres cuartas partes de eternidad.
En el plano comercial sucede algo similar. Lo más sensato sería pensar que las empresas no querrían que su imagen se viese relacionada con la de un club que ha pagado millones de euros al vicepresidente de los árbitros y está acusado de corrupción continuada en el deporte por un juez instructor, empero, asistimos con asombro a patrocinios de empresas aparentemente serias que se quieren asociar con el club de Laporta, de cuyo comportamiento y entorno es mejor no hablar.
Los aficionados del resto de equipos, sobre todo los más obsesionados con el Madrid, como los atléticos o los valencianistas, han redoblado su odio hacia todo lo relacionado con el club blanco, porque se sienten estúpidos al comprobar que se han pasado eones detestando al Madrid y acusándolo de toda clase de fechorías que después se ha demostrado que había cometido su reverenciado Barça. Es como si uno malgastara treinta años de su vida persiguiendo a quien cree que ha allanado su morada y le ha robado todas sus joyas y de repente descubriera que el ladrón era su cuñado, aquel al que lleva años haciéndole la pelota. Están enfadados consigo mismos y la forma de quitarse ese sentimiento de ridículo propio es insistir en su antimadridismo.
LO MARCIANO DEL TEMA ES QUE LA ADULTERACIÓN DE LA COMPETICIÓN PERPETRADA POR EL BARÇA, EN LUGAR DE JUGAR A FAVOR DE LOS MADRIDISTAS, JUEGA EN CONTRA
Aunque quizá lo más inconcebible es la cantidad de madridistas que viven conectados a la máquina del relato que dictan los medios tradicionales desde hace décadas. Es habitual que durante charlas con amigos vikingos salga a colación alguno de los muchos desafueros culés, te limites a explicarles hechos demostrables, no ya opiniones, se te queden mirando de manera condescendiente y te digan: «Qué vas a decir tú, si eres de La Galerna».
Ellos articulan un discurso lleno de lugares comunes tales como que al Madrid le iría mejor con más canteranos en la plantilla, como el Barça; que el Madrid no juega a nada, no como el Barça, que tiene una idea de buen juego y la ejecuta siempre; que el Madrid trata mal a sus leyendas, a diferencia del Barça, etc. Llega un momento en el que desconectas porque te recuerdan a esas personas que viven con frases hechas: la natación es el deporte más completo, las mejores baladas son las de grupos heavies, los perros son más inteligentes que las personas…
El discurso de estos madridistas no es que no resista a una somera proyección de futuro, sino que no se tiene en pie ni frente al pasado. Todo su argumentario es rebatible con el palmarés de las competiciones, las cuentas de los equipos y las noticias judiciales.
Si pudiésemos viajar en el tiempo y volviésemos a 2015, cuando echó a andar La Galerna, y tomáramos a uno de estos aficionados y le contáramos que en los próximos nueve años el Barça iba a ser condenado por dos delitos fiscales, que durante ese tiempo no olerán una Champions, que Messi remachará los clavos de la tumba económica del club, que protagonizarán un escándalo tras otro, que se descubrirá que compraron durante años la cúpula del CTA, que, mientras tanto, el Madrid se mantendrá en la excelencia económica, institucional, deportiva y que ganará otras cinco Copas de Europa, el sujeto se nos quedaría mirando y nos diría: «Están locos los de La Galerna».
Getty Images.
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